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"Me duché con agua fría durante una semana y esto fue lo que pasó"
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"Me duché con agua fría durante una semana y esto fue lo que pasó"

Patrick Huguenin ha cumplido el reto de bañarse siete días a baja temperatura para comprobar sus beneficios. Te contamos la realidad

Foto: Respira hondo y hazlo. (iStock)
Respira hondo y hazlo. (iStock)

Seguramente, como a la mayoría de la gente, te vendrá una pregunta a la cabeza cuando se mencionan las duchas de agua fría: ¿por qué? Pero hay una pequeña facción que parece disfrutar mientras tiembla bajo el agua helada. Existen mucho estudios que avalan sus múltiples beneficios: mejora la circulación, la piel y reduce el estrés.

Además, una investigación médica más reciente realizada por la Universidad de Virginia descubrió también que el baño frío activa el sistema nervioso y aumenta el nivel de noradrenalina en el cerebro, neurotransmisor relacionado con la motivación y el estado de alerta. Los investigadores agregan que esta descarga funciona como una especie de “pequeños electrochoques” que envían a las terminaciones nerviosas del cerebro impulsos eléctricos, creando un efecto antidepresión.

Gracias al ahorro de tiempo, mejoré la alimentación por la mañana, dormí un poco más o tenía un rato para leer la prensa

Una leyenda familiar que Patrick Huguenin comenta a 'Men's Health' es que su abuelo era muy fan de este tipo de duchas y que evitaba todas las enfermedades estacionales gracias a una "armadura helada", por lo que decidió hacerlo durante una semana, y esto es lo que ha sucedido. Un dato importante a tener en cuenta es que, a diferencia de otros experimentos que ha realizado este periodista, dramaturgo y redactor publicitario, lo cumplió al 100% y no se duchó después con agua más caliente después de la fría. Respiró hondo y se duchó con agua fría durante siete días sin saltarse ninguno y aguantando las gélidas temperaturas:

Una vez dentro, es más fácil

Meterse bajo al agua sin pensarlo fue la parte más complicada. pero, antes de darse cuenta, ya no sentía tanto frío. ¿Sabes esa sensación cuando llevas ya un rato bajo el agua caliente que tienes que subir la temperatura para sentir el calor porque has tolerado los grados? Pues lo mismo pasa con el frío. Al principio, puedes quedarte sin aliento, pero tras 30 segundos la sentirás tibia e incluso bastante tolerable. "Lo había puesto más frío para asegurarme de que no estaba haciendo trampa e incluso a eso me acabé acostumbrando", comenta Patrick. Al tercer día ya no era tan difícil, la ducha aún seguía siendo eso, un rato agradable y placentero a pesar del frío.

Mismos pensamientos

"Me preocupaba perder mis ideas y cosas en las que pienso mientras estoy debajo del agua, esas revelaciones que todo el mundo dice tener mientras está ahí. Pero, para ser honesto, lo que pienso son reflexiones sobre lo que tengo que hacer después y debo recordar. Cosas que olvido porque no tengo dónde apuntarlas. Así que después de esta gélida temperatura, mis pensamientos en el café o mientras me afeito han sido más productivos".

Ayuda a la piel, pero no donde esperas

"Confié que muchas duchas de agua fría ayudarían a mi piel porque todo el mundo lo dice. La exposición prolongada al agua, especialmente a la caliente, puede estropear los aceites esenciales de la piel causando irritación y sequedad", comenta Joshua Zeichner, director de cosmética e investigador en la clínica dermatológica del hospital Monte Sinaí de Nueva York.

Existen muchos estudios que avalan sus múltiples beneficios: mejora la circulación, la piel y reduce el estrés y la depresión

A veces, cuando elevas mucho la temperatura del agua, puedes sentir un poco de picazón, sobre todo en la espalda, donde golpea todo el rato. Lo que este periodista no se esperaba es que la baja temperatura ayudaría a sus manos. "Después de todo, nos lavamos la manos todos los días varias veces y están expuestas al sol, el trabajo y los productos químicos que usamos en casa. Darles este descanso de agua caliente hizo que mis dedos no se arrugaran y estuvieran visiblemente menos secos", comenta Patrick.

Más tiempo

Las duchas de agua fría son más cortas, no es que sean una tortura pero es la realidad. Cuando tomas una de agua caliente, te quedas más tiempo debajo y desaprovechas los minutos bajo la alcachofa. "Había oído que este tipo de baños pueden hacerte más centrado y productivo. Pero la realidad es que sin perder el tiempo como antes hacía con tanto vapor, el enjuague rápido me vino muy bien. No me di cuenta de lo eficiente que era hasta que ya estaba vestido y desayunando tan solo 20 minutos después de haberme levantado de la cama. Las cosas que hice con mi nuevo tiempo fueron tomar una alimentación correcta por la mañana, dormir un poco más o informarme de lo que pasa en el mundo mientras leía la prensa.

Lo mejor tras un entrenamiento

Después de una carrera sudorosa o de pasar una hora en el gimnasio, seguro que querrás bajar la temperatura. Así te sentirás fresco más rápido y el sudor que gotea parará en seco. Nos ayudan a recuperarnos rápidamente, ya que estabilizan el ritmo cardiaco, ayudan a contraer los vasos sanguíneos y por lo tanto reducen la inflamación, además de tener un efecto tonificante. "Planteé la hipótesis de que las duchas calientes depués de hacer ejercicio lo único que hacían era prolongar mi sudoración".

En conclusión: "Valió la pena", comenta este periodista. Al menos que tengas un resfriado o que quieras ducharte con alguien que lo considere un tormento, considera bajar un par de grados la temperatura. Imagina que la recomendación dermatológica para una piscina climatizada es de 28 grados, una bobada en comparación con lo que deberías hacer a partir de ahora.

Seguramente, como a la mayoría de la gente, te vendrá una pregunta a la cabeza cuando se mencionan las duchas de agua fría: ¿por qué? Pero hay una pequeña facción que parece disfrutar mientras tiembla bajo el agua helada. Existen mucho estudios que avalan sus múltiples beneficios: mejora la circulación, la piel y reduce el estrés.

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