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La manera infalible y definitiva de no coger un resfriado este invierno
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de acuerdo a un estudio

La manera infalible y definitiva de no coger un resfriado este invierno

Un grupo de investigadores de los Países Bajos han hallado el que parece ser el remedio para evitar contraer una de las enfermedades más comunes de esta temporada del año

Foto: Ocho de cada diez españoles lo sufren. (iStock)
Ocho de cada diez españoles lo sufren. (iStock)

Si no has cogido un resfriado a estas alturas del año, te puedes dar con un canto en los dientes. España es el país donde estas enfermedades duran más tiempo, y donde ocho de cada diez personas las sufren al menos una vez al año. Lo hayas pasado ya o no, debes leer las conclusiones de unos investigadores de los Países Bajos.

Tras entrevistar a más de 3.000 personas han creído hallar el remedio que podría impedir que la gente contrajera un resfriado. Y la solución es tan sencilla que te dejará helado, nunca mejor dicho. El estudio, publicado en 'Plos One', detalla que únicamente basta con darse una ducha fría al día. Así de sencillo.

El uso del agua fría como método terapéutico no es nuevo, de hecho se lleva utilizando desde hace siglos hasta la actualidad. La hidroterapia ya era usada por Hipócrates, el padre de la Medicina, que acostumbraba a echar mano de los baños de agua a baja temperatura para tratar las enfermedades más graves. La mayoría de los estudios de exposición al frío implican la inmersión del enfermo en agua a baja temperatura, pero también existen métodos alternativos de terapia con agua helada, como baños y duchas frías, que parecen tener efectos similares. Al menos eso es lo que se deriva de la realizada por Geert Buijze y sus colegas.

Los que se dieron una ducha de agua fría durante 30 días se pusieron menos enfermos que el resto y aumentaron sus niveles de energía

Entre enero y marzo de 2015, un total de 3.018 participantes entre 18 y 65 años sanos fueron divididos en dos grupos de forma aleatoria. A uno de ellos se le asignó la tarea diaria de darse una ducha cuya temperatura debía virar de alta a baja. Es decir, debían empezar con agua caliente para acabar bañándose en agua fría. Así todos los días hasta completar el plazo de 30. El tiempo que debían exponerse al agua helada podría ser de 30, 60 o 80 segundos, aunque en los resultados el tiempo de exposición no fue relevante.

Una vez recabados los datos y finalizado el mes del experimento, se determinó que en el 79% de los participantes que habían seguido las indicaciones de los investigadores, se había registrado una reducción del 29% en la ausencia de enfermedad para los que tomaron duchas frías en comparación con sus colegas que no participaron en el desafío. Es decir, que aquellos que se ducharon con agua helada habían tenido un 29% menos de enfermedades que el otro grupo.

Además de la exposición al frío, los investigadores llegaron a la conclusión de que la actividad física regular provocó una reducción extra del 35% de la ausencia al trabajo por enfermedad. Por tanto, la combinación de la ducha de agua caliente a fría, y la práctica de una actividad física regular, redujo en un 54% las posibilidades de contraer una enfermedad, en comparación con los que no hacían ni una cosa ni la otra.

Cabe destacar que tales duchas no proporcionaban ningún tipo de inmunidad contra la enfermedad como tal, ya que ambos participantes se sentían enfermos con la misma frecuencia que sus colegas. No obstante, los que se habían sometido a duchas de agua caliente-fría eran más capaces de sobreponerse a los virus.

Múltiples beneficios

A la reducción de la posibilidad de desarrollar una enfermedad, se sumaron otros beneficios a corto plazo relacionados con la calidad de vida. Los participantes informaron de una mejoría en su salud en los primeros 30 días del tratamiento, una sensación que acababa por desaparecer pasados unos días. "A pesar de que la gran mayoría de los participantes reportaron un grado de malestar variable durante la exposición al frío, que el 91% de ellos informase de su voluntad de continuar esa rutina (el 64% en realidad lo hizo) es quizás lo más indicativo de que esto reporta cierto beneficio para la salud", leemos en el estudio.

El uso del agua fría como método terapéutico no es nuevo, de hecho la hidroterapia ya era usada por Hipócrates, el padre de la Medicina

Lo que no se vio modificada fue la productividad laboral ni los niveles de ansiedad, que parecieron inamovibles en los sujetos durante toda la investigación. Sin embargo, los participantes reportaron otros beneficios como mayores niveles de energía (comparables a los de un café).

Aunque los datos no son determinantes, este informe evidencia que las duchas frías parecen reducir los efectos de la enfermedad y proporcionar, al menos, algunos efectos energéticos. Los investigadores tienen la creencia de que esto se debe a los niveles de hormonas como el cortisol y la norepinefrina, que responden en el corto plazo a una exposición al temperaturas bajas.

La exposición al frío, la clave

Durante siglos se ha afirmado que una habitual exposición al frío proporciona numerosos beneficios para el que lo realiza, como mejoras en su sistema inmunológico, la circulación, el estado emocional, las condiciones de la piel y la energía. Además, en los Países Bajos ha habido desde hace años una tendencia creciente entre la población a darse baños de agua fría.

Todo ello llevó al citado grupo de investigadores a realizar su estudio. Partían de la base de que únicamente existían informes que relacionaban los baños fríos con el atletismo, ninguno con suficiente relevancia para la salud general de los individuos. Uno de ellos, que citan en el estudio, es el publicado en 'Cochrane' en el año 2015, el cual investigó el efecto de la inmersión en agua fría para prevenir y tratar el dolor muscular después de la realización de ejercicio. Dicho estudio no encontró evidencias suficientes que explicaran la causa-efecto.

Esta falta de evidencias también está patentes en la investigación de Geert A. Buijze y sus colegas: "Nuestros datos no pueden determinar si los presentes hallazgos fueron causales (...) no se puede descartar un efecto placebo de esta intervención".

Sea causa del efecto placebo como si no, lo cierto es que una breve exposición al frío hace más bien que mal. Este ensayo es el primero que muestra los beneficios de una ducha fría para la salud. "Es necesario realizar más investigaciones al respecto para determinar si se trata de hallazgos causales o asociados". Estaremos a la espera de más investigaciones pero, mientras tanto, nos ducharemos con agua bien fresquita.

Si no has cogido un resfriado a estas alturas del año, te puedes dar con un canto en los dientes. España es el país donde estas enfermedades duran más tiempo, y donde ocho de cada diez personas las sufren al menos una vez al año. Lo hayas pasado ya o no, debes leer las conclusiones de unos investigadores de los Países Bajos.

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