La brillante estrategia de Trajano para vencer la maldición romana
Este sevillano universal nunca concibió el fracaso. Entre sus grandes proezas está la victoria que logró frente a los Partos, que se habían convertido en una losa para Roma
"Es la repetición de afirmaciones lo que lleva a creer. Y cuando el creer se transforma en una convicción profunda, las cosas comienzan a suceder".
–Muhammad Ali
Más que probable, es un hecho que Marco Ulpio Trajanofueuno de los más grandes emperadores de Roma. No solo la adecentó con innumerables monumentos, tales como la Columna Trajana, con sus espectaculares bajorrelieves, el Foro que lleva su propio nombre, obras de ingeniería civil por doquier, acueductos, puertos – el de Ostia-, etc., sino que su ingente obra trascendióel ámbito “local“.
Durante su mandato, Roma alcanzó su máxima extensión territorial y, con esta inercia expansiva, Apolodoro de Damasco,arquitecto e ingeniero oficial del emperador,le ayudaría a unir el Nilo con el mar Rojo con un gran canal (el río Trajano). Otro hitosería la Colonia Ulpia Traianaen la Dacia, nacida como un fénix sobre la demolida y pretérita ciudad “bárbara” Sarmizegetusa Regia. El increíble puente que tendió sobre el Danubio, cerca de Drobeta -más de 1.135 m de largo,una auténtica obra de arte-, con el doble propósito de garantizar una vía de abastecimiento a las legiones, y a la par, impresionar y desanimar a sus adversarios con la manifiesta superioridad tecnológica, logística y militar.
Esta debacle, acontecida al norte de la actual Siria, era una herida sin cerrar en el imaginario de Roma, un fantasmagórico dolor difícil de embridar
En la Península Ibérica, su cuna, el puente de Alcántara sobre el río Tajo, el de Salamanca y dos docenas de ellos de carácter menos impactantepueblan nuestra compleja orografía con el indiscutible sello de su grandeza.
La hora de la verdad
Mas lo que le convirtió en inmortalno sería su ingente obra civil, sino la tremenda derrota infligida a los Partos, la Némesis o bestia negra de Roma en Oriente durante siglos.
Lo más inquietante de este sevillano universalgira en una órbita, distante pero vinculada, en torno a la leyenda de la Legión Perdida de Craso,caído junto a su hijo en un épico combate en la durísima batalla de Carrhae (53 a.C.). Carnicería humana de tintes apocalípticosy una de las escasas derrotas, y quizás de las más sonadas, del más grande y longevo imperio conocido por la historia oficial, esta debacle, acontecida al norte de la actual Siria, era un tabú insuperable, una herida sin cerrar en el imaginario de Roma, un fantasmagórico dolor difícil de embridar.
Salvo el Gran Alejandro Magno, ningún mortal había salido indemne de los vanos intentos de cruzar el Éufrates, y los Partos eran un pueblo de armas tomar. Además, controlaban la Ruta de la Seda y Roma llevaba siglos intentando hacerse con ella infructuosamente, con lo que conllevaba de onerosa humillación.
En estas primeras operaciones, Trajano demostró a sus legiones que se podía cruzar el Éufrates y de paso conjurar la maldición de la invencibilidad de los Partos
Como sumatorio a este puzzle estratégico, las relaciones con la China de los Han iban in crescendo. Los imperios contemporáneos de los Han y Romaeran, de largo, los mayores que existían en ese momento. Pese a no haber una relación directa entre ambos, síeran conscientes de la existencia del otro, y además existía un vínculo comercial en el que el intermediario de referencia era Partia. Hubo contactos directos entre ambos imperios y de ello hay registros fehacientes en el Hou Hanshu,una de las obras oficiales de la historia de China, compilado por el historiador chino Fan Ye en el siglo V. Allíqueda reflejado cómo un convoy romano con credenciales diplomáticas, y conAntonino Pío a la cabeza,logró alcanzar la capital Luoyang para ser recibido por el emperador Huan.
Pero los Partos seguían ahí y se llevaban la parte del león, y Roma no podía tolerar más este statu quo.
La brillante estrategia de Trajano se ciñó a evitar un ataque frontal y se decantó por una operación por fases de desgaste para con los aliados de este temible imperio. En el entreacto y a modo de aperitivo, durante los años 114 y 115, Armenia, el reino que era aliado natural de los enemigos acérrimos de Roma, caería no sin antes ofrecer una sería resistencia. Pero ante esta provocación, los Partos no responderían. ¿Por qué?Trajano con buen criterio había delegado en sus generales maniobras de distracción a gran escala a lo largo del Éufrates, más o menos por donde Alejandro Magno penetraría en su epopeya asiática.
