Por qué una ensalada puede engordar más que una hamburguesa
Las hamburguesas son malas, ¿verdad? Sin embargo, podrían ser una elección mejor que las ensaladas más típicas de los restaurantes. Te contamos el porqué
Estás a dieta, tienes que comer fuera y en el establecimiento más cercano te dan a elegir entre hamburguesa o ensalada. La respuesta parece obvia, pero cuando uno investiga más en profundidad el mito empieza a deshacerse.
Es sintomático que las grandes cadenas estén incluyendo en sus cartas hamburguesas hechas con carnes menos calóricas: las opciones con pollo, pavo o pescado suelen estar ya tan presentes como el tradicional filete de vacuno. Por el contrario, las ensaladas resultan cada vez más suculentas. Quinoa, pollo, queso, frutos secos y salsas: todos juntos pueden ser una auténtica bomba.
La mayoría de la gente que elige ensaladas en vez de hamburguesas tiene muy pocos conocimientos sobre nutrición
No es necesario tampoco comparar entre extremos, es decir, entre una hamburguesa minúscula y de calidad y una ensalada gigante y repleta de ingredientes. “La teoría de que una ensalada es más saludable que una hamburguesa está malinterpretada” señala el especialista en salud y fitness Jacob Schepis. No obstante, sí es relevante aclarar que de lo que se trata aquí es de las calorías y no de otros beneficios: “Esto no significa que una ensalada contenga más micronutrientes, como vitaminas y minerales, que una hamburguesa, pero al final de la jornada, ingerir más calorías de las que creíamos es malo”.
Valores nutricionales
Schepis ha publicado en su blog una media con los resultados obtenidos tras un breve análisis en el que se comparaban los valores nutricionales de hamburguesas y ensaladas típicas presentes en los menús de diferentes restaurantes.
Si se elige la ensalada, se debería pedir sin aliño. Igualmente, habría que retirar uno o más ingredientes de los que engordan
Se muestran así dos cartas con las calorías de una hamburguesa corriente frente a las de una ensalada estándar. Aclarar que el experto utiliza como unidad las calorías. Se trata de un problema de lenguaje que hemos corregido, pues se suele equiparar esta medida con la que realmente se utiliza en nutrición: las kilocalorías. Tras esta pequeña modificación, he aquí los resultados:
Hamburguesa
- Pan: 200 kilocalorías
- Filete de ternera o de pollo: 170 kilocalorías
- 1 loncha de queso: 100 kilocalorías
- 2 rodajas de tomate: 40 kilocalorías
- 2 hojas de lechuga: 10 kilocalorías
- 1 loncha de bacon: 100 kilocalorías
- Aceite residual tras la preparación: 120 kilocalorías
En total: 740 kilocalorías
Ensalada
- 75 gramos de pollo, ternera o cordero: 140 kilocalorías.
- 20 gramos de nueces: 165 kilocalorías.
- Media taza de quinoa: 120 kilocalorías.
- Lechuga y/o espinacas: 40 kilocalorías.
- Pepino: 20 kilocalorías.
- 50 gramos de patatas: 40 kilocalorías.
- 1 cucharada sopera de aceite de oliva: 120 kilocalorías.
- 2 cucharadas de otras salsas: 80 kilocalorías
En total: 820 kilocalorías
¿Sorprendido? “Por desgracia, la mayoría de la gente que elige la ensalada en vez de la hamburguesa tiene muy pocos conocimientos sobre nutrición o fisiología”, afirma el experto.
Si después de conocer estos datos, todavía prefieres las ensaladas por motivos de gusto, el principal consejo está en elegir aquellas que tengan menos cantidades de los siguientes productos: salsas, frutos secos, aceite, aguacate, huevo y carnes con alto contenido en grasa. Señala Schepis: “Si tu ensalada contiene tres o más de estos ingredientes, esta va a colmar gran parte de tus necesidades diarias”.
Si el restaurante no quiere cambiar el menú para cumplir con tus exigencias de régimen elige la hamburguesa y disfruta
Según el experto, si se elige la ensalada como modo de hacer dieta se debería pedir siempre que no vengan aliñadas para poder verter uno mismo las cantidades de salsas y aceites más convenientes. Igualmente, habría que pedir que se retirasen uno o más de aquellos ingredientes que poseen más calorías. Siguiendo estas dos pautas, tu ensalada puede pasar de tener 800 kilocalorías a 500.
La moraleja que se extrae de todo esto, según, Schepis, es que si el restaurante se niega a cambiar el menú para cumplir con tus exigencias de régimen “elige la hamburguesa y disfruta”.
Un caso práctico
Hemos decidido comprobar si lo que dice este experto es exclusivo de los hábitos alimenticios de los restaurantes americanos (tamaños, salsas y demás condimentos que se añaden a los productos del menú) o si dicha norma es perfectamente válida para el caso español.
Reconocemos que no ha sido necesario ningún trabajo de investigación profundo. Basándonos en los datos oficiales publicados por una de las principales cadenas de comida rápida, si cogemos una hamburguesa típica con todos sus ingredientes, su contenido energético sería de 524 kilocalorías frente a una ensalada con pollo crujiente y salsa césar que tendría 573 calorías. Si quitamos de la hamburguesa los dos ingredientes que más engordan (sin considerar, por supuesto, el pan), como la salsa y el queso americano, nos encontramos con un producto con un contenido energético de 394 kilocalorías, es decir, un 30% menos que la ensalada que se vende en el mismo restaurante bajo el lema: “Ligera, sabrosa y crujiente”.
Estás a dieta, tienes que comer fuera y en el establecimiento más cercano te dan a elegir entre hamburguesa o ensalada. La respuesta parece obvia, pero cuando uno investiga más en profundidad el mito empieza a deshacerse.