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El daño insospechado a tu cuerpo que produce correr una maratón
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¿QUÉ PASA CON TU RIÑÓN TRAS EL ESFUERZO?

El daño insospechado a tu cuerpo que produce correr una maratón

Aunque ya sabemos que realizar un gran esfuerzo físico puede afectar a nuestro corazón y articulaciones si no estamos preparados, hay otro órgano que sufre sensiblemente

Foto: ¿Qué pasa con nuestro cuerpo si no dejamos de someterle a un gran esfuerzo? (iStock)
¿Qué pasa con nuestro cuerpo si no dejamos de someterle a un gran esfuerzo? (iStock)

Sospechamos que someter a nuestro cuerpo a una carrera de 42 kilómetros y 195 metros no puede ser muy bueno. No ayuda que, según nos cuenta la mitología, el soldado griego Filípides expirase nada más comunicar a los arcontes la victoria en Maratón. Sin embargo, vivimos en una auténtica “epidemia de carreras de maratón”, en palabras del nefrólogo de la Universidad de Yale Chirag Parikh.

Este acaba de publicar en las páginas del 'American Journal of Kidney Disease' el resultado de un pequeño experimento que, no obstante, desvela los severos efectos que una maratón puede tener en nuestro organismo. Concretamente, en nuestro riñón. Según sus resultados, la práctica de este ejercicio físico produce una lesión a corto plazo en el órgano destinado a filtrar los desechos del cuerpo. ¿Y a largo? Ahí está la duda. Aunque los corredores parecen recuperarse tras dos días, aún no se sabe qué ocurre cuando se repite el proceso una y otra vez.

Hay el mismo grado de lesión después de correr una maratón que en los pacientes que acaban de salir de la UCI

El médico compara el estado del riñón tras esta carrera con “lo que le ocurre a los pacientes hospitalizados cuando el riñón es afectado por complicaciones médicas y quirúrgicas”. Aún va más lejos. En las páginas de 'The Atlantic', el facultativo añade que “hemos demostrado que hay el mismo grado de lesión e inflamaciones después de correr una maratón que en los pacientes que acaban de salir de una cirugía cardíaca o de la UCI”.

Foto: Si la ciudad es su terreno de entrenamiento, debería tener cuidado con ello. (iStock)

Parikh y sus colegas recogieron los datos de orina y sangre de los corredores de la maratón de Hartford en su edición de 2015. Hasta un 82% de ellos sufrían lo que se conoce como insuficiencia o lesión renal aguda (IRA) en primer grado, unida a una pérdida rápida de la función renal que dificulta el filtro de los desechos del organismo. Los participantes tardaron dos días en que sus riñones recuperasen su estado inicial.

¿Por qué falla?

Hay múltiples factores que explican por qué correr una maratón puede influir de manera negativa en el funcionamiento del riñón. Entre ellos se encuentran un sensible aumento en la temperatura corporal o el descenso del flujo de sangre a los riñones que se produce durante la práctica del ejercicio. Aunque probablemente el más decisivo de todos sea la deshidratación del organismo, un proceso con molestos efectos secundarios, como bien sabe quien ha experimentado una resaca.

Los corredores presentaban un grado de inflamación entre cinco y diez veces superior a lo normal

La deshidratación aparece cuando el organismo tiene un déficit de agua y líquidos, y en el caso de los maratones, esto suele ser causado por la sudoración excesiva, lo que provoca que este efecto sea aún más acentuado en los climas cálidos (y Hartford no se encuentra precisamente en el Trópico). Si esta es grave, el riñón puede empezar a fallar de la manera anteriormente señalada, algo que ya se había comprobado que ocurría en el entrenamiento militar.

La investigación analizó también los resultados en la sangre relacionados con la inflamación (interleucinas y la proteína NGAL), y descubrieron que los corredores presentaban un grado de estrés físico entre cinco y diez veces superior a lo normal. No es el primer estudio que analiza este tema, pero sí el más amplio. En el año 2010, una investigación publicada en 'Nephrology' a partir del análisis de 25 corredores descubrió que el 40% de ellos (en concreto, 10) experimentó un aumento transitorio de creatinina por una mala depuración, el signo más claro de que los riñones no funcionan correctamente.

¿Y ahora qué hacemos?

El estudio, no obstante, no termina de responder la pregunta que todos nos hacemos. ¿Deberíamos dejar de correr maratones? ¿Cuáles son los efectos exactos que ocasiona este esfuerzo físico en nuestro organismo? Parikh tan solo tiene claros cuáles pueden ser potencialmente los principales afectados por este efecto secundario: las personas que sufren diabetes, hipertensión o de mayor edad. Es decir, los grupos de riesgo habituales.

Más allá de eso, la cuestión no está clara. El efecto pernicioso es evidente a corto plazo, pero es muy complicado saber qué pasa en el cuerpo de una persona que ha pasado 30 años de su vida corriendo maratones. La gran pregunta es si la acumulación de estas pequeñas lesiones a corto plazo terminan provocando un problema aún mayor a lo largo de los años. Y la respuesta que proporciona el autor es llamativa: para saberlo hace falta financiación, y conocer los efectos de una de las carreras más exigentes en el cuerpo de los corredores no es precisamente una prioridad, especialmente porque la institución que ha apadrinado esta investigación (el Instituto Nacional de Salud) ha visto su presupuesto severamente recortado.

¿La buena noticia? Que ya que sabemos de qué manera funciona más o menos este dañino proceso, podemos intentar atajarlo a través de procedimientos como una correcta hidratación o evitar los días de calor. Incluso es posible que la inflamación que experimenta el cuerpo termine provocando una mayor resistencia a largo plazo, sugiere Parikh. Muy probablemente, concluye, todos podamos encontrar un equilibrio en el que someter nuestro cuerpo a un gran esfuerzo sin sufrir indeseados efectos secundarios, y que pueda ser mejorado con el entrenamiento.

Sospechamos que someter a nuestro cuerpo a una carrera de 42 kilómetros y 195 metros no puede ser muy bueno. No ayuda que, según nos cuenta la mitología, el soldado griego Filípides expirase nada más comunicar a los arcontes la victoria en Maratón. Sin embargo, vivimos en una auténtica “epidemia de carreras de maratón”, en palabras del nefrólogo de la Universidad de Yale Chirag Parikh.

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