Romanos por el artículo 33
En estas primeras operaciones, Trajano había demostrado a sus legiones que se podía cruzar el Éufrates y de paso conjurar la maldición de la invencibilidad de los Partosque pesaba sobre el imaginario de los romanos. Además, había amputado de un tajola mano derecha de un tradicional e imprescindible aliado clásico.
Durante el segundo semestre del año 115, se mostraría cauto mandando contención a todas las legiones, llevadas estas por la euforia de las victorias acumuladas. El invierno se echaba encima y no era el momento para unas tropas latinas de meterse en un fregado con serios inconvenientes logísticos y tácticos. Asíque tras hacer ciudadanos romanos por el articulo 33 a una buena parte de sus potenciales adversarios y mostrar músculo por las zonas colindantes, acamparía al norte de la Gran Mesopotamia.
No había lugar para vacilaciones
El invierno pasó yla primavera apuntaba tímidas maneras.Pero Osroes, el rey de Partia, tampoco era manco. Había adoptado una defensa en profundidad en la que sus bien entrenados y acertados arqueros -apoyados por una caballería pesada con pelambre de escamas que acorazabalas partes más vulnerables de los animales (los terroríficos Catfractos)- se lo iban a poner más que difícil a las legiones del emperador hispano.
Trajano tenía muy claro que el combate subsiguiente era a vida o muerte y que, en el otro lado del Tigrisles esperaban cerca de 44.000 hombres decididos a vender cara la tierra que les había visto nacer. Pero Roma, escarmentada y perdidasu aura de superioridad, fue más modesta en esta épica batalla.
Con calculadas maniobras de diversión, marchas y contramarchas –la canicula veraniega estaba todavía lejana-confundió a los Partos hasta marearlos (todavía no se había inventado la Biodramina)y estos acabaron trastabillando. En la memoria de Trajano y del pueblo romanogravitaba todavía, casi 170 años después, la tragedia de Carrhae y no había lugar para vacilaciones.
La carnicería fue espantosa e inmisericorde. Craso y el honor de Marco Antonio habían quedado vengados
Por tres frentes diferentes y usando los mayores pontones y barcazas que se habían visto hasta entonces, los legionarios, protegidos por los inmejorables arqueros (las cohortes sagitarii), rechazaron una y otra vez los intentos de los Partos de incendiar las navesque, una tras otra, desembarcaban en medio de una incesante lluvia de flechas a la tropa invasora en la otra orilla.
Carnicería inmisericorde
Cuando dos legiones de refuerzo al mando de Lucio Quieto, un enérgico general amigo de infancia del César Emperador, acabaron de vadear el punto más al norte y cayeron sobre los desprevenidos locales, estos en fuga se toparon con otra legión que venía del sur por otra cabeza de puente.Ni que decir tiene que la carnicería fue espantosa e inmisericorde. La trágica derrota de Craso y el honor de Marco Antoniohabían quedado vengados un indeterminado día del año 116 en las llanuras colindantes al paso de Cizre.
Con paso firme se dirige hacia la domus del senador Palma y le entrega al anciano amigo de Trajano un secreto mensaje en un preciado pergamino
En Ostia, el puerto más cercano a Roma, un hombre recio viste una túnica roja exclusiva del rango de un alto combatiente. Una preciosa fíbula de orofija la capa al cuerpo del pretoriano, debajo se adivina una spatha propia de la caballería romana. Con paso firme se dirige, rodeando el Circo Máximo y el mercado de carnes del Foro Boario, hacia la domus del senador Palma y le entrega al anciano amigo de Trajanoun secreto mensaje en un preciado pergamino.
Prácticamente llevado en andas sobre un viejo triclinium, varios legionarios lo acercan al Senado donde anuncia la rotunda victoria del emperador disipando cualquier duda sobre sus supuestos delirios imperiales.
Roma descansa tranquila mientras en Carax, muy cerca de la actual Basora, o de lo que queda de ella tras las dos Guerras del Golfo,en el Mar de Arabia, el César se baña relajadamente después de tanto ajetreo bélico.
Marco Ulpio Trajano nunca concibió el fracaso. Este emperador hispanosiempre cabalgó directo hacia la leyenda.
"Es la repetición de afirmaciones lo que lleva a creer. Y cuando el creer se transforma en una convicción profunda, las cosas comienzan a suceder".
- Santiago Posteguillo en busca de la legión perdida Daniel Arjona. Roma
- Fue uno de los gobernantes más lúcidos de la historia y era hispano Álvaro Van den Brule
- Siempre daban una de romanos María José S. Mayo