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Cada vez más de moda: el auge de los líos de (media) noche
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DESPERTARSE SOLO

Cada vez más de moda: el auge de los líos de (media) noche

Ya sea para ahorrar tiempo o para evitar la incómoda mañana siguiente, cada vez más jóvenes deciden salir 'de puntillas' tras el sexo

Foto: Cada vez más personas deciden ahorrarse el momento 'incómodo' de la mañana siguiente. (iStock)
Cada vez más personas deciden ahorrarse el momento 'incómodo' de la mañana siguiente. (iStock)

Cuando despertó, ella ya no estaba allí.

Se conocieron a través de una pantalla. Decidieron dar el paso a la vida real: cena, copa y discoteca. Hubo coqueteo, baile, sudor y mucho tacto. El chico la invitó a su casa y se acostaron. Hasta ahí, una típica historia de sexo casual que seguro se repite cada fin de semana. No obstante, en esta ocasión, la chica decidió no pasar más tiempo en aquella casa desconocida: se vistió cuando el reloj no daba ni las cinco de la mañana y se fue por la puerta sin hacer ruido.

Foto: Tampoco hace falta que te vayas sin despedirte, pero es mejor que no te quedes a desayunar. (iStock)

A estas fugas post-sexo tan de moda entre la generación millennial las llamaremos líos de una (media) noche. Ahora que todo lo que los jóvenes hacen se analiza con lupa, habrá quienes clamen al cielo contra el sexo 'de usar y tirar' y explicarán el auge de estas nuevas tendencias basándose en el egoísmo, la impaciencia y el narcisismo de las nuevas generaciones. Y sí, algunas veces será para ahorrar tiempo y otras, para evitar el incómodo momento de la mañana siguiente. Pero, hay que asumirlo, es una realidad. Como dijo recientemente un conocido tabloide británico: “Quedarse toda la noche es tan del año pasado”.

¿Y a qué se debe este cambio en las costumbres sexuales? Los psicólogos no tienen ningún reparo en señalar a las nuevas teconologías. A medida que las webs de citas y apps como Tinder (con más de 50 millones de usuarios en todo el mundo) se han convertido en la forma por defecto de ligar de los jóvenes, ha aumentado la propensión hacia las relaciones efímeras de una o media noche. Tu próxima aventura sexual está a tan solo un 'swipe' de distancia.

El sexo en serie no es del todo bueno para la moral. Reemplazar lo real por este tipo de citas sirve al cuerpo, pero no a la mente

Para el ojo inexperto, la tendencia asusta: se puede llegar a valorar las relaciones entre seres humanos como meros bienes de consumo. Por esa razón, es esencial determinar qué efecto tiene en una persona experimentar relaciones tan fugaces. Más aún teniendo en cuenta los seis minutos que dura de media el sexo.

“Unos pocos líos de una media noche no van a hacerte daño”, cuenta la experta en relaciones sexuales Annabelle Knight en la revista 'Askmen'. “Sin embargo, los encuentros sexuales en serie no son del todo buenos para la moral. Reemplazar lo real por este tipo de citas carnales sirve al cuerpo, pero no a la mente”. Al igual que los 'matches' del Tinder pueden impulsar el ego sin temor al rechazo, la sexóloga asegura que estos encuentros también sirven para aumentar la autoestima, siempre y cuando ambas partes sean conscientes de que su relación está destinada a durar poco.

Es difícil escapar de los estereotipos y prejuicios alrededor de la sexualidad. Mientras que en la mayoría de estos casos existe una necesidad mutua de sexo rápido, las mujeres todavía salen perdiendo: "La sociedad las juzga más con mayor severidad", asegura Knight. Es fácil dar con foros de Internet que demuestran la doble vara de medir cuando se trata de las costumbres sexuales del género opuesto.

Según le cuenta la psicóloga Tammy Nelson al Huffington Post, esta tendencia a la huida tras el sexo indica que las mujeres están afirmándose como agentes sexuales propios: “Ellas eligen ir a la cama con un hombre y optan por volver a su casa después de hacerlo. Y si prefieren quedarse, la decisión será suya. Es un nuevo tiempo de libertad sexual para las mujeres”. Y del avance, se quiera o no, también tienen la culpa las nuevas tecnologías.

No es que el sexo sin ataduras sea un fenómeno nuevo (solo hay que recordar las revolución sexual de los 60, si no queremos remontarnos todavía más atrás), pero gracias a la tecnología, lo único que se necesita es el deseo mutuo: se han eliminado el resto de barreras. No obstante, y por extraño que parezca, no nos hacen más activos sexualmente. Según un estudio publicado en 'Archives of Sexual Behaviour', los millennials (en este caso, americanos) son la generación que menos sexo tiene desde hace 60 años.

¿El fin del amor romántico?

Lo que está claro es que el escenario amoroso sigue en continuo cambio. La intimidad, fuera. La inmediatez, dentro. Puede que el auge de las apps de citas, los líos sin compromiso y las escapadas post-sexo estén acabando con el amor. "Pero la gente sabe en lo que se mete", razona Knight, "son conscientes de que el amor romántico no se ofrece en Tinder, y lo buscarán en otro sitio". No es una solución para la soledad ni una vía hacia una relación estable; tan solo alivia el picor.

La tecnología abre la puerta al mundo del sexo sin ataduras. Un mundo que acoge a los jóvenes con los brazos abiertos y que a media noche sale por la puerta sin hacer ruido.

Cuando despertó, ella ya no estaba allí.

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