Los ovnis prefieren visitar Cataluña

Una luz brillante le sorprendió mientras estaba de servicio en la torre de la base aérea de San Javier, en Murcia. Llamó al controlador para que atendiese por radio al reactor que se aproximaba. Pero ningún piloto le respondió. Volvió a mirar y el destello se mantenía en la misma situación, hasta que comenzó a ejecutar maniobras extrañas de abajo arriba y a ambos lados. Nunca había visto un helicóptero o avión con esos movimientos. Era 1962, y aquel hombre había presenciado el primer objeto volante no identificado en España.

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Apenas tres años después, en la misma base aérea, una nueva nave con forma de media luna se perdía en la noche dirección a Alicante, ante los asustados ojos de un brigada escondido bajo una palmera. Estos dos incidentes son los primeros registrados en el catálogo de los Expedientes OVNI publicado esta mañana por el Ministerio del Interior, una serie de 80 documentos desclasificados por el organismo con más de 1.000 páginas.

Pese a que fue en Murcia donde comenzó el fenómeno ufólogo en España, el mayor número de avistamientos fueron denunciados en Cataluña. El primero data de septiembre de 1967, y cruzó la península Ibérica desde Reus (Tarragona) hasta Torrejón (Madrid). En total se avistaron 25 objetos extraños en el cielo catalán por 21 en la Comunidad de Madrid. Las naves no identificadas, sin embargo, nunca pasaron por el cielo cántabro, según los documentos del Ministerio.

Los primeros en ver ese primer ovni no eran catalanes, sino dos turistas británicos que se percataron de la extraña forma colgada del cielo mientras volaban a Inglaterra. Eso sí, lo hacían en aviones y días diferentes. La noticia cruzó el Atlántico, hasta las oficinas de la revista 'Best Medium Publishing Company' de Nueva York, que escribió a la embajada española para preguntar sobre aquella nave que había sido descrita como un objeto con forma de cono.

Hay denuncias que incluyen detalladas explicaciones y dibujos de los peritos, aunque otras lograron captar el avistamiento con sus cámaras. En marzo de 1978, un testigo toma seis fotografías desde el parque de Lisboa, en Alcorcón. Las imágenes llegan a la Secretaría Militar y comienza la investigación sobre su veracidad. Tras aplicar varias técnicas de coloreado, la hipótesis del ovni quedó descartada. “En ninguno de los trazos de las fotos analizadas existe objeto sólido de cualquier clase”, concluye el informe.

Buena parte de las ‘apariciones’ fueron recogidas desde bases aéreas, como el propio aeródromo de San Javier en el que comenzó la historia ufóloga española. El único avistamiento fuera de territorio nacional fue, precisamente, en una de ellas. En el aeropuerto de la actual ciudad de Dajla (entonces Villa Cisneros), en Sáhara Occidental, un teniente y un capitán médico observan la presencia de una luz rojiza “semejante a la del planeta Júpiter”. En el informe, el teniente reconoce que no puede “precisar la natureza del móvil”, además de descartar la posibilidad de que “se trate de un avión o un meteorito”. El general jefe de la zona aérea de Canarias terminó por cerrar el caso, concluyendo que “bien pudiera ser una estrella” lo que ambos militares estaban observando. El último fechado es de 1995, en Morón, Sevilla, uno de los informes más detallados. “Cuando me crucé con el objeto, observé cómo aceleraba repentimante en rumbo opuesto al mío hasta desaparecer de mi vista”, explicó el testigo.