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La simple razón por la que en abril te sientes mucho más cansado
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La simple razón por la que en abril te sientes mucho más cansado

Estamos en una época difícil en la que nuestro organismo tiene que adaptarse a varios cambios. La medicina constata que el problema es real

Foto: Dulce pereza de primavera. (iStock)
Dulce pereza de primavera. (iStock)

Dice el refranero que “las mañanitas de abril son muy dulces de dormir”. Si con el cambio de estación has notado un importante descenso de tu energía, que sepas que no eres el único. Varios factores se confabulan para que la pereza se acentúe en este mes de primavera y cueste más que nunca levantarse para ir al trabajo o iniciar cualquier otra actividad.

No se trata, por tanto, de un simple lugar común derivado de la sabiduría popular. En todo caso, no desesperes. Si la holgazanería ha tomado el control de tu mente y de tu cuerpo existen varias maneras de combatirla a través de algunos cambios. Lo importante es que el cansancio no derive en irritación. Si, por el contrario, sufres de problemas de insomnio, puedes aprovechar este mes indolente para recuperar tus ciclos de sueño.

¿Por qué ocurre?

La astenia, que nos impide realizar tareas que en condiciones normales haríamos con facilidad, aparece por toda una serie de causas. En primer lugar se suele achacar la fatiga a que las jornadas se alargan y nuestro organismo se tiene acostumbrar tanto al cambio de hora como a más tiempo de luz solar. Por otro lado, el incremento de las temperaturas también juega un papel contraproducente en este progresivo proceso de adaptación. En definitiva, el calor no es de particular ayuda.

La pérdida de energía durará unas pocas semanas. Los complementos vitamínicos no son de gran ayuda para estos casos

Otra causa se suele encontrar en los medicamentos. Por un lado, arrastramos las consecuencias de los farmacos utilizados contra las enfermedades invernales, mientras que por el otro, las personas alérgicas deben confiar su bienestar en los antihistamínicos, cuyo principal efecto secundario se traduce en un desagradable efecto sedante.

Mitos y soluciones

Para combatir todas estas molestias, muchos deciden apostar por las vitaminas y los suplementos alimenticios. ¿Son verdaderamente efectivos o se trata de meros placebos? Tales compuestos están pensados para dietas que presentan carencias de nutrientes, o para los deportistas, quienes pueden ver un descenso generalizado de los mismos como resultado de una intensa actividad física. Según el doctor Sergio Harari para un hecho coyuntural como el que señalamos su utilidad es, sin embargo, muy limitada.

Se aconseja ir a la cama una hora antes y cuidar en este tiempo, más que nunca, que el sueño sea de especial calidad

El consejo de los médicos se centra en intentar pasar el trámite, que durará a lo sumo unas pocas semanas, con la mayor dignidad posible, como quien pasa una gripe. Para Giacchino Mennuni, profesor de neurología en la Universidad Católica de Roma, nuestro reloj interno necesita por lo menos una semana para resetearse por completo: “El mejor modo para sincronizar el mecanismo biológico con el natural es, sin duda, el reposo. Mejor tener paciencia y aceptar las necesidades de nuestro organismo: se trata de pocos días, después nuestro reloj interno coge el ritmo adecuado y se alinea con la estación. Sueño y cansancio desparecerán, aunque volverán a surgir en el próximo cambio drástico de temporada, es decir, en otoño”.

Con todo, sí es posible hacer algo para que esta breve etapa transcurra de la mejor manera, poniendo especial cuidado en el reposo nocturno. Para ello, los médicos aconsejan ir a la cama una hora antes, debido a que el cuerpo necesitará ahora más descanso que en invierno. Ese reposo tiene que estar acompañado de una buena calidad del sueño; para mejorarlo es fundamental incrementar la actividad física, pero nunca cerca del momento en el que vamos a la cama, pues el efecto será el contrario al deseado. Si solo disponemos de las últimas horas de la tarde, mejor sustituir el deporte por otro tipo de aficiones como el yoga o la meditación.

Particularmente importante es adelantar también el momento de la cena (que no deberá ser nunca copiosa), realizar siestas de pocos minutos a media jornada, evitar la ingesta de sustancias estimulantes seis horas antes de acostarse, reducir el consumo de alcohol y dejar de lado los teléfonos o los ordenadores con un par de horas de antelación al momento en que nos disponemos a caer en los brazos de Morfeo.

Dice el refranero que “las mañanitas de abril son muy dulces de dormir”. Si con el cambio de estación has notado un importante descenso de tu energía, que sepas que no eres el único. Varios factores se confabulan para que la pereza se acentúe en este mes de primavera y cueste más que nunca levantarse para ir al trabajo o iniciar cualquier otra actividad.

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