¿Te debes duchar por la mañana o por la noche? La duda, por fin resuelta
En nuestro ajetreado día a día la ducha rápida gana adeptos. Sin embargo, sigue sin haber un consenso claro sobre cuál es el mejor momento para asearse
El mundo se divide en dos tipos de personas: los que se duchan por la mañana y los que lo hacen por la noche; todos sabemos que aquellos que se lavan entre medias no cuentan para nadie. Los españoles, por lo general, somos más de baños nocturnos cuando somos pequeños y duchas rápidas mañaneras cuando alcanzamos la edad adulta. Sin embargo, encontramos argumentos en ambos lados. Como todo en la vida, cada uno tiene sus pros y sus contras, y, sin consenso, el debate nos trae de cabeza.
En España nos gusta ducharnos. Junto a franceses y brasileños, los españoles son los que más se decantan por la ducha frente al baño, según un estudio elaborado por la consultora Kantar Worldpanel, en el que se analizan las rutinas de higiene y cuidado personal de diez países del mundo. Y la tendencia cada vez es más clara. De media, nos duchamos con una frecuencia un poco inferior a la diaria, unas 6,8 veces por semana, en línea con otros países como Francia, Alemania o Rusia, a pesar de vivir en temperaturas más elevadas que en dichos lugares.
Más ducha, menos baño
En nuestro ajetreado día a día la ducha gana adeptos. Es eficaz, sostenible y, sobre todo, rápida. Poco a poco se ha convertido en un ritual necesario, relajante, que nos da tiempo para pensar, aclarar las ideas o poner la mente en blanco. Eso está claro, pero ¿me ducho por la mañana o por la noche? El sentido común nos dice que depende de lo que busques. Si algo te funciona bien, ¿por qué cambiarlo? Hay quien por mucha alarma y mucho café no acaba de despertarse hasta que le empiezan a caer las primeras gotas encima. Y hay quien eso de madrugar para acudir a su cita con la ducha no va con ellos y prefieren deshacerse de toda la suciedad acumulada durante el día y acostarse bien limpios, aunque se arriesguen a mojar la almohada después.
China es la excepción a la regla, pues solo el 3,4% de la población se asea entre las 6 y las 11 a.m.
Está comprobado que la ducha reduce los niveles de cortisol, la hormona relacionada con el estrés. Por eso, la respuesta al eterno dilema suele ser: adapta el momento en el que te duchas al nivel de estrés que tengas. Suele ser recomendable asearse por la mañana cuando esperamos un día estresado en el trabajo, estamos bajo presión o tenemos que realizar labores creativas. No lo uses pues como una mera forma de mejorar la higiene corporal, sino como una herramienta para revitarlizarte, despejarte y mejorar nuestra salud emocional. El agua, sea a la hora que sea, hace maravillas.
Los hábitos de higiene dependen de las costumbres de cada país (China es la excepción a la regla, pues solo el 3,4% de la población se asea entre las seis y las 11 de la mañana) y, por supuesto, de los horarios y responsabilidades laborales. Por eso, cualquier argumento que se esgrima se trastoca en verano, cuando nuestros compromisos no son tantos, el estrés se reduce y el cuerpo pasa la mayor parte del tiempo en un estado inusual, ya sea por el sudor o las cremas de sol.
Prepárate para vencer al calor del verano
En un artículo reciente de 'The Wall Street Journal' la periodista Heidi Mitchell ha tratado de resolver el debate con la ayuda de la ciencia. Halló estudios que afrimaban que tomar baños o duchas calientes antes de lo que se prevé será un día caluroso podría preparar con antelación al cuerpo. Sin embargo, para el dermatólogo Temitayo Ogunleye, profesor de la Universidad de Pensilvania, no hay suficientes pruebas que lo demuestren. “Cuando sales de la ducha y el aire fresco te alcanza, la temperatura de tu cuerpo disminuye, como si estuviésemos sudando. A medida que el agua se evapore, te sentirás más fresco, pero esa sensación dura unos pocos minutos, no horas”, sostiene. Este, que era el principal argumento que decantaba la balanza, se cae, y volvemos a la casilla de salida: depende.
Los expertos recomiendan dedicar más tiempo a limpiar las zonas conflictivas (es decir, pies, genitales, ingles y axilas)
En verano, con el calor y el ejercicio, sudamos bastante más, y, por muy necesario que sea (regula nuestra temperatura y elimina toxinas), puede ser un verdadero engorro. Para eliminar o prevenir el olor corporal cuando las bacterias en la piel “rompen” las moléculas secretadas naturalmente presentes en el sudor, es recomendable ducharse, incluso dos veces si es necesario, dedicar más tiempo a las zonas conflictivas (pies, genitales, ingles y axilas) y cerciorarse de secar bien el cuerpo después. Si has sudado durante la noche o antes de acostarte, es algo a tener muy en cuenta. Además, también es recomendable el aseo después de nadar en piscinas, ríos o mares, los típicos planes que nos esperan este verano. ¡A refrescarse!
El mundo se divide en dos tipos de personas: los que se duchan por la mañana y los que lo hacen por la noche; todos sabemos que aquellos que se lavan entre medias no cuentan para nadie. Los españoles, por lo general, somos más de baños nocturnos cuando somos pequeños y duchas rápidas mañaneras cuando alcanzamos la edad adulta. Sin embargo, encontramos argumentos en ambos lados. Como todo en la vida, cada uno tiene sus pros y sus contras, y, sin consenso, el debate nos trae de cabeza.