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El mejor consejo que vas a oír: la fórmula viral de una 'profe' universitaria
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El mejor consejo que vas a oír: la fórmula viral de una 'profe' universitaria

Son tan solo tres frases que se asemejan a una ecuación, pero han hecho que miles de personas se sientan identificadas. Desde luego, es una buena receta para ser feliz

Foto: Dramatización de la profesora viral escribiendo en la pizarra un mensaje que cambiará la vida de miles de personas (obviemos que es una fómula matemática). (iStock)
Dramatización de la profesora viral escribiendo en la pizarra un mensaje que cambiará la vida de miles de personas (obviemos que es una fómula matemática). (iStock)

Todos sabemos que en el término medio se encuentra la virtud, que el ocio y el descanso son tan necesarios como el trabajo y que no debemos dejar que nuestra felicidad dependa únicamente de nuestro empleo. Que lo sepamos no quiere decir que lo llevemos a cabo, por supuesto. Al final, uno de los tres aspectos termina devorando a los demás.

Esto es aún más cierto si nos referimos a nuestra época universitaria, esos cuatro años de Grado (o cinco, o seis, o siete, según el ritmo de cada cual…) irrepetibles y que, sin embargo, nos suelen pillar muy poco maduros. Muchos terminan arrepintiéndose cuando son adultos: o bien porque le han dedicado demasiado tiempo al estudio y no comprobaron si era cierto todo lo que se cuenta de las fiestas universitarias, o bien porque no aprovecharon a sus profesores y se contentaron con un “cinco” raspado.

Para unos y para otros aquí presentamos este tuit de origen desconocido (también aparece en otras páginas como 'Behappy') que en el momento de redactar este artículo ha sido retuiteado más de 20.000 veces y cuenta con más de 62.000 favoritos, señal de que muchos –no solo jóvenes– simpatizan con su mensaje:

Para los que no se lleven bien con el idioma inglés, aquí tienen la traducción:

1) Duerme más de lo que estudias.

2) Estudia más de lo que sales de fiesta.

3) Sal de fiesta todo lo que puedas.

En definitiva, una divertida reivindicación del 'carpe diem' que, al parecer, fue escrita en la pizarra por la profesora de la usuaria madison (@maddieeleeee), de la que tan solo sabemos que se llama “señora M”. Frente a los habituales consejos que suelen venir de los profesores y adultos –“estudia todo lo que puedas y más, porque eres tan irresponsable que si no te lo decimos vas a pasarte el día de fiesta”–, nos encontramos con un elogio de la parte más desenfada de la vida universitaria, que también es parte esencial en el desarrollo del carácter

Pero no debe entenderse tan solo como una fórmula para jóvenes, ya que los adultos pueden aplicarla a sus propias vidas, especialmente en esos momentos en los que las obligaciones laborales engullen todo lo demás. La traducción del mensaje parece sencilla, pero en realidad tiene una doble implicación: aunque en apariencia pone de relieve la importancia de la fiesta (“sal todo lo que puedas”), la sutil jerarquía de los elementos sitúa en la cúspide el descanso, seguido por el estudio y la diversión… pero otorgando al último elemento la importancia que merece.

Una de las respuestas al tuit señala lo siguiente, con la aportación de otro profesor:

De acuerdo, no era un acertijo, pero la respuesta es plausible. Así que sigamos con la broma y pensemos que, efectivamente, dedicamos el 33% del día a estudiar (o trabajar), el 31% a la fiesta (o a toda clase de ocio) y el 36% al sueño. Aunque los porcentajes pueden variar sensiblemente, siempre y cuando le quitemos tiempo a la fiesta –ahí está la gracia de la ecuación, que nos obliga a jugar con este factor–, resulta plausible.

Así pues, si el día tiene 24 horas, tendremos que dedicar ocho al trabajo; exactamente lo que dura (o debería durar) la jornada laboral media en España. Hasta ahí bien. ¿Y el sueño? Algo más, pongamos 8 horas y 40 minutos, por redondear, muy por encima de lo que suele dormir la media de los españoles, aunque también podemos incluir en este aspecto otra clase de útil descanso como, simplemente, quedarse mirando a algún punto en el infinito .¿Qué nos queda entonces? Pues 7 horas y 20 minutos de pura diversión.

Un mal descanso dispara la probabilidad de sufrir una enfermedad coronaria o depresión

De acuerdo, es una forma de hablar –todos tenemos que ir y volver del trabajo, recoger a los hijos, hacer la comida, lavar la colada y muchas otras actividades que chupan minutos de nuestra vida cual vampiro con la sangre ajena–, pero pone de valor la diversión y el sueño reparador. ¿Por qué?

  • Dormir bien. El sueño es uno de los factores esenciales en la salud humana, tanto o más que la alimentación o la práctica de ejercicio. A través del descanso nocturno formamos nuestros recuerdos y retenemos lo que hemos aprendido. También estamos más concentrados durante la jornada siguiente. En último lugar, juega un papel importante en algunas de las enfermedades más dañinas: un mal descanso dispara la probabilidad de sufrir una enfermedad coronaria o depresión, puesto que la producción de melanina y serotonina se reduce. Además, como señalaba un estudio realizado en la Universidad de Pensilvania, dormir mal nos lleva a comer peor y, por lo tanto, a engordar.
  • Ocio. Lo explica profusamente Andrew J. Smart en 'El arte y la ciencia de no hacer nada' (Clave Intelectual): la necesidad autoimpuesta de estar permanentemente ocupados ha terminado estresándonos y convirtiéndonos en personas infelices que ni siquiera son particularmente productivas. Como explicaba el autor a El Confidencial, cuando no hacemos nada, determinadas zonas del córtex prefrontal se activan y “te permiten acceder a tu inconsciente, tu creatividad y tus emociones”.

Todos sabemos que en el término medio se encuentra la virtud, que el ocio y el descanso son tan necesarios como el trabajo y que no debemos dejar que nuestra felicidad dependa únicamente de nuestro empleo. Que lo sepamos no quiere decir que lo llevemos a cabo, por supuesto. Al final, uno de los tres aspectos termina devorando a los demás.

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