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Los ocho alimentos que nunca debes comer en un viaje en coche
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Los ocho alimentos que nunca debes comer en un viaje en coche

Antes de conducir no hay que comer ni beber cualquier cosa. Tenemos que huir de las comidas pesadas, pero también de otras como tomates o caramelos

Foto: Siempre mejor en la mesa. (iStock)
Siempre mejor en la mesa. (iStock)

En la pequeña pantalla nunca vimos a Michael Knight, un joven David Hasselhoff, comer una hamburguesa o un batido antes de emprender alguno de sus intrépidos viajes con el coche fantástico. Seguro que Kitt le habría advertido que no eran buenos alimentos si pensaba estar al volante un buen rato.

Conducir implica un esfuerzo psíquico y físico, independientemente de si se trata de un trayecto corto o largo, por lo que, como cualquier otra actividad que realicemos, conlleva cierto desgaste de energía, unas 1.000 o 1.300 kcal/día, debido a la atención que estamos prestando a la carretera. Motivo por el cual comer y beber es fundamental, aunque no vale cualquier cosa. Veamos por qué.

Comida rápida

Tenemos claro que las comidas copiosas quedan fuera de la lista de menús permitidos ya que dificultan la digestión, favorecen el mareo y provocan somnolencia. La alternativa, podríamos pensar, sería un plato de comida rápida, tardaremos poco tiempo y es muy práctico si viajamos con niños, pero… ¡Cuidado, son un arma de doble filo! Las grasas de las hamburguesas o los sándwiches no facilitan una buena digestión, es más, provocan pesadez de estómago, hinchazón, gases y somnolencia, lo cual puede mermar de manera notable las capacidades necesarias para una óptima conducción.

Las patatas fritas nunca faltan en el bolso de viaje, pero no se digieren fácilmente y provocan mucha sed

No hay que olvidar que está demostrado que después del almuerzo existe una disminución de la capacidad de mantener la atención y el rendimiento se ve perjudicado en un 10%, según apunta la Dirección General de Tráfico (DGT). Mejor optar por algo ligero.

Snacks salados

Las patatas fritas nunca faltan en el bolso de viaje, pero no se digieren fácilmente y provocan mucha sed. Es mejor optar por una fruta, una ensalada, pastas frescas o bocadillos de fiambre.

Tomates

Sus propiedades son múltiples. Está demostrado que el consumo frecuente de tomate está demostrado que previene enfermedades cardiovasculares gracias a su alto contenido en licopeno, un potente antioxidante. Sin embargo, es mejor evitar comer alimentos cuyos ingredientes lleven tomate, como las pizzas, ya que su acidez puede obligarnos a buscar desesperadamente un baño, sobre todo en aquellos que tengan una vejiga hiperactiva.

Caramelos

Las tiendas de las gasolineras están llenas de trampas: alimentos muy apetecibles para picar entre horas, pero muy malos compañeros de conducción. ¡Ojo con los azúcares! La bollería, los refrescos azucarados o simples caramelos pueden provocar cansancio, pues al ingerir gran cantidad de azúcar el organismo también libera insulina para metabolizarlos y se puede sufrir un bajón energético.

Cítricos

Como sucedía con el tomate, las frutas cítricas como naranjas, pomelos, limones y limas, así como los zumos hechos de ellos, nos pueden poner en apuros durante el viaje, ya que la acidez puede afectar a la vejiga e incrementar la necesidad constante de ir a orinar.

Batidos

Aunque Homer Simpson suele beber un batido de 'fresisuis' mientras conduce no es la mejor opción si queremos hacer un largo trayecto sin tener que recurrir a algún medicamente que alivie los síntomas de la acidez o las molestias de estómago. Los productos lácteos pueden causar fácilmente malestar y, además, favorecen la somnolencia.

Refrescos y agua con gas

Existe la creencia de que los refrescos son el mejor compañero de viaje, ya que nos permiten mantenernos frescos y despiertos. Sin embargo, la teoría es bien distinta. Al estar sentados bastante tiempo, algunas bebidas gaseosas como refrescos y agua con gas pueden hacernos sentir más hinchados, tener gases, indigestión, náuseas e incluso dolor abdominal general.

Café y té

Un café, una infusión o una bebida energética nos mantendrá despiertos, pero es importante que no consumamos grandes dosis de cafeína, ya que puede pasar de despejarnos a ponernos nerviosos. Según la DGT, los expertos fijan el consumo moderado de café en 300 miligramos al día, lo que equivale a tres tazas de café. Por tanto no deberíamos tomar más de dos tazas durante el trayecto; pese a lo que podamos pensar, no conseguiremos aumentar nuestra atención al volante.

Antes de emprender un viaje podemos desayunar pan, que posee hidratos de carbono complejos que iremos asimilando progresivamente

Si puede, sustituya el café, el descafeinado y el té por infusiones de menta, salvia o de hinojo o bien añada unos granos de comino a una infusión de manzanilla, ya que ayudan a la digestión, y de hierbabuena, que relaja los músculos del colon, lo que ayuda a aliviar la molestia del exceso de gases, el reflujo de los alimentos y la acidez de estómago.

Lo que sí podemos comer

La lista de alimentos prohibidos, propuesta por la escritora y 'foodie' Hannah Doolin en la revista 'Cosmopolitan', parece que veta todo lo que comíamos y bebíamos hasta ahora, pero lo cierto es que existen bastantes alternativas.

Antes de emprender un largo viaje en coche podemos desayunar pan, que posee hidratos de carbono complejos que iremos asimilando progresivamente, de manera que no tendremos sensación de hambre enseguida. El tentempié puede ser una pieza de fruta, y a la hora de comer estarían permitidos entrantes a base de hortalizas y verduras o platos ligeros como ensaladas.

El pescado también es un alimento fácilmente digerible, con un contenido relativamente bajo en calorías, por lo que con una ración moderada o pequeña podremos continuar el viaje sin preocuparnos. Siempre podremos acompañar la comida de agua, algún zumo o refrescos sin gas. Por supuesto, nunca ni una gota de alcohol.

En la pequeña pantalla nunca vimos a Michael Knight, un joven David Hasselhoff, comer una hamburguesa o un batido antes de emprender alguno de sus intrépidos viajes con el coche fantástico. Seguro que Kitt le habría advertido que no eran buenos alimentos si pensaba estar al volante un buen rato.

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