La renta básica en primera persona: así funciona según alguien que vive de ella
Cuando hablamos de esta paga, nos referimos a experimentos realizados de manera puntual o a elucubraciones teóricas. Este periodista la ha experimentado en sus carnes
Hemos hablado en repetidas ocasiones de la renta básica universal, pero nunca lo hemos hecho desde la experiencia en primera persona de alguien que ha vivido de ella. Al fin y al cabo, se trata de una reivindicación social, no personal, como ocurría en el pueblo canadiense de Dauphin (Manitoba). Sin embargo, uno de sus grandes defensores en EEUU, un periodista llamado Scott Santens, ha querido averiguar cómo cambiar tu vida al saber que todos los meses tienes garantizados al menos 1.000 dólares en su cuenta, y lo ha explicado en un artículo publicado en 'Vox'.
El periodista ha calculado dicha cantidad, equivalente a 932 euros (el sueldo mínimo en EEUU es de 7,25 dólares la hora), porque es donde es encuentra la línea de pobreza (11.880 dólares al año). Es posible que el procedimiento que ha utilizado moleste a más de uno: se ha decantado por el 'crowdfunding' en Patreon, es decir, básicamente ha pedido a sus mecenas que subvencionen su proyecto de cobrar 1.000 dólares al mes… para contarlo después. Su objetivo, explica, no es solo poder centrarse en promocionar la renta básica garantizada a través de sus artículos, sino también, saber cómo es tener un ingreso básico.
Lo más importante no se aprecia hasta que lo vives en tu carne: la renta básica trata de tener una seguridad básica
Algo que ha conseguido en apenas dos años, y que le ha permitido abandonar su antiguo trabajo de 'freelancer' autoempleado. “No podía dejar de ganar dinero porque tenía que pagar el alquiler, y ahí fue cuando me encontré con Patreon”. Santens hace referencia al miedo planteado desde Silicon Valley por la desaparición de puestos de trabajo debido a la mecanización y al desarrollo de la inteligencia artificial. Pero también señala que se trata, ante todo, de una herramienta de justicia social que permite que los ciudadanos gocen de una serie de ventajas asociadas a esta renta, más allá del mero hecho de disponer de más recursos económicos.
“Lo primero que aprendí es también lo más importante, y estoy seguro de que el lector no lo apreciará por completo hasta que lo pueda vivir en primera persona”, explica en el artículo. “La renta básica trata de la seguridad personal”. Es posible que utilice los ejemplos para convencer al lector de la utilidad de esta medida no sean los mejores –como que su abuelo o bisabuelo tuviesen rentas semejantes, ya que en realidad, no eran “garantizadas” puesto que dependían de sus inversiones o pensiones–, pero su experiencia confirma algunas de las teorías más comunes sobre esta propuesta que se ha filtrado en los últimos años en el debate público de nuestro país.
Una red de seguridad personal
Hace un par de meses, explica el periodista, un tornado rompió la ventana trasera de su coche mientras conducía por el barrio francés de Nueva Orleans, “un gasto inesperado y fuera de presupuesto”. Gracias a esos 1.000 dólares, no tuvo problemas en enfrentarse a él, ya que sus necesidades básicas estaban cubiertas. “No me tuve que enfrentar con una decisión de pagar la hipoteca o la reparación del coche”, explica. “Tuve que decidir si gastar en caprichos o reparar el coche, y esa es una decisión completamente distinta, mucho menos estresante”.
La RBI es como un seguro que cubre a todo el mundo todo el tiempo, pero también “paz mental universal”
Esa es la primera y más importante enseñanza. Con las necesidades básicas cubiertas, los imprevistos no se convierten automáticamente en tragedias, lo que provoca que uno se enfrente al día a día con más seguridad. Puede parecer que el caso de su coche es banal, pero Santens recuerda que poco después de su accidente, una tormenta en Luisiana dañó 100.000 hogares y miles de personas “se vieron obligadas a gastar dinero que no tenían, y otras tantas no podían desplazarse al trabajo”.
