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Las mujeres “carnívoras” de Japón: cuando son ellas las que seducen a los hombres
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Las mujeres “carnívoras” de Japón: cuando son ellas las que seducen a los hombres

Si el hombre deja de interesarse por el sexo contrario, ¿están ellas obligadas a dar un paso adelante? Esto es lo que, en apariencia, está ocurriendo en el país del Sol Naciente

Foto: Un pequeño paso para una mujer, un gran paso para el ser humano. (iStock)
Un pequeño paso para una mujer, un gran paso para el ser humano. (iStock)

La alarma ha saltado repetidamente, y cada vez con mayor frecuencia. Japón se enfrenta a una de las crisis demográficas más severas de su historia reciente, debido a un notable descenso en sus niveles de natalidad. El Gobierno ha publicado encuestas que afirman que el 69% de los hombres y el 59% de las mujeres no tienen pareja, así como que el 40% de los menores de 34 años no han hecho nunca el amor.

Los datos suelen resultar áridos sin una narración paralela, y esta se ha articulado a partir de la figura del “hombre herbívoro” (“soshoku danshi”). El término acuñado por la socióloga Maki Fukasawa se emplea para definir a los varones que tienen poco o nulo interés en encontrar pareja, casarse o acostarse con otras mujeres, y prefieren dedicar su tiempo libre al ocio y al consumo. Aunque puedan tener novia, esta no es, desde luego, su prioridad vital. Y es probable que no hayan sido quienes hayan dado el primer paso.

Son las mujeres las que toman la iniciativa y hacen el primer movimiento cuando quieren salir con alguien

Es un término más bien peyorativo, aunque la mayor parte de estos hombres herbívoros no tengan problema en reconocer que lo son. Se trata, más bien, de una vuelta de tuerca a las visiones tradicionales de la masculinidad, asociadas a la virilidad, la rudeza, la imposición de la voluntad propia o la agresividad. La página 'Japan Today' detalla una lista de categorías de hombres, desde estos herbívoros (“pasivos que se sienten atemorizados por las relaciones”) hasta los “comedores de pescado” (“menos agresivos que los carnívoros”) pasando por los “col rellena” (que visten como herbívoros pero se comportan como carnívoros). Qué complicado.

Foto: Un hombre pasa ante dos jóvenes japonesas disfrazadas en el centro de Tokio (Reuters).
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¿La consecuencia lógica de la proliferación de herbívoros, esos que según la versión oficial son los principales culpables del descenso en la natalidad? La aparición de las mujeres carnívoras (“nikushokukei joshi”), que han de ser las que den el primer paso a la hora de conformar la pareja. Aunque el término no sea tan utilizado como el del herbívoro, y por lo general aparezca vinculado a este, es empleado con relativa frecuencia. Si el hombre carnívoro es “el varón activo a la hora de seducir a las mujeres”, la mujer carnívora ha de ser la activa a la hora de seducir a los hombres.

¿Un animal mitológico?

Resulta en apariencia paradójico que sea en la sociedad japonesa, en la que el rol de la mujer ha estado tradicionalmente subordinado al del hombre –ahí están las geishas–, donde ha aparecido este concepto de “carnívora”. ¿La necesidad obliga? Como explicaba en 2012 el blog 'A Walk in Japan', el término “describe a las mujeres que toman la iniciativa y hacen el primer movimiento cuando quieren salir con alguien”.

El número de startups abiertas por mujeres se ha disparado en los últimos años: muchas ya no adoptan el papel de esposa y madre

“Al fin y al cabo, cuando cada vez hay más hombres preocupados por bolsos de moda en lugar de salir en pareja, alguien tiene que tomar el relevo, prosigue algo despectivamente el texto. No se trata de que las mujeres comiencen a comportarse como hombres, pero sí que tomen un rol activo a la hora de elegir pareja: el replanteamiento de las características de uno de los géneros obliga forzosamente a alterar las costumbres del otro. Aunque no sea necesariamente aceptado, como veremos más tarde.

Lo muestra el testimonio de un parroquiano de un bar recogido por 'CNN'. Se trata de un hombre de negocios de cierta edad que lamenta el futuro que le espera a los jóvenes japoneses. “Hay que ser carnívoro cuando tomas decisiones en tu vida”, señalaba. “Necesitas ser proactivo, no pasivo”. De ahí que el consumo de carne –figurada– no afecte tan solo a las relaciones y a lo sexual, sino también a su futuro laboral y profesional. Como recordaba un reportaje de 'Geektime', el número de startups abiertas por mujeres se ha disparado en los últimos años, en parte porque muchas de ellas ya no adoptan el papel de esposa y madre en la sociedad, también por el apoyo de las Abenomics.

