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La historia oculta de Benny Hill
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AUGE Y CAÍDA DEL ÚLTIMO MIMO

La historia oculta de Benny Hill

Un icono transgeneracional, sus avatares vitales no son especialmente conocidos. La historia del cómico sintetiza bien la transición de una manera de hacer humor a otra

Foto: El actor en 1990, con 66 años, dos antes de su muerte. (Cordon Press)
El actor en 1990, con 66 años, dos antes de su muerte. (Cordon Press)

Si ha llegado hasta aquí, probablemente ya esté sonando en su cabeza la inmortal sintonía del programa llamada 'Yakety Yak' e influida por la inmortal canción de Leiber y Stoller. Su divertido saxo yakety probablemente suene desenfadado en nuestra cabeza, incluso ridículo, y no estamos muy seguros de que sea la mejor banda sonora para la vida de Benny Hill, uno de los últimos grandes cómicos de 'slapstick' y un hombre que murió solo, tremendamente adinerado y decepcionado por la forma en que había sido tratado por los hombres a los que hizo ricos.

Tuvieron que pasar cinco días para que su amigo Dennis Kirkland descubriese el cadáver de Hill un 25 de abril de 1992, sentado en su sofá delante, precisamente, del televisor. Había muerto de una trombosis coronaria, apenas dos meses después de sufrir un infarto que obligó a que se instalase un by-pass. Hay dos macabras coincidencias en su muerte. La primera de ellas, que la misma noche de su deceso envió a su amigo Frankie Howard un telegrama deseándole una pronta recuperación tras un infarto y en el que le decía “deja de robar mis chistes, aquí el que hace las bromas sobre ataques al corazón soy yo”. ¡Los límites del humor!

Su cadáver pasó cinco días sentado en el sofá de su casa, delante del televisor, antes de que lo encontrasen

En segundo lugar, que las últimas declaraciones públicas de Hill fueron realizadas cuando su cuerpo ya había pasado a mejor vida. ¿Cómo? Fue Kirkland, agente de prensa a la par que amigo, el que le arrojó a la prensa las frases “estoy muy triste, éramos grandes amigos” a propósito de Frankie Howard, que a pesar de los buenos deseos de Hill, había fallecido. Lo que no sabía entonces el bienintencionado amigo de Benny Hill es que este había muerto incluso antes que el homenajeado, y que su cadáver esperaba a que lo descubriese en el tercer piso de su casa de Teddington.

Estas son algunas de las anécdotas recogidas en el libro 'Beautiful Idiots and Brilliant Lunatics', escrito por Rob Baker y que aparece recogido en 'Flashbak'. Añadimos otra más. Muy poco antes de su muerte, Hill recibió la visita de uno de sus grandes admiradores, junto a Charles Chaplin. Se trata de Michael Jackson, que pasó a saludarle durante su paso por el Royal Brompton Hospital. Sin embargo, Hill murió solo en su casa, sin familiares ni amigos cercanos que se preocupasen por él en casi una semana.

Del 'music hall' a la tele

Volvamos atrás. Quizá al siglo XIX, cuando el padre y el abuelo de Alfred Hawthorne Nill hicieron sus pinitos como payasos de circo. O a los años 40, cuando, inspirado por los iconos de la revista británica –sacó su nombre de Jack Benny–, comenzó a hacer fortuna en el entonces boyante 'music hall'. Llegó a Londres en el verano de 1940 y en apenas un año ya giraba por toda la Inglaterra de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial como parte de una troupe teatral. Como muchos de los jóvenes de la época, terminó siendo alistado como conductor y mecánico.

La televisión tenía una ventaja añadida para Hill: le eximía de tener que colocarse ante un público real, algo que le ponía tremendamente nervioso

Una década después, Benny, que había cambiado su nombre, fue uno de los primeros en darse cuenta de que el futuro estaba en la televisión. Empezó escribiendo sketches y enviándolos a la 'BBC', donde llegaron a manos de Ronald Waldman, que quedó tan contento que le dio una oportunidad como protagonista de su propio show. Se llamaba 'Hi There', y fue el primer paso para que en 1955 se abriesen las puertas de 'The Benny Hill Show'. La televisión tenía una ventaja añadida para Benny Hill: le eximía de tener que colocarse ante un público real, algo que le ponía tremendamente nervioso.

Los siguientes 35 años marcarían el reinado en la televisión inglesa de Benny Hill, con ocasionales apariciones en el cine, como en 'Chitty Chitty Bang Bang' o 'The Italian Job'. Hasta el año 1968, lo hizo en la 'BBC', hasta que su popular programa pasó a Thames Television, una pieza inolvidable de la memoria televisiva. Su momento apoteósico fue 1971, cuando alcanzó su récord de audiencia con 21 millones de espectadores.

