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Las gemelas más idénticas: "Comemos lo mismo y compartimos novio"
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llevan años siendo conocidas en australia

Las gemelas más idénticas: "Comemos lo mismo y compartimos novio"

Cuando les preguntan por qué empezaron a obsesionarse tanto por ser iguales, contestan que siempre lo han sido, pero hace falta un esfuerzo para llegar a este punto

Foto: Lo hacen todo juntas y a la vez.
Lo hacen todo juntas y a la vez.

Es difícil decir algo sobre Anna y Lucy DeCinque que vaya más allá de sus fascinantes imágenes juntas. No solo son gemelas, probablemente monocigóticas (lo que de forma torpe e inexacta llamamos “idénticas”, provenientes de la división de una sola célula), sino que tienen lo que desde lejos parece un problema de identidad.

Aunque ya llevaban unos años llamando la atención aquí y allá, estas dos chicas han saltado a ese estatus extraño de gran celebridad sin prestigio que proporcionan los 'realities' gracias a 'Botched', un programa de cirugía que es otra vuelta de tuerca a la idea de 'Cambio radical'. Unos cirujanos se dedican a operar a los participantes, que ceden su imagen y su intimidad a cambio de someterse gratis a costosas intervenciones de cirugía estética, pero en este caso lo hacen para revertir los destrozos causados por operaciones anteriores. 'Botch' significa chapuza. Ese es el nivel de respeto, para que nos entendamos.

No hay igualdad igual

Estas dos personas no son como el resto de material humano que ha pasado por el show. Primero, porque ellas no ofrecían una intimidad propiamente dicha que ceder (tienen Facebook, Instagram, canal de YouTube y esa obvia ansia de fama que nos incomoda en todos los ídolos de usar y tirar) y después porque sus operaciones tenían otro objetivo, igual de morboso: parecerse más aún la una a la otra.

Comparten el mismo trabajo, el mismo coche y la misma cuenta en las redes sociales

Aunque en los vídeos y las entrevistas que se pueden encontrar por internet no dejan de aclarar que no son iguales por dentro —aunque ese dentro no sea muy profundo: básicamente discuten sobre qué colores de ropa usar y a dónde ir a comer— no tienen ninguna gana de que se las reconozca como individuos autónomos desde fuera. Una de las formas más comunes de diferenciar a los gemelos es por el peso; casi siempre uno de los dos es algo más ancho que el otro y la cara se redondea. Ellas tienen una solución para eso: dicen que llevan diez años comiendo lo mismo y en las mismas cantidades.

Si eso es cierto, y nos lo creemos, significa que hacen la compra en común, pican entre horas en común, o balanza y libreta en ristre, y en cuento a las citas… Ahora llegaremos a eso.

¿Todo esto es sano?

Te recomendamos que esperes un poco a hacer esa pregunta, porque hay aún varios momentos más en que querrás gritarla a los cuatro vientos: estas hermanas comparten el mismo trabajo, el mismo coche y las mismas cuentas en redes sociales. Lucy y Anna, Anna y Lucy, annalucydecinque, no es que sean un tándem bien avenido, es que son las dos ruedas de la misma bicicleta. Ni Brangelina, ni Busta y Paula; Annalucy tienen una unión en la que no hay forma de distinguir genes y ambiente. Y como no se separan y llevan el mismo de tipo de vida —la misma vida, en realidad— no serían el clásico objeto de estudio para los científicos de la epigenética.

En esta entrevista de hace algún tiempo en la televisión australiana no se ruborizan mucho cuando les preguntan cómo son sus quedadas con chicos, cuentan que quedan mucho en grupos de cuatro. La cara sí les cambia de emoción y vergüencilla cuando la cuestión es qué pasa si les gusta el mismo chico. A estas alturas quizá no te sorprenda demasiado, pero dicen que cuando sucede les encanta y que es muy sexy ('hot'). En esta ocasión no hablan de tríos, contestan que llegan a un acuerdo y hacen concesiones, pero es fácil atar cabos con otra de sus respuestas envueltas en risas cómplices (“para nosotras es el Día de los Santos Inocentes todo el año”) y suponer que a menudo el elegido no sabía que estaba con dos mujeres por turnos.

Sus redes están llenas de comentarios halagadores inquietantes: “¡Qué dos ángeles del cielo!”, “¡Qué suerte contemplar semejante dulzura doble!”

Aquí entramos en un motivo importante por el que estas dos amantes de los complementos de moda y los labios a lo Carmen de Mairena tienen también cantidad de fans masculinos. Sus redes están llenas de comentarios halagadores sobre su belleza de esos que parecen aullidos de lobo disfrazado de corderito: “¡Qué dos ángeles del cielo!”, “¡Qué suerte poder contemplar semejante dulzura por partida doble!” En fin, hay fetiches mucho peores.

Monogamia múltiple simultánea

Aunque ya es perturbador leer en su muro de Facebook “AnnaLucy DeCinque se siente molesta”, o ver a una de las dos “mitades” intentando desesperadamente hablar por encima del discurso de la otra o quitarle por un momento el móvil compartido en el vídeo Q&A's with Anna & Lucy, hemos dejado lo más jugoso para el final.

Porque la cuestión es que hace varios años que tienen novio, uno solo, aunque parece ser que él también es gemelo y que por eso las entiende tanto. No tenemos información suficiente para saber si su hermano ha escapado lejos y ahora lleva una vida "normal", el caso es las dos hermanas se han dejado ver con su chico compartido en la misma cama. Si logran su objetivo de ser indistinguibles y se convierten físicamente en la misma persona, no podremos decir que a este hombre le va el poliamor, sino que es monógamo múltiple simultáneo. Simple, ¿verdad?

El resto lo dejamos a la imaginación y las ganas de documentarse del lector y acabamos preguntándonos si existirá un 'reality' como 'Botched' pero para arreglar destrozos psicológicos. No para ellas, que dicen que son muy felices y se lanzan el cuello de quien diga lo contrario, sino para nosotros, que nos hemos quedado turulatos.

Es difícil decir algo sobre Anna y Lucy DeCinque que vaya más allá de sus fascinantes imágenes juntas. No solo son gemelas, probablemente monocigóticas (lo que de forma torpe e inexacta llamamos “idénticas”, provenientes de la división de una sola célula), sino que tienen lo que desde lejos parece un problema de identidad.

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