Pero esto también afecta a lo sexual, claro está. El blog reproducía una historia apócrifa que el autor había vivido en primera persona. El tipo estaba en una fiesta cuando de repente se encontró con un chico y una chica, con los que consiguió comunicarse a duras penas. “Después de 30 segundos de charla, la mujer me miró y dijo 'me interesas. ¿Te intereso yo?'”, narra. “Al principio, pensé que la había entendido mal, así que la pedí que repitiese. Me sorprendió su atrevimiento”.

El autor explica que la mujer tenía 10 años más que él y que, acto seguido, le suplicó que le escribiese su número de teléfono en un papel. Entonces se comportó como un hombre herbívoro con todas las de la ley: asustado, le respondió que no tenía teléfono (¡!) y se marchó. “Así fue mi primer encuentro con una mujer carnívora”. Obviamente, esta anécdota, que parece casi sacada de las fantaías del cine porno, no puede generalizarse, pero resume bien la idea.

Un modelo para las comedoras de carne

Casi todos los artículos que hablan de estas carnívoras hacen referencia a una hipotética madre espiritual, Yuri Ebihara, una célebre actriz televisiva cuyo estilo definió la pasada década. En 2009, un blog llamado 'Bicoastal Bitchin' recurría a ella para explicar qué eran las mujeres carnívoras. “Viven como una modelo/actriz llamada Yuri Ebihara que dio inicio a un movimiento basado en su mote, Ebi-chan”.

Copian los vestidos de las revistas, siguen las guías de 'cómo ligar con un hombre', llevan rosa infantil y vestiditos cortos en las fiestas

Se refiere a un personaje caracterizado por “sus rizos de niña y una sonrisa mona” que supuestamente define a las seguidoras de este supuesto movimiento. ¿Qué tienen en común todas ellas? “Copian los vestidos de las revistas, siguen las guías de 'cómo ligar con un hombre', llevan rosa infantil, vestiditos cortos en las fiestas y sirven la comida para llamar la atención de todos los chicos”. La propia Ebihara afirmó en una entrevista, cuando le preguntaron si era carnívora, que “todo el mundo lo es cuando siente pasión por alguien”.

Como los hombres herbívoros, las mujeres carnívoras también tienen sus propias subcategorías, eso sí, con bastante dosis de humor. La página 'Gurashii' realiza una peculiar taxonomía recurriendo, una vez más, al símil con los dinosaurios. ¿Qué es una mujer de “primer tren”, el equivalente del tyrannosaurus rex? Aquella a la que solo le preocupa lo sexual: “Encuentra el proceso de salir aburrido y problemático, y prefiere quedar a última hora”. ¿Y lo del tren, de dónde viene? “Coge el primer tren de vuelta a casa por la mañana”.

Juguemos. ¿Y el Ankolosaurus? Su opuesto exacto: “Le gusta salir con muchos chicos diferentes pero no participa en las actividades sexuales, retrocediendo siempre antes de dar el paso final”. Es también conocida como la mujer de plata por la armadura que porta; si a alguien le parece esto un poco machista, quizá no esté muy desencaminado, sobre todo porque las descripciones de estas mujeres son muy negativas. Así, la brontosaurus es “venenosa como una bonita seta”, el pterodáctilo no te deja posibilidad de escape y el “dinosaurio metálico” solo te quiere por tu dinero.

Aunque la tortilla se haya dado la vuelta, y ellas tomen la iniciativa, los estereotipos siguen presentando a la mujer “carnívora” como un peligro para el hombre, incluso aunque este haya cambiado sus costumbres. 'Gurashii' concluye que “el deseo por los hombres herbívoros ha desembocado en una cultura de la caza, en la que las mujeres carnívoras luchan para encontrar a su macho pasivo, de mirada inocente, ideal”.

La alarma ha saltado repetidamente, y cada vez con mayor frecuencia. Japón se enfrenta a una de las crisis demográficas más severas de su historia reciente, debido a un notable descenso en sus niveles de natalidad. El Gobierno ha publicado encuestas que afirman que el 69% de los hombres y el 59% de las mujeres no tienen pareja, así como que el 40% de los menores de 34 años no han hecho nunca el amor.

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