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Cómo escoger sandías que estén ricas y dulces: consejos para acertar con esta fruta
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Cómo escoger sandías que estén ricas y dulces: consejos para acertar con esta fruta

La llegada del verano es el momento ideal para disfrutar de este manjar. Te damos unos consejos para que no te lleves una desilusión con su sabor al hincarles el diente

Foto: La sandía es una de las frutas más ligeras que hay (iStock)
La sandía es una de las frutas más ligeras que hay (iStock)

La llegada del verano trae consigo, irremediablemente, la aparición de las sandías en las mesas de todas las casas. Estas frutas rojas tan llamativas se componen de agua casi al 100%, por lo que además de tener un sabor muy rico aportan hidratación fundamental para los días más calurosos. Desde El Confidencial hemos recopilado los trucos infalibles para que, cuando vayas a comprar una sandía, aciertes y disfrutes con su dulzor.

El truco del golpe a la sandía

Seguro que has visto a más de un 'abuelillo' dar golpes sobre las sandías y escuchar el sonido que producen. No se han vuelto locos ni han confundido las frutas con tambores. Esta antigua tradición responde a una cuestión científica: si el sonido que se escucha es hueco y seco, la sandía está madura y es el momento de comerla. Si, por el contrario, el sonido se oye bajito y como si tuviera eco, es más que posible que la fruta aún no esté lo suficientemente dulce.

La forma más redonda posible

Lejos de responder a una cuestión estética, el hecho de escoger una sandía redonda y sin protuberancias puede traer alegrías al paladar.

Si la fruta tiene bultos, golpes o rajas es posible que la luz y/o el agua no le hayan llegado de manera continuada y homogénea, lo que puede provocar cambios en su color y textura.

El brillo y el color importan

Una sandía está lista para comer cuando su corteza es de color verde oscuro y no brilla. Si la superficie tiene un aspecto como de acabar de haber sido pulida puede indicar que aún no está lo suficientemente madura. El tono amarillento que tendrá en alguna de sus zonas se conoce como la 'mancha de suelo', e indica el lugar donde la sandía ha estado en contacto con la tierra. Cuanto más oscuro sea este color amarillo, más madura estará la sandía.

Sandías precortadas o vendidas por mitades

Si una sandía es demasiado grande para el consumo que se realiza en tu hogar, puedes comprarla por mitades. Si te decantas por esta opción, es importante que escojas una sandía cuyas pepitas sean oscuras: las blancas indican que la fruta no ha madurado lo suficiente y puede resultar insípida. También debes intentar evitar los trozos que tengan una textura harinosa.

Guardar la sandía en la nevera

Para conservar la sandía durante más tiempo es conveniente guardarla en la nevera –siempre protegida con un papel de film para que no se seque–. Sin embargo, si quieres que la fruta despliegue todo su sabor y aroma al contacto con tus papilas gustativas, debes recordar sacarla del frigorífico una hora antes de que vayas a consumirla. De esta manera el frío no alterará sus propiedades.

Si prevés que no vas a consumir la sandía en un periodo de tiempo corto, prueba a comprarla sin pepitas: estas frutas tienden a ponerse malas antes por las zonas de la pulpa que están en contacto con ellas.

La llegada del verano trae consigo, irremediablemente, la aparición de las sandías en las mesas de todas las casas. Estas frutas rojas tan llamativas se componen de agua casi al 100%, por lo que además de tener un sabor muy rico aportan hidratación fundamental para los días más calurosos. Desde El Confidencial hemos recopilado los trucos infalibles para que, cuando vayas a comprar una sandía, aciertes y disfrutes con su dulzor.

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