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Esto es lo que nunca debes pedir en un restaurante chino
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Esto es lo que nunca debes pedir en un restaurante chino

La comida china en los países occidentales suele contener gran cantidad de frituras, sal y salsas dulces, por lo que no todos los platos son igual de recomendables

Foto: Hay platos en la cocina china que son toda una 'bomba calórica'. (iStock)
Hay platos en la cocina china que son toda una 'bomba calórica'. (iStock)

Tras un largo y cansado día de trabajo, un restaurante chino es una opción tentadora. Después de todo, es fácil, rápido, sabroso, y suelen tener un menú con una amplia gama de opciones y platos.

La gastronomía china es increíblemente variada y rica, en gran parte gracias a sus tradicionales técnicas como el salteado o la cocción al vapor. El problema es que en los países occidentales se le suele añadir un toque que hace a la comida más atractiva para nuestros paladares: gran cantidad de grasas saturadas, sodio, aceites, salsas dulces y frituras. No obstante, en lugar de renunciar a comer en este tipo de establecimientos, hay que conocer qué comidas es mejor no pedir para no saltarse en un solo plato la dieta de todo un día.

Aquello que no sea especialidad de la casa

No tiene mucho sentido ir a un restaurante de este tipo y acabar pidiendo una hamburguesa con patatas, una pizza o ni siquiera sushi. Que el establecimiento sea chino no significa que haga bien toda la comida asiática. Por si alguien lo duda, lo que aquí conocemos como cocina china suele parecerse más bien poco a la original. En cualquier caso, limita tus decisiones a las especialidades de la casa, aunque tengan otras opciones más 'mainstream' en el menú. Y pregunta si es necesario.

Arroz frito o tres delicias

Un clásico entre los restaurantes chinos en España. Sabemos que es uno de los platos que más gustan, pero debes saber que su mezcla de grasa, almidón y aceite (innegablemente deliciosa) supera fácilmente (en su ración más pequeña) las 200 calorías. Asimismo, se hace con arroz blanco, que tiene un valor alimenticio menor que sus opciones integrales.

Un nombre más preciso para el pollo al limón sería 'pollo frito en salsa de azúcar de limón', pero no es igual de atractivo, ¿verdad?

Pollo o cerdo agridulce

Un plato que muy probablemente no encontrarás en China. Las salsas agridulces existen, pero se suelen utilizar en platos de pescado y, por lo general, la carne no se suele sumergir en la salsa como se hace fuera del país asiático. No solo sabe más dulce de lo que debería, sino que al final acapara toda la atención del plato. Una vez más, la combinación de la carne rebozada y frita con lo dulce aumenta las calorías a un nivel obsceno: unas 1.700 calorías, casi tres veces más que las denostadas hamburguesas de las cadenas de comida rápida, y podría suponer un 130% de la cantidad diaria recomendada de grasa.

Rollos de huevo

Parecen tan insignificantes… Son solo un pequeño y delicioso paquete crujiente, un bocadito de nada. Pero un solo rollo de huevo relleno de vegetales o carne puede tener más de 200 calorías y ¿cuántos de nosotros podemos comer solo uno? Empiezas con un par (bueno, en realidad, tres) y así, solo con el picoteo, ya es imposible mantener la dieta. Una alternativa más saludable es el rollito primavera, con alrededor de 100 calorías menos y también una menor cantidad de sodio.

Pollo al limón

Hay que admitir que cuando ves 'pollo al limón' en el menú suena saludable. No obstante, un nombre más preciso para el plato sería 'pollo frito en salsa de azúcar de limón', pero no es igual de atractivo, ¿verdad? Sus altas cantidades de aceite, azúcar y salsa de soja hacen que un solo plato supere las 1.500 calorías.

Fideos 'lo mein'

Uno de los platos más populares 'para llevar'. Contiene fideos de harina y a menudo verdura, carne (ternera, pollo o cerdo) o gambas. Más en las cadenas de comida rápida que en los propios restaurantes chinos, este plato puede ser una mala opción, nutricionalmente hablando. Un solo plato puede contener hasta 1.100 calorías, que vienen sobre todo de las salsas y sus fideos aceitosos y salados. Como alternativa, prueba a pedirlos al vapor.

Truco: usar los palillos ralentizará la comida y hará que alcances una sensación de saciedad antes de que comas en exceso

Pollo General Tso

El General Tso era un militar chino del siglo XIX que murió mucho antes de que este plato se inventase. No fue hasta los años 70 cuando Peng Chang-kuei abrió una cadena de restaurantes chinos en Nueva York y decidió añadirle azúcar al pollo para que fuese un plato más atractivo para el público americano. Desde entonces, el pollo General Tso se ha convertido en el plato estrella de los restaurantes chinos en Occidente, sobre todo en el ambiente anglosajón (en España somos más de pollo con almendras). Como te puedes imaginar, añadir una salsa dulce al pollo frito no lo hace especialmente saludable. Una sola porción estándar podría contener más calorías (y sal) que las recomendadas para un día entero. Algo, quizá, ideal para un soldado del XIX, pero no para el ritmo de vida que llevamos.

Ternera o pollo a la naranja

El primo cercano del pollo general Tso, puesto que ambos son recubiertos por una salsa dulce de textura pegajosa que fue introducida por la cocina americana. Ninguno es, que digamos, saludable, y es fácil comprender por qué: más de 1.000 calorías, 50 gramos de grasa y 1,9 de sodio. Una sola porción ya contiene más de la mitad de la ingesta recomendada.

Lo que sí puedes pedir

No desesperes. Gracias a la amplia variedad de platos que suelen tener los menús de los restaurantes chinos, también tienen opciones la mar de saludables. Para empezar, las sopas, las favoritas de muchos durante los meses de invierno. Puedes probar la watán, hecha a base de caldo de pollo y cerdo. Asimismo, el arroz al vapor o los fideos chinos con verduras y pollo son una buena decisión. Tampoco hay que olvidarse del marisco, en especial las gambas con salsa de ajo o langosta. Estas son buenas opciones (y no las únicas) con las que no poner en riesgo la dieta que tanto cuesta seguir. Puede parecer una tontería, pero usar los palillos ralentizará la comida y hará que alcances una sensación de saciedad antes de comer en exceso. En cualquier caso, evita los buffets, que nos conocemos.

Tras un largo y cansado día de trabajo, un restaurante chino es una opción tentadora. Después de todo, es fácil, rápido, sabroso, y suelen tener un menú con una amplia gama de opciones y platos.

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