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Por qué es mejor que tu médico sea una mujer que un hombre
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UNA COMPLEJA DIFERENCIA

Por qué es mejor que tu médico sea una mujer que un hombre

Una investigación pone de manifiesto que los pacientes tienen más posibilidades de salir adelante si caen en manos de una doctora... ¿Por qué?

Foto: Mejor calidad, peor remuneración. (iStock)
Mejor calidad, peor remuneración. (iStock)

El ámbito sanitario es, como tantos otros, uno de aquellos en los que las diferencias salariales entre hombres y mujeres siguen siendo acentuadas. En España, según los datos del Instituto Nacional de Estadística que recoge 'Consalud', las mujeres que trabajan en el sector de la sanidad cobran de media 9.484 euros menos que los hombres, una diferencia del 30,3%.

Durante mucho tiempo se ha intentado racionalizar dicha brecha aludiendo a la existencia de un techo de cristal ocasionado por las obligaciones familiares y los trabajos a tiempo parcial, que impide que las mujeres pueden ascender a puestos de responsabilidad. Una nueva investigación publicada en 'JAMA Internal Medicine' da una nueva perspectiva sobre el asunto al señalar que las posibilidades de supervivencia de los pacientes de mujeres superan, con mucho, las de los hombres.

Probablemente esta diferencia se deba a una divergencia en los patrones de comportamiento que afecta a al pronóstico de los pacientes

Concretamente, los pacientes de avanzada edad (más de 65 años) tenían un 4% menos de riesgo relativo de morir (y un 5% menos de volver al hospital) durante el siguiente mes en caso de haber sido tratados por una mujer. Estos resultados eran consistentes en todos los casos, independientemente de la gravedad de la enfermedad de los pacientes. Los datos de la investigación dirigida por Yusuke Tsugawa, de la Universidad de Harvard, están extraídos de una muestra del 20% de los beneficiarios del programa de salud estadounidense Medicare tratados entre 2011 y 2014: en total, 1.583.028 visitas hospitalarias.

Estos son los datos… ¿y la explicación?

Hay que recordar que el estudio es meramente observacional, por lo que se limita a constatar una realidad que, como señalan los autores, resulta “estadísticamente significativa”. Sin embargo, sugieren que probablemente se deba a “una diferencia en los patrones de comportamiento entre los doctores y las doctoras que afectan de manera sustancial al pronóstico de los pacientes”. Como señalan los autores, tan solo hay otra investigación, publicada en 'The Journal of the American Board of Family Medicine', que ha tratado este tema con anterioridad.

El estudio, no obstante, sugieren varias explicaciones a esta diferencia, que aunque no es determinante, sí resulta llamativa. En primer lugar, consideran que las mujeres están más inclinadas que los hombres a seguir los protocolos médicos, como señaló una investigación publicada en el 'European Journal of Heart Failure'. Esta afirmaba que mientras que las doctoras trataban por igual a hombres y mujeres, los médicos utilizaban menos medicación y en cantidades más reducidas para tratar las enfermedades cardíacas de sus pacientes mujeres.

Como señala un editorial publicado en 'JAMA Internal Medicine' por Anna L. Parks y Rita F. Redberg a propósito de este estudio, “estos mejores resultados pueden deberse a una mayor confianza por parte de las mujeres en las guías clínicas”, aunque también recuerdan que ello no siempre está relacionado con un mejor desempeño. La segunda hipótesis que baraja la investigación es que, simple y llanamente, y tal y como mostró una revisión publicada en el 'British Medical Journal', las mujeres rinden tan bien o mejor en su formación médica. Algo que también ocurre en España, como señalan la investigación de Nagore Iriberri de la Universidad del País Vasco, que desvela que las chicas sacan mejores notas pero reaccionan peor en contextos de alta presión.

Las visitas con una médica suelen durar de media dos minutos más (un 10%) que en el caso de los hombres

Una tercera hipótesis es la que señala que las mujeres suelen centrarse más en el paciente que los galenos hombres. Como explicaba una investigación publicada también en 'JAMA', la comunicación con los pacientes está más centrada en estos últimos, y suele ser más favorable y reconfortante que en el caso de los hombres. Algo que también ocurre con la duración de las consultas. Como ponía de manifiesto este último estudio, las visitas con una médica suelen durar de media dos minutos más (un 10%) que en el caso de los hombres.

Foto: Es casi imposible atender correctamente a los pacientes en consultas de menos de 10 minutos. (Corbis)

Algo que resulta de vital importancia en un contexto en el que se persiguen la eficiencia y la rentabilidad por encima de todo. “En un sistema que se fija con mayor frecuencia en el rendimiento, los comportamientos que conducen a un mejor resultado son recompensados, lo que puede hacer que la brecha entre géneros se estreche”: esta es la buena nueva que refleja el editorial, que considera que este mejor rendimiento por parte de las mujeres terminará siendo valorado. ¿Será así?

Una brecha que no sutura

Según la hipótesis de Parks y Redberg, el ajuste del pago al rendimiento provocará, lógicamente, que las mujeres terminen siendo mejor remunerados. Sin embargo, aún falta mucho para tal escenario: “Estos resultados, que muestran que las internas proporcionan unos cuidados de mayor calidad a los pacientes pero se les promociona, ayuda y paga menos que a sus compañeros hombres deberían llevarnos a crear sistemas que promocionen la equidad en los paquetes de apoyo a las start-ups, en las carreras y en su remuneración”.

Las pacientes mujeres solían tener más discusiones con los médicos independientemente del género de estos

La realidad de la profesión es muy diferente entre EEUU, donde uno de cada tres médicos es hombre, y España. En nuestro país, las mujeres siguen copando la profesión, aunque cobren menos. Como mostraban los datos del INE recogidos por 'Efe', en 10 de 15 profesiones relacionadas con la salud las mujeres superaban a los hombres, como en logopedia, terapeutas ocasionales, nutricionistas o enfermeras, algo que se acentúa entre las menores de 45 años. Eso sí, ellas solo representan el 47,5% de médicas colegiadas.

Como recordaba una doctora en 'The New York Times', la cuestión no puede ser reducida simplemente a que las mujeres son más “empáticas” que los hombres. Se trata de un círculo vicioso en el que los prejuicios también funcionan en un sentido “positivo”: como mostraba un estudio de 'Patient Education & Counseling', mientras que los pacientes hombres no daban ninguna importancia al género de los facultativos, ellas preferían que los médicos fuesen cariñosos y cercanos tan solo en el caso de que se tratase de mujeres.

Al mismo tiempo, los pacientes de mujeres suelen ser más asertivos con sus doctoras, realizando más preguntas y objeciones, lo que puede interpretarse como un signo de falta de respeto… pero algo que, a la larga, puede influir de manera positiva en su pronóstico.

Como concluía en dicho reportaje la doctora Klea Bertakis, autora de una investigación publicada en 'The Journal of Women's Health' que señalaba que las pacientes mujeres solían tener más discusiones con los médicos independientemente del género de estos, no se trata de “convertirse en mujeres, sino en aprender otros comportamientos”. En eso, y en reducir la brecha salarial.

El ámbito sanitario es, como tantos otros, uno de aquellos en los que las diferencias salariales entre hombres y mujeres siguen siendo acentuadas. En España, según los datos del Instituto Nacional de Estadística que recoge 'Consalud', las mujeres que trabajan en el sector de la sanidad cobran de media 9.484 euros menos que los hombres, una diferencia del 30,3%.

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