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De Segovia a Davos: la joven española elegida entre los líderes del Foro Económico Mundial
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LA HISTORIA DE REBECA MINGUELA

De Segovia a Davos: la joven española elegida entre los líderes del Foro Económico Mundial

Su nombre está en boca de todos. Nacida en Cuéllar, se ha convertido en la única española en aparecer entre los 'young global leaders' de la edición de 2017

Foto: La joven de 34 años vive actualmente en Nueva York.
La joven de 34 años vive actualmente en Nueva York.

¿Quién es Rebeca Minguela y por qué ha estado la última semana en boca de todos? Una búsqueda en Internet arroja miles de resultados, aunque con la salvedad de una breve entrada en Wikipedia, la mayor parte de ellos han sido publicados esta semana. Ha sido entonces cuando el Foro Económico Mundial ha publicado el listado de los jóvenes 100 líderes mundiales ('young global leaders'), entre los cuales solo hay 17 europeos… y una única española.

“Sorpresa y orgullo” son los dos sentimientos encontrados que experimentó la joven de Cuéllar (Segovia), cuando hace dos meses le comunicaron que su rostro aparecería entre el 'dream team' del Foro de Davos. Había llegado al final un arduo y opaco proceso que, curiosamente, comienza en España a través de Heidrick & Struggles y Pilar Santiago, socia en Madrid. “Tienen en cuenta dos cosas”, explica Minguela a El Confidencial. “Los logros profesionales y que hayas demostrado un compromiso social a lo largo de toda su carrera”.

Los que no empezamos estudiando en universidades privadas no disponemos de la misma información

En su caso, se refiere tanto a su trabajo con diversas ONG y los gobiernos de Ruanda o Kenia como su última creación, Clarity, que tiene como objetivo medir la utilidad y bondad de las empresas. “Queremos resolver la necesidad que tienen consumidores e inversores de entender cómo de buenas y malas son las organizaciones (sean ONG o gobiernos), qué cubren y cómo lo hacen”. En otras palabras, la compañía perfecta sería aquella que “se centran en cubrir necesidades para millones de personas con muy poco dinero”. Las que utilizan muchos recursos para responder a demandas marginales (como productos de lujo) para el top de la pirámide quedan en lo más bajo… y hay un poco de todo.

Paso a paso

Minguela nació en Cuéllar hace 34 años, y está muy orgullosa de sus orígenes, especialmente de los educativos. Presume de la educación pública que recibió en su pueblo (“llegué muy bien preparada a la universidad”) así como del apoyo que su familia y amigos del pueblo le siguen proporcionando, más importante para ella que provenir de un entorno emprendedor. También estudió Telecomunicaciones en una universidad pública, la Politécnica de Madrid, que compatibilizó con un primer trabajo en IBM.

¿Qué le distingue, por lo tanto, de otros compañeros de su generación? Quizá, su inquietud. “Siempre he sido muy curiosa, preguntaba mucho, hablaba con la gente, pedía muchos consejos… Los que no venimos de familias privilegiadas, no tenemos un entorno emprendedor cerca o hemos estudiado en ciertas instituciones privadas tenemos el hándicap de no disponer de información”, explica. “Y la información es lo que da acceso a las oportunidades. Cuando estaba en 'teleco' nadie me decía 'intenta ir a consultoras estratégicas, porque ni siquiera sabíamos qué era eso”.

El siguiente paso fue Alemania, tanto estudiando en la Universidad de Stuttgart como trabajando para Siemens o en la Agencia Aeroespacial. “Lo busqué por mi cuenta, sin saber si era un buen paso o no, y terminé en consultoría estratégica por casualidad”. El paso por The Boston Consulting Group fue un importante empujón para su carrera, y le llevó a cursar un MBA en la Harvard Business School (“con beca, por supuesto”). Fue el hito final. “Cuando ingresas en un sitio como Harvard u otros círculos así entras en un círculo virtuoso: tienes más información y te relacionas con otro tipo de gente, lo que te facilita ciertas cosas”. El mayor problema, no obstante, es “acceder a esos círculos cuando no procedes de cierto origen”.

