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Martina Big, la mujer rubia que se ha transformado en negra
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UN CAMBIO RADICAL

Martina Big, la mujer rubia que se ha transformado en negra

Pasó de ser una mujer blanca, rubia y de pelo lacio a una de rasgos africanos, con piel oscura, el cabello rizado y los pechos más grandes de Europa

Foto: El antes y el después de la exazafata. (martinabig.com)
El antes y el después de la exazafata. (martinabig.com)

Estamos condenados a querer lo que no tenemos. Los de pelo rizado lo quieren liso. Los de liso, rizado. Hay negros que se aclaran la piel y blancos que se la oscurecen. Solteros que sueñan con novias y parejas que anhelan el libertinaje. El último capítulo de esta condena tan nuestra lo protagoniza Martina Adam, alias Martina Big, una exazafata alemana que, no contenta con su aspecto, decidió llevar al extremo su cuerpo y someterlo a una insólita transformación.

Era rubia, joven y delgada. Se podría decir que cumplía con los cánones de belleza al dedillo. Pero a ella no le iba lo convencional. Quería ser una vigilante de la playa, correr por la arena junto a David Hasselhoff y parecerse a la exuberante Pamela Anderson. Así que, a imagen y semejanza de la exconejita Playboy, se sometió en 2012 a una cirugía para aumentarse los pechos. El resultado: una talla 32S, la delantera más grande de Europa.

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Sin embargo, su transformación no estaba completa. Nada conseguía satisfacerla. Ya era una 'barbie', una igual de artificial que las muñecas, pero todavía le faltaba superar la última frontera de lo exótico e insólito. Por eso decidió cambiarse el color de piel. “Mi sueño es volverme más y más oscura, y ver cuáles son los límites”, confiesa en una entrevista a 'The Sun'.

Tiene una comprensión limitada de lo que significa ser una minoría étnica hoy en día y los desafíos que tienen que afrontar

Para volverse negra se gastó alrededor de 65.000 dólares en cirugías, inyecciones e interminables sesiones de bronceado en casa. A medio camino, decidió hacer pública su transformación y las críticas no se hicieron esperar. La 'Race Equality Foundation' (Fundación para la igualdad racial) reprueba la metamorfosis, alegando que Martina tenía una “comprensión limitada” de los retos a los que se enfrentan las minorías étnicas hoy en día. A ella, no obstante, parecen importarle otros asuntos: “Me encanta el contraste de mi pelo rubio brillante con mi piel oscura”.

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“Al principio, mis fans reaccionaron irritados. Me decían: '¡Por qué hiciste eso!'. Pero solo porque nunca habían visto a una mujer blanca cambiar su piel de esta manera. Pero ahora están igual de emocionados que yo. Me dicen que les gusta mi estilo. '¡Más oscuro, más oscuro!', me piden”. Y sí, en efecto, pasó de ser una mujer blanca, rubia y de pelo lacio a una de rasgos africanos, con piel oscura y el cabello rizado, aunque ella asegura que no pretende ser ni actuar como una mujer negra.

Ante las críticas, compara su caso con el de las mujeres que blanquean su piel, algo que ocurre en algunos países de África o Asia, pero que, al contrario que su caso, está fomentado por un complejo de inferioridad que les hacen imitar los códigos de sus colonizadores. Ahora dice que su transformación está “casi completa”. El “casi” se refiere a que planea aumentarse los glúteos, “para que acompañen al resto de su cuerpo”. "Grande nunca es lo suficientemente grande", reza el lema de su página web. Para Martina, nada nunca es suficiente.

Estamos condenados a querer lo que no tenemos. Los de pelo rizado lo quieren liso. Los de liso, rizado. Hay negros que se aclaran la piel y blancos que se la oscurecen. Solteros que sueñan con novias y parejas que anhelan el libertinaje. El último capítulo de esta condena tan nuestra lo protagoniza Martina Adam, alias Martina Big, una exazafata alemana que, no contenta con su aspecto, decidió llevar al extremo su cuerpo y someterlo a una insólita transformación.

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