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La sincera y directa carta de una amante a la esposa: "No soy especial"
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La sincera y directa carta de una amante a la esposa: "No soy especial"

Una mujer ha decidido escribirle una carta abierta a la pareja del hombre que ambas comparten. Sus líneas te ayudarán a entender qué hay detrás de las relaciones secretas

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Ser amante no es fácil. Si es un lío de una noche no hay problema, pero si una mujer se convierte en 'la otra' la cosa cambia. Los sentimientos comienzan a jugar un papel fundamental en la relación, y el hecho de compartir al hombre comienza a pesar. Hay muchas féminas que no aguantan su condición de concubinas y deciden acabar con la relación, pero hay otras, la mayoría, que esperan meses, incluso años, a que su amado deje a su pareja por ellas, algo que casi nunca sucede.

La socióloga Marie-Carmen García, autora del libro 'Amours clandestines' (Ed. Pul), asegura que en general son ellas las que rompen la relación porque están cansadas ​​de esperar a que esta deje de ser clandestina, porque ya no aman al hombre o porque sufren demasiado con la situación. "No obstante, y por norma general, pasa mucho tiempo hasta que ellas pierden la esperanza de que su relación pueda convertirse en formal, lo que retrasa la aparición del sufrimiento", detalla.

No tienes ni idea de que el tipo al que amas está diciéndome lo que quiere hacerme cuando nos veamos. Soy la amante

Un sufrimiento que conoce bien una amante clandestina anónima, quien ha decidido escribirle una carta abierta a la novia del hombre que ambas comparten. La misiva ha sido publicada en 'Cosmopolitan'. De la pluma de 'la otra' solo se percibe dolor, insatisfacción y confusión. Son líneas sinceras que muestran cómo una chica normal puede acabar enredada en un trío sin apenas quererlo, y cómo no conocer a la otra mujer mitiga el sentimiento de culpa por completo. Lo mejor es que la leáis íntegra. Reproducimos algunas de sus líneas:

Carta abierta de la amante a la novia

"Son las once de la noche, y estoy ahora mismo enviando un mensaje a tu novio. No tienes ni idea del tipo al que amas está diciéndome ahora mismo lo que quiere hacerme cuando nos veamos. Soy la amante.

No soy una puta, aunque quizás quieras llamarme así. Ni siquiera soy una perra. En realidad soy una persona muy agradable. Tengo amigos y familiares que me quieren, y no encajo el estereotipo de 'la otra'. Ya sabes la que quiero decir, que no soy la típica con cabello largo y bonito, con curvas y con todo bien puesto. Confía en mí cuando te digo que no tengo nada que ver con eso.

No soy especial. No soy más guapa que tú, o más divertida que tú, o mejor en la cama que tú. Yo no soy una 'guarra'. No salgo de fiesta con el objetivo de llevarme a alguien a casa. Soy bastante normal, de verdad. A pesar de todo ello, al menos cinco de mis últimas relaciones han sido con hombres que están ya en otras relaciones.

Tengo amigas que no podrían ser 'la otra'. Nada más escuchar que el hombre que les gusta tiene novia, pasarían del tema, pues hay unos límites que no sobrepasarían y, por tanto, ni siquiera tendrían la idea de empezar algo. No sé por qué yo no. No sé por qué me atraen los tíos con pareja. Uno de mis mejores amigos me ha dicho que es porque tengo 'problemas de compromiso'. Su teoría es que si un chico no está disponible, él se vuelve más atractivo para mí al instante, porque en el fondo sé que la relación no va a ninguna parte. Fui a un terapeuta hace tiempo; me dijo que todo se reduce a mi inseguridad, y a la necesidad de reafirmación de mi valor, etc.

Sinceramente, creo que las películas de amor han deformado mi mente. Creo firmemente en la idea de que un romance de verdad puede superar todos los obstáculos. La historia del 'felices para siempre'.

No soy especial. No soy más guapa que tú, o más divertida que tú, o mejor en la cama que tú. Soy bastante normal, de verdad

Lo que nunca deja de sorprenderme es la cantidad de hombres que están tan dispuestos a engañar (...) Solo son tipos normales que aman a sus novias, pero por alguna razón les hago entrar en el reino de la infidelidad. Tal vez los seres humanos no están hechos para ser monógamos.

Lo que quiero decir con todo esto es que no estoy aquí tratando de romper tu relación. Pero es cierto que no puedo sentir empatía por ti. No eres real para mí. No te he conocido. No te conozco. Y de alguna manera eso me permite hacer esto. Me permite mantener relaciones con él sin culpa, solo con la frustración de no poder verlo más a menudo.

A veces pienso que estoy maldita porque engañé a mi primer novio serio. Mierdas sobrenaturales a un lado, la realidad de ser amante es emocionante y halagador al principio, pero luego las cosas se vuelven feas. Luego vendrá el próximo novio de alguien, y así continuará el círculo vicioso. Hasta que encuentre mi felicidad, claro está".

Ser amante no es fácil. Si es un lío de una noche no hay problema, pero si una mujer se convierte en 'la otra' la cosa cambia. Los sentimientos comienzan a jugar un papel fundamental en la relación, y el hecho de compartir al hombre comienza a pesar. Hay muchas féminas que no aguantan su condición de concubinas y deciden acabar con la relación, pero hay otras, la mayoría, que esperan meses, incluso años, a que su amado deje a su pareja por ellas, algo que casi nunca sucede.

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