A lo largo de estas décadas, y hasta la cancelación final del programa en 1989, Hill perfeccionó la que fue su principal seña de identidad. Se trataba de la huida, un 'running gag' en el que varios personajes del programa perseguían a Hill acompañados por los compases de la célebre partitura del programa. Fue uno de los últimos reyes del slapstick, la comedia física, pero estas secuencias también estaban complementadas con curiosos trucos humorísticos de puesta en escena, como la aceleración de la imagen o las entradas y salidas de campo por lugares opuestos del encuadre.

Muchos de estos personajes eran las conocidas como Hill's Angels (Ángeles de Hill), mujeres semidesnudas extraídas directamente de la revista británica de décadas anteriores y colocadas en la pequeña pantalla delante de millones de espectadores. A medida que pasaron los años, a Hill le costó cada vez más justificar su presencia, hasta el punto que a finales de los ochenta fue acusado de sexista por la agencia encargada de establecer los estándares de la televisión pública británica y se solicitó que prescindiese de su número estrella.

La sociedad había avanzado, y ver a un hombre mayor rodeado o perseguido por mujeres ligeras de ropa era bastante incómodo

El cómico nunca llegó a entender las acusaciones, ya que mantenía que no estaba haciendo nada diferente; lo que no comprendía, quizá, era que la sociedad era la que había cambiado. Como recuerda Baker en su libro, “la sociedad había avanzado, y ver a un hombre mayor rodeado o perseguido por mujeres ligeras de ropa era bastante incómodo”. Incómodo. Esta palabra también sirve para definir la relación de Benny Hill con las mujeres.

¿Gay, impotente, o desinteresado?

Siempre ha habido una gran especulación sobre la vida sexual de Benny Hill, si es que llegó a tener alguna. El escritor recuerda que muy probablemente el actor nunca tuvo una relación romántica tradicional en toda su vida, a pesar de que en sus programas aparecía a menudo siendo perseguido por mujeres. En una entrevista concedida en 1955, confesaba que le gustaría “una chica que trabajase en una oficina, una fábrica o una tienda, que es donde están las guapas con sentido común”.

Fue rechazado al menos dos veces en su vida. La primera de ellas fue Doris Deal, que le abandonó después de que Hill le confesase que no se sentía preparado para el matrimonio. La segunda fue una actriz australiana llamada Annette André: la leyenda cuenta que Hill le propuso matrimonio una noche, y ella lo rechazó pensando que bromeaba. No era así. Baker recuerda que algunos afirman que era impotente o gay (algo que siempre negó), por lo que evitaba contacto íntimo con personas del sexo opuesto. Según la biografía 'Funny, Peculiar', escrita por Mark Lewisohn, en una ocasión desveló que buscaba en su relación con las mujeres “que le mirasen desde abajo”. En otras palabras, que le llamasen “mr. Hill” y le masturbasen o felasen.

Su tumba fue profanada meses después de su muerte por ladrones que creyeron que había sido enterrado con su colección de joyas

Sus gustos siempre fueron frugales, a pesar de que amasó una fortuna de unos siete millones de libras esterlinas tras décadas como estrella televisiva (y que terminó siendo repartida entre sobrinos con los que apenas tenía contacto, ya que el resto de su familia había muerto). Compraba comida barata, era un gran aficionado al 'fish and chips' y prefería ir andando a sus destinos que coger un taxi. Remendaba la ropa usada y dudaba en reparar el techo de la casa de su madre porque era muy caro. Eso sí, se permitía habituales viajes en hoteles de cinco estrellas, especialmente a Francia. La leyenda señalaba que había pedido ser enterrado con su colección de joyería de oro, pero los ladrones que profanaron su tumba en octubre de 1992 debieron quedar decepcionados al no encontrar nada.

Hill fue despedido en 1989 por John Howard Davies, al que muchos recordarán como el protagonista del 'Oliver Twist' de David Lean, y nunca se recuperó de su salida por la puerta de atrás de Thames. Volvería a las pantallas británicas apenas tres años después, eso sí, ya no como estrella en activo sino como cadáver exhumado, en 'Channel 4'. Paradójicamente, en el momento de su muerte, el show de Benny Hill se emitía en casi 100 países de todo el mundo, pero no en Gran Bretaña. Su sketch 'Ye Olde Wishing Well' (que se puede ver arriba), emitido en 1969 y en el que aparecía David Prowse –el hombre bajo la máscara de Darth Vader en la trilogía original de 'Star Wars'– fue elegido como el mejor por los seguidores del cómico.

Si ha llegado hasta aquí, probablemente ya esté sonando en su cabeza la inmortal sintonía del programa llamada 'Yakety Yak' e influida por la inmortal canción de Leiber y Stoller. Su divertido saxo yakety probablemente suene desenfadado en nuestra cabeza, incluso ridículo, y no estamos muy seguros de que sea la mejor banda sonora para la vida de Benny Hill, uno de los últimos grandes cómicos de 'slapstick' y un hombre que murió solo, tremendamente adinerado y decepcionado por la forma en que había sido tratado por los hombres a los que hizo ricos.

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