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Se mira pero no se toca: las partes de una mujer que no debes rozar durante el sexo
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Se mira pero no se toca: las partes de una mujer que no debes rozar durante el sexo

Explora nuevos horizontes, dicen. No te quedes en lo rutinario, arriesga para ganar... Pero la estadística es aplastante y lleva a evitar el roce al menos en estos cuatro puntos

Foto: Tres de los puntos están por ahí debajo... (David Stoecklein/Corbis)
Tres de los puntos están por ahí debajo... (David Stoecklein/Corbis)

El mapa del placer es distinto en cada persona, y no digamos el código moral, los gustos y las costumbres. Por eso jamás nos encontrarás dando consejos sobre qué es de buen o mal gusto. Sí parece útil conocer algunos lugares que muchos hombres asocian instantáneamente al placer y que en realidad son problemáticos.

La información original es de 'Men's Health', que en este caso rompe una lanza por la información sexual pura y dura. Cuando estés en la cama con una mujer a la que quieras satisfacer plenamente será un momento erótico y esperamos que estupendo para los dos, pero durante estos minutos hay que concentrarse en algo menos agradable: sacarte de algunos errores habituales sin florituras, directos al grano. Lo contrario que en el mejor sexo, vaya.

El clítoris está lleno de terminaciones nerviosas, lo que lo hace muy sensible: hay que esperar a que esté preparada para estimularlo

Si quieres probar, tú mismo, pero quizá a ella se le quiten las ganas...

El cuello del útero

'Penetración profunda' es la combinación de palabras más erótica posible para un chico virgen, pero con el tiempo se va aprendiendo que lo mejor, sobre todo para ellas, no siempre pasa por ahí. Al contrario, llegar al cuello del útero con mucho ímpetu suele ser mal negocio. Como dicen en 'Men's Health', el útero no es un sitio al que quieras entrar, así que deja de llamar a la puerta.

Tranquilo, porque, aunque el tamaño afecta (sucederá más si tu pene es grande), se puede evitar bajando la velocidad, buscando una postura más suave y tomándote tu tiempo para ponerla a punto. El útero es uno de los órganos más flexibles que hay: cuando la mujer está excitada, se eleva y este potencial problema desaparece.

Un motivo (más) para no ir con prisa.

El glande del clítoris

¿Aún no sabías que el clítoris tiene glande? Pues sí, y su funcionamiento es bastante similar al masculino. Cuando te masturbas, no empiezas tocándote el glande bruscamente, ¿verdad? Lo mismo sucede con la 'cabeza' del clítoris, que es otra forma de llamar al glande de las mujeres: la parte más prominente.

Está lleno de terminaciones nerviosas, lo que lo hace muy sensible: hay que esperar a que esté preparada para estimularlo, y entonces será la primera en pedirlo, aunque no sea de viva voz. Antes de eso, la sensación recuerda a lo que sucede en los dientes cuando muerdes algo muy frío, o a una especie de pequeño calambre.

Esto cambia mucho de una mujer a otra, así que puede que no tenga ese problema casi nunca o que lo tenga siempre. Si es lo segundo, tampoco hay que agobiarse, rodear la zona será seguramente muy agradable sin necesidad de estimular directamente ese punto.

Los pies

Esta tiene truco. No estamos en contra de ningún fetichismo; lo que queremos decir es que es mejor que no roces sus pies descalzos si hace fresco, porque hay un estudio de la Universidad Johns Hopkins que sugiere que llevar puestos los calcetines puede incrementar los orgasmos en hombres y mujeres.

Si eres de pies desnudos o taconazos, lo sentimos. Un par de calcetines bien gordos de ositos rosas pueden ser mejor idea para aumentar sus orgasmos

Puede que sea por la comodidad y tranquilidad que necesitamos para concentrarnos en la relación. Con los pies fríos es complicado tener la mente completamente dedicada a las sensaciones que nos transmite la otra persona. El calor ayuda... eso, a entrar en calor.

Si eres de pies desnudos o taconazos, lo sentimos. Un par de calcetines bien gordos de ositos rosas puede ayudarte a retrasar la eyaculación, míralo por el lado bueno. Pero no te los pongas tú sin preguntarle, algunas son de lo más exigentes con el estilismo.

El ano

Insistimos: no es que esté mal, es que es problemático a menudo, así que, si estás leyendo esto porque te preocupa precipitarte con alguien, puede ser buena idea dejar los juegos anales para cuando te sientas en total confianza.

La clave es simple: el ano no tiene lubricación natural, y el sexo no se lleva bien con la sequedad. Por otro lado (por el de atrás, concretamente) sentir a alguien tan cerca de los genitales sin llegar a rozarlos puede ser muy excitante.

Recomendamos, eso sí, contar con un poco de lubricante para explorar la zona, aunque no lleguemos a la penetración.

Y como siempre, tómate el sexo como una parte más de la comunicación entre las personas, seáis pareja o no. Ningún manual de instrucciones se puede equiparar a lo que el otro te enseñará a fuerza de practicar.

El mapa del placer es distinto en cada persona, y no digamos el código moral, los gustos y las costumbres. Por eso jamás nos encontrarás dando consejos sobre qué es de buen o mal gusto. Sí parece útil conocer algunos lugares que muchos hombres asocian instantáneamente al placer y que en realidad son problemáticos.

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