“Cuando la inundación tuvo lugar, aunque no me afectó, no pude evitar desear que todas las víctimas también tuviesen una renta garantizada”, añade. No solo por las reparaciones, sino también porque ello habría estimulado el comercio en los locales de la zona. La renta es, por lo tanto, como “un seguro universal”. Lo importante es que es incondicional, y por lo tanto, un seguro “que cubre a todo el mundo, todo el tiempo”. Y por ello, el autor lo define como “una paz mental universal”.
Fuerza de negociación laboral
Se ha hablado a menudo del poderq que la renta básica proporciona al trabajador, que ya no se ve obligado a aceptar condiciones desfavorables en su negociación con la empresa. En unos casos, se trata de rechazar sueldos bajos. En otros, de condiciones laborales u horarios. “Para autónomos como yo, significa pedir lo que merezco, y también ser capaz de elegir trabajar gratis en cualquier cosa que considere suficientemente importante”.
Santens proporciona un claro ejemplo: antes de ser financiado, aceptaba encargos por 50 dólares aunque supiese que el tiempo y el esfuerzo que le iban a llevar era muy superior, porque al fin y al cabo, “50 dólares son mejores que cero”. Tener un sueldo garantizado le ha permitido redescubrir el valor de su trabajo, y ser consciente de que nunca va a tener que pasar una semana escribiendo un artículo por tan poco dinero… Y su nueva situación sí le ha permitido conseguir encargos por 1.000 dólares. En definitiva, la renta le ha permitido no solo dejar de trabajar casi gratis, sino también, cobrar mucho más. Como él mismo se pregunta, más allá del mundo del empleo, “¿cuánta gente no puede dejar relaciones personales porque no se pueden permitir el coste de abandonarlas?”
Mitos y realidades
Gracias a estos 1.000 dólares mensuales, Santens no solo ha podido experimentar la renta básica en primera persona, sino que además, se ha dedicado a estudiar en profundidad algunos de los aspectos más controvertidos de la medida, como si la renta provocaría inmediatamente una inflación masiva, si serviría para desincentivar la inmigración ilegal o si la gente dejaría de trabajar si recibiese un ingreso garantizado cada mes. Su conclusión es muy parecida a la obtenida en España por la encuesta realizada por GESOP: la mayoría no dejaría de trabajar, sino que buscaría complementar sus ingresos por otras vías.
¿Por qué está bien visto que dos personas se paguen mutuamente por cuidar a los hijos del otro, y no recibir un sueldo por hacerlo con el propio?
“No se trata de dar dinero a la gente por no hacer nada, sino permitir a la gente que tenga dinero para hacer lo que sea”, añade. Las preguntas que plantea el autor son interesantes: ¿qué pasa con el trabajo no remunerado que tanta gente lleva a cabo? ¿Por qué se considera un trabajo valioso y merecedor de un sueldo que dos personas se pagan para cuidar los hijos del otro, y no cuando están criando a los suyos? En realidad, lo que la renta básica proporciona, señala el autor, es una mayor capacidad de elección y libertad. Y, por lo tanto, “la posibilidad de tomar riesgos y adoptar decisiones que en otras circunstancias consideraríamos errores”.
“Con la renta básica, la gente podría tomar decisiones que puede que tú no. Y tú puedes tomar decisiones que los demás no tomarían”, concluye el autor. “Algunos pueden decidir vender una parte menor de su fuerza de trabajo. Otros pueden decidir ver más Netflix. Algunos pueden comer mal, o fumar más, o dejar de pagar una factura importante, o negarse a planear su jubilación, pero todo ello son sus decisiones”.
Hemos hablado en repetidas ocasiones de la renta básica universal, pero nunca lo hemos hecho desde la experiencia en primera persona de alguien que ha vivido de ella. Al fin y al cabo, se trata de una reivindicación social, no personal, como ocurría en el pueblo canadiense de Dauphin (Manitoba). Sin embargo, uno de sus grandes defensores en EEUU, un periodista llamado Scott Santens, ha querido averiguar cómo cambiar tu vida al saber que todos los meses tienes garantizados al menos 1.000 dólares en su cuenta, y lo ha explicado en un artículo publicado en 'Vox'.