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"Solo hay que dar el primer paso": la gran historia de la mujer que perdió 40 kilos
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"Solo hay que dar el primer paso": la gran historia de la mujer que perdió 40 kilos

Los últimos 12 años se había limitado a existir. La trágica muerte de su marido fue el acicate definitivo para salir de aquella situación y superarse como muy pocos han logrado

Foto: No lo ha conseguido obsesionándose por la belleza. (Facebook)
No lo ha conseguido obsesionándose por la belleza. (Facebook)

"Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos. Elige la salud, colesterol bajo y seguros dentales"... Así ironiza el principio de la película 'Trainspotting' sobre la apariencia de libertad de las consumistas sociedades modernas. Justine McCabe, la heroína de este relato, escogió un hashtag muy similar, #ichoosetolive ('elijo vivir'), en un sentido más literal, para comunicar su historia. Hace un año estaba devastada y se sentía muerta en vida. Ahora va al gimnasio todos los días, lucha por estar sana para sus hijos y ha perdido 40 kilos.

Una de las preguntas que más le han hecho es cómo ha sido capaz de bajar de peso en los peores momentos de su vida. Su respuesta es “No parar nunca”. Seguir hacia delante, por pura supervivencia. “Si no me daba tiempo a hacer ejercicio, lo arreglaba en la cocina, tomé muchas ensaladas en aquellos primeros tiempos. No sabía exactamente lo que estaba haciendo, pero estaba haciendo algo, disfrutaba sabiendo que controlaba algo de mi vida, haciendo algo por ser yo misma”.

Contra el dolor

A veces, el peor enemigo es uno mismo, y cuando no hay metas ni problemas graves alrededor, es fácil sumirnos en la inactividad y la queja improductiva. Justine llevaba un tiempo en ese estado, pero su vida empezó a resquebrajarse definitivamente hace dos años, cuando su madre murió de forma inesperada. En ese momento crucial estaba también luchando con dos hernias de disco, y la más sencilla de las tareas le causaba dolor. Todo le llevó a convertirse en una comedora compulsiva.

El 23 de febrero de 2015 llegó a casa con una larga carta de amor para su marido y se encontró con varios coches de policía

Describe ese estado, que a veces la amenaza aún, como “perderse a sí misma”. Seguramente todos tenemos esos días en que no sabemos lo que queremos porque la tristeza y la abulia llegan a hacernos dudar de si hay algo que merezca la pena desear. Y si no queremos nada, sentimos que no somos nada, porque no se puede vivir sin objetivos. ¿Qué pasa cuando esa situación se alarga tanto que olvidamos la posibilidad de cambiar? Entonces es cuando necesitamos inspirarnos gracias a gente como ella.

Hundirse del todo para renacer

Lo peor, la gota que colmó el vaso emocional en su vida, fue el suicidio de su marido, que llevaba tiempo luchando contra la depresión. En su Tumblr cuenta pormenorizadamente la angustia que sintió y los pensamientos que se le pasaron por la cabeza cuando aquel 23 de febrero de 2015 llegó a casa con una larga carta de amor al hombre de su vida y en lugar de abrazarlo y entregársela se encontró con una inquietante cantidad de coches de policía. Todo lo que siguió –la mirada apesadumbrada de los vecinos que hacía presagiar lo peor, los gritos histéricos y la negación de la realidad, cómo se la llevaron para hablar a solas con ella y darle la noticia… - acabó para siempre con la persona que había sido hasta entonces.

Tras el infierno de las siguientes semanas, un día se levantó y decidió que no quería vivir así. Estaba “confinada en un cuerpo y un estilo de vida que no llevaban a nada más que a la depresión. Todo lo que era, madre, hija, amiga, compañera de trabajo, peluquera… Todo se había hecho trizas”.

En un impulso del que no cree tener todo el mérito (“casi me da miedo decirlo pero en parte son cosas que suceden por accidente”) dejó de llorar y empezó a hacer cosas. No para perder peso exactamente, sino para sobrevivir. Toda una lección para quien se ponga excusas, o esté esperando a no tener problemas para mejorar su aspecto y su salud.

Justine siempre decía que no haría paracaidismo ni a cambio de millones de dólares. Pero lo hizo: "Solo hay que dar el primer paso”

El uno de abril, ni dos meses después de la muerte de su marido, llevada por un impulso vital de cambiar costara lo que costara, se subió en la elíptica del gimnasio y, ni siquiera sabe cómo, estuvo 60 minutos seguidos. ¿Nos atreveríamos a llamar loca o exagerada a alguien que lo ha perdido todo?

No limits

El 'fitness' fue su tabla de salvación, y la gente que encontró en ese mundo. "Lo más increíble han sido los amigos y contactos que he hecho este año, no lo imaginaba ni en mis mejores sueños". Gracias a esa gente que eran extraños y ahora son algunos de sus más íntimos aliados, ha reconstruido su mundo. “Cuando lloraba sola con la luz apagada, preguntándome cómo podría sobrevivir al 2015, nunca imaginé algo así”. Solo sabía que, si seguía por ese camino, estaba muerta.

“He aprendido a no tener límites. Siempre decía que no haría paracaidismo ni a cambio de millones de dólares”. Y lo hizo, de pie en el borde del avión se dejó llevar, apartando todos sus miedos y preocupaciones. “Lo único que nos frena son nuestras limitaciones. Todo es posible… Solo hay que dar el primer paso”.

"Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos. Elige la salud, colesterol bajo y seguros dentales"... Así ironiza el principio de la película 'Trainspotting' sobre la apariencia de libertad de las consumistas sociedades modernas. Justine McCabe, la heroína de este relato, escogió un hashtag muy similar, #ichoosetolive ('elijo vivir'), en un sentido más literal, para comunicar su historia. Hace un año estaba devastada y se sentía muerta en vida. Ahora va al gimnasio todos los días, lucha por estar sana para sus hijos y ha perdido 40 kilos.

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