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Bebidas que debes evitar a toda costa si lo que tratas es de perder peso
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Bebidas que debes evitar a toda costa si lo que tratas es de perder peso

Y además sueles beberlas todos los días. Leche desnatada, bebidas con café, té, zumos...

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Lo que no debes beber si quieres adelgazar

Quieres adelgazar, pero no a través de una dieta estricta. Te aburren esas cosas. Lo que quieres es controlar lo que ingieres. No pasarte con el pan, eliminar los postres, no beber demasiado alcohol y un largo etcétera. La teoría es buena, pero sigues consumiendo bebidas que te hacen engordar, y no lo sabes.

Y además lo haces todos los días. Leche desnatada, bebidas con café, té, zumos... Pasa las flechas de la derecha y descubre la lista de líquidos que solo tienes que mirar de lejos si quieres perder esos kilitos sin esfuerzo.

1) Bebidas de café

Ojo. No significa que tengas que renunciar al café, sino a determinadas bebidas que lo contienen. Nos referimos a los frappucinos, a los cafés con leche preparados o al café moca. Prohibidísimos. Solo un vaso de estas bebidas puede tener hasta 300 calorías, de las cuales la mayoría son de azúcares y grasas, justo lo que más debes evitar si estás a régimen.

En lugar de ello, la nutricionista Keri Gans aconseja que pidas un café solo con, si acaso, leche entera. Nada de leche desnatada ni cremas o leche de soja. Puedes añadir un sobrecito de azúcar o edulcorante.

Estas reglas básicas deberás grabártelas a fuego si además eres consumidor habitual de café (tres o más tazas al día). Recuerda que la cafeína es muy buena para perder peso porque activa el metabolismo, pero has de tener una gran precaución con lo que añades a la bebida.

2) Leche desnatada

Aunque parezca lo contrario, los expertos desaconsejan absolutamente que bebas leche desnatada si quieres adelgazar. "Diversas investigaciones demuestran constantemente que los consumidores de leche sin grasa o descremada tienden a ganar más peso con el tiempo que aquellos que consumen leche entera, sin azúcar", asegura David Ludwig, profesor en la Harvard Medical School.

Además de evitar las leches descremadas, el académico recomienda huir de los sucedáneos de la leche con azúcares añadidos, como la leche de almendras o la de arroz, especialmente si son variedades con sabor.

No debes dejar de consumir leche, pero sí has de tener cabeza. Recuerda que si eliges bien, esta bebida de origen animal puede serte de gran ayuda en el proceso de adelgazamiento, ya que es rica en proteínas, lo que servirá de combustible a tus músculos.

3) Refrescos

Dejando a un lado los 'light', la mayoría de refrescos son una bomba calórica de imprevisibles consecuencias si se consumen de forma habitual. Los principales responsables del sabor dulce de estas bebidas son la fructosa y el jarabe de maíz, dos componentes que la Asociación Americana del Corazón ha identificado como unos de los principales culpables de la obesidad y de las enfermedades cardiacas.

Beber una lata de refresco convencional equivale a ingerir tres sobres de azúcar, y a meterse entre pecho y espalda 100-140 calorías. Además de engordar innecesariamente, la acidez y el alto contenido en azúcares simples que contienen estas bebidas deterioran el esmalte y favorecen la aparición de caries; además, el gas presente en la mayoría puede producir aerofagia.

Los peores refrescos son los de cola que, además de todo lo citado, contienen ácido fosfórico, que en cantidades elevadas puede tener un efecto desmineralizante del hueso.

4) Té frío

No nos referimos a consumir té casero y ponerle hielos. No. Los tés fríos que debemos evitar son aquellos que ya vienen envasados o los que pedimos en restaurantes o bares. Siempre es una mala idea.

Parece ligero y sano, pero estos tés contienen tanto azúcar añadido como un refresco convencional. Y suelen ser ricos en calorías: un total de 175 y 11 cucharaditas de azúcar.