Las expectativas por mi edad y por ser mujer son distintas: no esperan que alguien como yo ocupe un puesto directivo

Siguiente estación: Blink Booking. Muchos recordarán esa start-up española que permitía reservar hoteles desde el móvil, y cuyo ascenso fue meteórico; en apenas año y medio después de su fundación había sido vendida a Groupon. “Tuvimos suerte, conseguimos financiación cuando trabajaba en Londres [para Bain Capital Private Equity] y un inversor de Silicon Valley nos abrió las puertas a otros, y conseguimos 4,5 millones de dólares de financiación, lo que nos permitió crecer rapidísimo, sobre todo en España”.

Poco después se encontró en un despacho con Ana María Botín y José Antonio Álvarez, CEO del Banco Santander, entrevistándose para dirigir el programa de transformación digital global. Aunque su labor podía haber durado mucho y le sirvió de gran aprendizaje (“sobre todo, cómo transformar grandes corporaciones”), su autodisciplina le llevó a dejarlo un año después y colaborar tan solo de manera esporádica. Clarity le esperaba.

¿Un ejemplo a seguir?

Minguela deja algo claro en todo momento de la entrevista. Aunque ella haya emprendido una y otra vez, no se debe romantizar dicha dedicación. “Tengo la sensación de que mucha gente se está lanzando, pero los incentivos no son los adecuados”, nos explica. “Meterte solo por dinero o reconocimiento no te va a llevar a ningún sitio, porque no compensa el esfuerzo. Tiene que ser por algo más cualitativo que cuantitativo, si es tu pasión o quieres ser tu propio jefe”. La joven reconoce que ha sido muchas cosas, pero la más dura de todas ellas, con diferencia, ha sido emprender… “Y lo va a seguir siendo”, añade.

Eso sí, la situación ha cambiado sensiblemente entre los tiempos de Blink, en 2011, y los de Clarity, que tiene su propia oficina en Madrid, especialmente en cuanto a ayuda institucional, inversión y facilidad de trámites. Lo cual no garantiza que el éxito se asegure, pero sí, que la caída sea menos dolorosa. “No es preocupante que empiecen y se estrellen, porque eso va a pasar, pero no sé si la gente es consciente cuando empieza una aventura”, aclara la segoviana. “Se deberían poner expectativas más realistas. El 90% o más van a fracasar, y el camino, además, va a ser muy duro”.

Minguela forma parte del 54% de mujeres que en esta ocasión configuran los 100 elegidos por el Foro de Davos (el año pasado, los dos seleccionados españoles fueron hombres, Javier Oliván de Facebook y Pedro Moneo Lain de Opino). La segoviana se acostumbró pronto a vivir en entornos muy masculinos, desde la propia carrera de ingeniería, pero ha sido al ascender a otros niveles cuando ha visto que el techo de cristal es real, tanto por su sexo como por su edad.

Estoy contenta, pero mi empresa puede ir mal en tres meses y tendré que empezar de nuevo

“Lo he sentido sobre todo en que las expectativas son distintas: no esperan que alguien como yo ocupe un puesto directivo, y eso ha sido un problema, porque no creen que seas capaz de hacer ciertas cosas, cuando es precisamente tu juventud lo que te permite aportar en ciertas áreas”, explica. A partir de ahora, la cuellarana dispone de la mejor carta de presentación, un aval del Foro Económico Mundial, para cuando alguien ponga en duda su capacidad. Sin embargo, también es consciente de que debe tomar la nominación con perspectiva ya que tendrá que reinventarse una y otra vez: “Estoy contenta, pero mi empresa puede ir mal dentro de tres meses y tendré que empezar de nuevo”.

¿Quién es Rebeca Minguela y por qué ha estado la última semana en boca de todos? Una búsqueda en Internet arroja miles de resultados, aunque con la salvedad de una breve entrada en Wikipedia, la mayor parte de ellos han sido publicados esta semana. Ha sido entonces cuando el Foro Económico Mundial ha publicado el listado de los jóvenes 100 líderes mundiales ('young global leaders'), entre los cuales solo hay 17 europeos… y una única española.

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