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7 productos por los que te clavan, cuando fabricarlos es muy barato
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7 productos por los que te clavan, cuando fabricarlos es muy barato

Algunos artículos cuentan con un margen de beneficio que resulta casi abusivo y, pese a ello, se siguen vendiendo, a veces sin que disminuya su demanda

Foto: Mejor compartirlas, porque si no se va un sueldo en palomitas. (iStock)
Mejor compartirlas, porque si no se va un sueldo en palomitas. (iStock)

La subida de precios que una farmacéutica aplicó en Estados Unidos sobre unas inyecciones de adrenalina para cuadros de choque anafiláctico, denominadas EpiPen, hizo saltar todas las alarmas sociales sobre la inmunidad para establecer el precio de productos de primera necesidad aptos para los bolsillos de muy pocos.

El mercado de libre competencia se ha dado de bruces con una sociedad escandalizada por una subida del 400% del precio del medicamento. La farmaceútica Mylan comercializó la semana pasada el EpiPen a 360 dólares por dos inyectores y eso contando con un seguro médico, porque el precio para quienes no lo tengan aumenta hasta los 600 dólares.

El pasado lunes la empresa anunció que sacaría al mercado una versión genérica del medicamento a mitad de precio

La indignación causada hizo que la farmacéutica no tuviera otra opción que revertir la situación. El pasado lunes anunció que sacaría al mercado una versión genérica del medicamento a mitad de precio.

Este y otros casos, sobre todo cuando se trata de productos de uso básico, plantean una dilatada reflexión sobre qué pasa cuando la necesidad y la libertad de mercado chocan frontalmente. Y si eso pasa con los bienes más básicos, no es de extrañar encontrarnos artículos de precios desorbitados en prácticamente todos los sectores. ‘Business Insider’ nos da unas pistas sobre algunos de esos productos exageradamente caros que compramos o vemos a través de un escaparate con indignación.

1. Las palomitas de los cines

En general, los productos de alimentación que ofrecen las salas de cine son mucho más caros que en cualquier otro establecimiento. Pero las palomitas cuentan con el agravante de que comprar el maíz no cuesta casi nada.

Según la OCU, el precio medio por 100 gramos de palomitas en nuestro país es de 3,29 euros, pero puedes llegar a encontrar “ofertas” que te intentan colar un cubo grande y un refresco por 9 euros. Teniendo en cuenta que los 100 gramos de palomitas salen a 0,32 euros en la tienda, el beneficio es más que desorbitado.

2. Iphone

El último modelo de Iphone que sale al mercado puede rondar entre los 600 y los 850 euros, dependiendo si está libre o no, un precio notablemente más alto que otros de la misma gama fabricados por marcas de la competencia.

¿La razón? ¿Una tecnología sobrehumana? ¿Un procesador de velocidad atómica? No. Una potentísima imagen de marca, la leyenda de que es mejor o tiene la mejor cámara (lo que no se adapta a la realidad en comparación con otros modelos de la misma generación en la mayoría de los casos), algún gadget extra para hacer o retocar fotos muy cucas y muchas, muchas ganas de posturear.

3. Calculadoras científicas

Las que usábamos en el instituto cuestan alrededor de 10-15 euros, pero las que son un poco más sofisticadas rondan los 30 euros (las más punteras, que hacen incluso gráficos pueden alcanzar los 100 euros), un precio bastante caro para acabar jugando a escribir tonterías en la pantalla.

Su precio puede ser hasta cinco veces mayor que el coste de fabricación.

4. Libros de texto universitarios

Los derechos de autor, la editorial y los impuestos son algunos de los factores que incrementan el precio de los libros, pero el coste de fabricación puede ser hasta diez veces menor que su precio en el mercado.

No deja de levantar suspicacias que manuales dedicados a la divulgación tengan un precio tan poco accesible.

5. Vestidos de novia

Casarse de blanco ocurre una vez en la vida. Esa es la excusa con la que te cuelan un precio estratosférico para que puedas ir, “en tu día”, como una princesita. Aunque la horquilla de precios es amplia, un vestido de temporada puede estar entre los 3.000 y los 10.000 euros (moviéndonos entre precios razonables), y realizarlos cuesta entre tres y cuatro veces menos.

Las telas, encajes y bordados a mano… es cierto que son caros. Pero no es ninguna sorpresa que los precios estén inflados. Al fin y al cabo, cobran lo que quieren porque saben que sea cual sea el precio, se seguirán comprando.

6. Cartuchos de tinta para impresora

Parece el verdadero “oro negro” (u oro de colores, según se compre). Lo cierto es que algunos cartuchos de tinta cuestan casi como una impresora nueva. El precio medio ronda los 20-30 euros, y su fabricación cuesta alrededor de 5.

7. Todo en las gasolineras

Mención especial merecen las tiendas de gasolinera, donde, aprovechando que quizá sea el único lugar de la carretera en kilómetros donde puedas aprovisionarte, se encuentra cualquier producto que en el supermercado tiene un precio razonable tres o cuatro veces más caro.

La subida de precios que una farmacéutica aplicó en Estados Unidos sobre unas inyecciones de adrenalina para cuadros de choque anafiláctico, denominadas EpiPen, hizo saltar todas las alarmas sociales sobre la inmunidad para establecer el precio de productos de primera necesidad aptos para los bolsillos de muy pocos.

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