Por todo ello, mejor evitarlos si queremos adelgazar. Si alguna vez estás fuera de casa y quieres beber uno, debes fijarte en las etiquetas. Lo mejor es elegir aquellos que llevan edulcorantes y los que tienen pocas o ninguna caloría. Si estás en casa, hazlo tú mismo: hierve té y agrega un poco de limón recién exprimido con hielos.

5) Horchata

Aunque parezca inofensiva con ese color claro como la leche, has de evitarla a toda costa. La principal característica nutricional de esta bebida es su alto contenido en calorías, en torno a 93 calorías por 100 ml. Además, es una de las bebidas con más azúcar (13,90 gr/100ml), una cantidad superior a la de gran parte de los refrescos.

Su consumo no nos aporta ningún beneficio: tiene una cantidad irrelevante de fibra, vitaminas o minerales, y su contenido en calcio es ínfimo. Así pues, evitémosla.

6) Zumo

Los zumos de frutas tienen una apariencia saludable, pero cuidado. Los médicos los eliminan de la dieta de alguien con sobrepeso. Todo ello por la elevada cantidad de azúcar que contienen, incluso si son supernaturales. Por ejemplo, un vaso de zumo de uva tiene nueve cucharaditas de azúcar, un vaso de zumo de naranja contiene unas seis, y un vaso de zumo de manzana, un total de siete cucharaditas de azúcar. Una pasada, ¿verdad?

Además, según Ludwig, el azúcar de los zumos se digiere muy rápido porque no hay otros nutrientes (como grasa o proteína) para ralentizarlo. Eso conduce a un pico gigante de azúcar en la sangre y al colapso subsecuente que te deja anhelando azúcar y carbohidratos durante un periodo considerable de tiempo. Además, todas esas calorías van directamente al almacenamiento, es decir, a tus caderas o tripa.

Un informe publicado en MedlinePlus es más que ilustrativo: podríamos llegar a engordar cinco kilos al año si tomamos dos vasos de zumo de naranja al día, manteniendo estable nuestra ingesta habitual y nuestros hábitos de ejercicio. Así pues, limita su consumo. Como mucho, una tacita al día, y para que no produzca picos de azúcar, tómalo acompañado de una ración de frutos, ricos en proteínas y grasas.

7) 'Smoothies'

Un batido hecho de frutas y verduras sería una de las mejores opciones para consumir cuando uno está a dieta. Pero los expertos no lo tienen tan claro. "No te sentarías y comerías cinco porciones de fruta a la vez. Así que, ¿por qué debes beberla?", asegura la nutricionista Karen Ansel.

Ojo, estos batidos pueden ser una comida saludable o una merienda, pero hay que controlar las porciones. Y, sobre todo, hay que evitar que sean envasados.

8) Alcohol

Dejando a un lado los peligros del alcohol para nuestra salud, en el terreno nutricional las bebidas alcohólicas son la bestia negra de toda dieta.

El valor calórico de una de estas bebidas depende directamente de su grado de alcohol, en función de siete calorías por gramo. Lo más saludable es decantarse por el vino y la cerveza, ya que no se suelen acompañar de refrescos (que, como ya hemos visto, están cargados de azúcares).

Las calorías que aporta el alcohol son 'vacías', pues están desprovistas de nutrientes y no sacian, lo que nos lleva a los típicos atracones de madrugada. En definitiva: si quieres adelgazar, o no quieres engordar, limitar o suprimir el consumo de alcohol debe ser tu primera meta.

9) Bebidas energéticas

Si estás a dieta o consumiendo menos comida que habitualmente, puedes sentir cierta debilidad que intentes suprimir a través del consumo de bebidas energéticas. Es un error garrafal, ya que las calorías que ahorras por un lado, las consumes por el otro. Si sigues una alimentación saludable, entrenamientos y duermes bien, no tienes por qué notar falta de energía.

En lugar de consumir una bebida energética, cargada de azúcar, evalúa si estás durmiendo lo suficiente. Te ahorrarás un centenar de calorías al día y evitarás los picos de insulina en sangre, que te llevarán a seguir comiendo más y a soportar una carga extra de ansiedad.

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