6 superalimentos que has dejado de lado y que son buenísimos
El chocolate negro o el tomate son superalimentos muy estudiados. Te proponemos a continuación una serie de productos y los confrontamos con los más conocidos
Existen alimentos con un gran potencial nutritivo que hay que tener muy en cuenta. Muchos de ellos ya existen, en realidad, en nuestra dieta. ¿Cuáles hay que comprar entonces, los más extravagantes o los más tradicionales? La accesibilidad de los mismos en el mercado es una buena razón para decantarse por ellos en vez de por otros productos más exóticos sobre los que quizás no existen tantas evidencias científicas.
Antes de entrar en el mundo de los superalimentos hay que acotar su contexto: no se trata de productos milagrosos, aunque, eso sí, aportan más beneficios que otras alternativas. El concepto de superalimento no es una definición que provenga tampoco del mundo científico, sino más bien del marketing. La finalidad de los superalimentos no es, por último, la pérdida de peso, sino que su propósito es el de mejorar nuestra salud.
Las sardinas contienen la misma cantidad de omega-3 que el salmón, son una elección más sostenible y poseen menos mercurio
La lista de estos productos varía cada cierto tiempo. Te presentamos a continuación seis fantásticas viandas que entran en el catálogo, así como su comparación con algunos superalimentos más populares.
1. Kiwi en vez de naranjas
Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria la cantidad de vitamina C diaria aconsejada es de 90 miligramos para los hombres y 80 para las mujeres. Con un kiwi hemos casi cumplido con la ingesta recomendada. Uno solo de estos frutos posee ya 70 miligramos de esta sustancia, superado únicamente por las guayabas y las grosellas.
La vitamina C mejora la vista; rebaja el riesgo de padecer tumores; reduce la hipertensión y previene las enfermedades cardiovasculares y los resfriados. Para nuestro aspecto exterior, la vitamina C sirve para darnos un aspecto más juvenil haciendo las arrugas menos evidentes.
Otro componente esencial del kiwi es el potasio. Si te gustan los plátanos, los kiwis poseen un 20% más. Dicho elemento es fundamental para evitar la fatiga o los calambres musculares.
¿Te parece poco? Que sepas entonces que los kiwis son los únicos frutos que contienen también vitamina E, sustancia que aporta importantes beneficios para el organismo como propiedades antioxidantes, capacidad para regular el nivel de colesterol e incluso para prevenir el Párkinson o la demencia. Al tener un alto porcentaje de agua, el kiwi permite además bajar de peso al sentirnos más saciados con su ingesta.
2. Setas en vez de brócoli
Al igual que todas las plantas de la familia de las brasicáceas, son conocidas las propiedades antioxidantes del brócoli. Sin embargo, este vegetal causa una molestísima hinchazon abdominal en no pocas personas. Solución: sustitúyelo por las setas.
Las pipas de calabaza son mucho más económicas que el chocolate negro y tienen menos grasas y calorías
Recientes investigaciones aseguran que las setas son ricas en sustancias que pueden ayudar a prevenir el cáncer. Investigadores de la Universidad de Pensilvania han descubierto también que el champiñón común tiene un contenido muy alto en antioxidantes, al mismo nivel, prácticamente, que las judías verdes.
Según otro estudio llevado a cabo conjuntamente por la misma institución y por la Universidad de Arizona se asegura que comer este producto estimula además el desarrollo de defensas en el sistema inmunitario.
3. Sardinas en vez de salmón
El salmón es rico en ácidos omega-3 que regulan el nivel de colesterol y triglicéridos y benefician directamente el funcionamiento de nuestro corazón y nuestro cerebro. Más baratas, las sardinas contienen la misma cantidad de este compuesto, son una elección más sostenible y poseen menos mercurio.
Las sardinas son una fuente rica en vitamina D, nutriente clave que no solemos tomar en las cantidades recomendadas. La vitamina D mejora nuestro humor, reduce el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y cancerígenas, ayuda a nuestro sistema inmunitario y sirve para luchar contra el envejecimiento.
4. Pipas de calabaza en vez de chocolate negro
El chocolate negro mejora el humor, pero la cantidad de grasas y calorías que se adquieren con su consumo puede preocupar a algunos. Si este es tu caso, prueba con un simple puñado de semillas de calabaza.
Al igual que el chocolate son una fuente maravillosa de triptofano, que estimula la producción de serotonina, el famoso neurotransmisor del bienestar y la serenidad. 60 gramos de pipas de calabaza aporta la cantidad diaria recomendada de magnesio que nuestro cuerpo necesita. Importante esta sustancia para el sistema inmunitario y para reforzar la densidad de nuestros huesos.
Muy famosas son también las pipas por sus beneficios para proteger la próstata y la vejiga, además de ser un buen estimulante del páncreas, lo que las hace especialmente recomendables para personas con diabetes.
5. Sandía en vez de tomates
Los tomates son ricos en licopenos, un pigmento que puede reducir el riesgo de enfermedades cardiacas. Para las mujeres, este elemento previene el cáncer de ovarios y de cuello del útero. Una sola raja de sandía contiene más de dos veces la cantidad de licopenos (7,8 miligramos) que un tomate fresco.
La sandía posee además una importante cantidad de vitamina A que ayuda a la formación y mantenimiento de unos dientes y unos huesos sanos, desempeña un importante papel en el desarrollo de una buena visión, es necesaria para el crecimiento, ayuda a formar tejidos nerviosos y evita infecciones del aparato respiratorio.
Debido a su alto contenido en fibra, la sandía es perfecta para los aquejados de problemas de estreñimiento y ayuda a eliminar elementos tóxicos de nuestro organismo.
6. Acelgas en vez de espinacas
En ensaladas, cocinadas, de relleno en los raviolis… ¿estás harto de las espinacas? Sustitúyelas por acelgas. Un estudio de la Universidad Tufts ha encontrado una fuerte asociación entre alimentos ricos en vitamina B como las acelgas y la prevención en el deterioro de las capacidades cognitivas con el paso de los años.
Las acelgas son también una buena fuente de ácido fólico, por lo que son muy recomendables para las mujeres en las etapas de embarazo y de lactancia.
Existen alimentos con un gran potencial nutritivo que hay que tener muy en cuenta. Muchos de ellos ya existen, en realidad, en nuestra dieta. ¿Cuáles hay que comprar entonces, los más extravagantes o los más tradicionales? La accesibilidad de los mismos en el mercado es una buena razón para decantarse por ellos en vez de por otros productos más exóticos sobre los que quizás no existen tantas evidencias científicas.