Cómo perder 10 kilos y 11 centímetros de cintura en un mes según el plan de moda
Este chico ha conseguido volver a estar en forma tras haber perdido el tono por completo. El objetivo que le dio fuerza: estar perfecto para la boda con la chica de sus sueños
No se puede decir que estuviera obeso, William Ladbury pesaba 96 kilos y tenía un 21 por ciento de grasa corporal, pero era un antiguo habitual en los gimnasios y últimamente se había dejado llevar. De un tiempo a esta parte le daba vergüenza quitarse la camiseta y lucir palmito, cuando se ponía un traje elegante parecía un gigante disfrazado y el volumen corporal había ido bajando de su pecho a su tripa.
Hacía falta volver a moldearse pero necesitaba disciplina, y tenía una fecha estupenda para marcarse una 'deadline': la boda con la mujer de su vida. Se celebraba en solo un mes, así que había que reparar rápidamente lo que había estropeado.
Socorro, una boda con piscina
Cuando pensamos en cambiar físicamente por amor nos imaginamos primero a una mujer. La suya, Heather, ha sido solo coprotagonista de su transformación, aunque sin ella, en palabras de William, “no hubiera sido posible”. Le apoyó en todo momento y ahora está, lógicamente, muy satisfecha con los resultados. Su novio era un ex fuertote venido a menos, su ahora marido es más superhéroe que nunca, pero uno al que le quedan bien los pitillos de fiesta.
William perdió la vergüenza al pasearse junto a las piscinas y desnudarse en los vestuarios
Contrató a un entrenador personal, Dan Lambert, experto en moldear cuerpos ajenos a base de dieta y ejercicio que había trabajado con futbolistas de primera división y jugadores de rugby profesionales. Tras años entrenando básicamente los veranos (operación bermudas), William se enfrentaba a un programa exigente contrarreloj para aparecer en la sesión de fotos más importante con su amada, esa que se enmarcaría y se guardaría en casa de familiares y amigos para siempre. Y se casaba en España: calor, piscina y enseñar cacha.
El resto es historia y nos la cuentan en un artículo en 'The Daily Mail' con detalles sobre cómo lo hizo y lo lejos que llegó: 10 kilos y nada menos que 11 centímetros de cintura. La diferencia entre cambiarse a escondidas en los vestuarios del gimnasio o hacerlo bien a la vista y con espejos por todas partes para admirarse mejor.
Un dos, un dos
He aquí los ejercicios que eligió para él su entrenador personal. Como ves, no es una mera puesta a punto, sino sesiones intensivas con pocas zonas cada vez muy trabajadas.
Lunes: cuádriceps y pantorrillas
Martes: pecho, espalda y abdominales
Miércoles: pecho
Jueves: corvas y pantorrillas
Viernes: hombros, espalda y abdominales
Sábado: bíceps y tríceps
Domingo: pecho
¿Y la grasa que sobraba?
Moverse es condición sine qua non, pero ya se sabe que machacarse haciendo ejercicio después de un tiempo de sedentarismo da mucha hambre.
Si quieres cambiar tu cuerpo en poco tiempo, es mejor que evites a toda costa las comidas copiosas, así que para aplacar lo que te pedirá el organismo una opción es hacer como William y comer muchas veces al día pero muy ligero.
Es una recomendación que se suele hacer siempre en verano, porque es mejor también para las digestiones y para pasar el día con energía.
Un día en la vida de William
Desayuno: arroz inflado con leche semidesnatada y un plátano
Picoteo de media mañana: batido dietético
Comida: ensalada de queso feta con vinagre balsámico y una manzana
Merienda: queso fresco con biscotes y un plátano
Cena: pechuga de pollo (140 gramos) y ensalada mediterránea (200 gramos) con cus-cus (50 gramos)
Antes de acostarse: vaso de leche desnatada
Ahora William y Heather son felices y comen perdices… pero sin piel.
No se puede decir que estuviera obeso, William Ladbury pesaba 96 kilos y tenía un 21 por ciento de grasa corporal, pero era un antiguo habitual en los gimnasios y últimamente se había dejado llevar. De un tiempo a esta parte le daba vergüenza quitarse la camiseta y lucir palmito, cuando se ponía un traje elegante parecía un gigante disfrazado y el volumen corporal había ido bajando de su pecho a su tripa.