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EEUU aprueba una investigación para devolver los muertos a la vida
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THE REANIMA PROJECT

EEUU aprueba una investigación para devolver los muertos a la vida

Una compañía de biotecnología estadounidense ha puesto en marcha un experimiento para regenerar cerebros de personas en estado de muerte clínica

Foto: Nos obsesiona ganarle el pulso a la muerte. (iStock)
Nos obsesiona ganarle el pulso a la muerte. (iStock)

El deseo de poder devolver a los muertos a la vida aparece ya en el Nuevo Testamento, aunque nuestra sed de inmortalidad es tan anterior como la idea de conciencia de uno mismo. Una obsesión tenebrosa, pero también esperanzadora –nadie quiere morir–, que la ciencia ficción y el género gótico han reflejado muy bien, pero que tiene sus antecedentes en los propios avances de la ciencia. No hace falta remontarse a Galvani, que frió con electricidad cerebros de animales y cadáveres hasta conseguir horribles espasmos faciales que parecían devolverlos momentáneamente a la vida; en nuestro poco crédulo siglo XXI numerosas empresas y laboratorios participan de una carrera por la eternidad, aunque hasta ahora contaban con poco apoyos oficiales.

Una compañía de biotecnología estadounidense, Bioquark Inc, ha puesto en marcha una investigación para regenerar cerebros de personas en estado de muerte clínica a través de una combinación de múltiples terapias que incluyen la inoculación de células madre y cócteles de péptidos, así como el uso de láseres y técnicas de estimulación nerviosa que han despertado del coma a pacientes en otras ocasiones, según ha publicado 'The Telegraph'.

Están trabajando con una veintena de pacientes que han sido declarados muertos clínicamente y los someterán a pruebas durante meses

Conocido como 'The ReAnima Project', este experimento que cuenta con el permiso de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos e India, ya está trabajando con los 20 primeros pacientes declarados clínicamente muertos que permanecen conectados a máquinas en estado vegetativo. A lo largo de los meses, el equipo médico intentará identificar si hay signos de regeneración cerebral en la zona superior de la médula espinal que controla la respiración y los latidos del corazón. “Recibimos el permiso para trabajar con una veintena de personas en esta situación, aunque esperamos poder contar con más pacientes, ya que estamos trabajando junto al hospital para identificar a las familias que puedan tener una barrera religiosa o médica”, explica Ira Pastor, director de operaciones de la compañía, quien se felicita de que éste sea un paso más para revertir el proceso de muerte. “Para llevar a cabo una iniciativa tan compleja, estamos combinando las herramientas de la medicina biológica regenerativa con otros dispositivos típicamente utilizados para la estimulación del sistema nervioso central”, admite.

El ciclo eterno de la vida

Un simple vistazo a la naturaleza nos demuestra la gran capacidad regenerativa de algunos animales, como por ejemplo la salamandra, cuyas extremidades vuelven a crecer infinitamente. También le ocurre a otros anfibios y a ciertos peces, que pueden reparar porciones de su cerebro después de haber sufrido incluso un trauma grave. Bioquark se basó en estas observaciones, aunque la capacidad regenerativa del ser humano sea mucho menor.

Los resultados de la investigación podrían beneficiar también a enfermos de alzhéimer y parkinsón y ayudarán a entender la muerte cerebral

La muerte cerebral de una persona se confirma cuando ya no tiene ninguna función neuronal, ni tan siquiera capacidad para respirar. A pesar de que se consideren clínicamente muertos, sus cuerpos sigue digiriendo el alimento y reaccionan a los estímulos sexuales. Así lo sugieren recientes estudios, que indican que tras sufrir una muerte cerebral quedaría algo de actividad eléctrica en el cerebro y seguiría circulando la sangre.

En la primera fase del proyecto, que se llevará a cabo en la India, se trabajará con un grupo de pacientes a los que se les administrarán péptidos en la médula espinal diariamente y células madre dos veces a la semana en el curso de seis semanas. “A través de esta investigación tendremos una información privilegiada sobre el estado de muerte cerebral, que será de utilidad en el desarrollo terapéutico en casos de pacientes en coma o con mínimos estados de consciencia, incluyendo enfermedades degenerativas como el Alzheimer o el Parkinson”, concluye el doctor Sergei Paylian, fundador de Bioquark Inc.

La carrera hacia la inmortalidad

El magnate ruso Dimitry Itksov promovió la iniciativa 2045 y afirma que la inmortalidad podrá conseguirse en tres décadas. Ha prometido que en menos de cinco años existirá la primera copia robótica de un cuerpo humano manejada por control remoto, tal y como explicamos en 'El Confidencial'. Su objetivo, como admite, es trasladar la personalidad de alguien a un cuerpo nuevo, y está convencido de que la vejez no es un proceso vital, sino una enfermedad. Pero Itksov no es el único multimillonario obsesionado por vencer el pulso al tiempo y la consiguiente decrepitud, Larry Ellison, a la sazón la quinta persona más rica del mundo, dedica gran parte de su ingente fortuna a investigar el aparente sinsentido de nacer para luego desaparecer.

Para José Luis Cordeiro, ingeniero mecánico por el MIT, MBA por Insead, licenciado en economía por la Universidad de Georgetown, profesor de la Singularity University de Silicon Valley y amigo y fiel seguidor de Ray Kurzweil, habremos alcanzado la inmortalidad dentro de 20 años, y no sólo eso, sino que nuestra forma de comunicación será telepática, según aseguró a 'El Confidencial'.

Por su parte, el doctor Richard Walker, antiguo profesor de la Universidad de Florida y autor de 'Why We Age. Insight into the Cause of Growing Old' (Dove Medical Press), han intentado encontrar una respuesta a la cuestión de por qué enfermemamos y morimos. Y cree estar a punto de encontrarla, ya que el pasado año aseguró haber identificado por fin una peculiaridad genética que puede desvelar el misterio de la inmortalidad genética.

¿Lograremos en un futuro regenerar nuestras células como ocurre con los anfibios? ¿Conseguiremos ganar la batalla a la inmortalidad vivamos o no en el esqueleto de un androide? El tiempo lo dirá...

El deseo de poder devolver a los muertos a la vida aparece ya en el Nuevo Testamento, aunque nuestra sed de inmortalidad es tan anterior como la idea de conciencia de uno mismo. Una obsesión tenebrosa, pero también esperanzadora –nadie quiere morir–, que la ciencia ficción y el género gótico han reflejado muy bien, pero que tiene sus antecedentes en los propios avances de la ciencia. No hace falta remontarse a Galvani, que frió con electricidad cerebros de animales y cadáveres hasta conseguir horribles espasmos faciales que parecían devolverlos momentáneamente a la vida; en nuestro poco crédulo siglo XXI numerosas empresas y laboratorios participan de una carrera por la eternidad, aunque hasta ahora contaban con poco apoyos oficiales.

Biotecnología India Alzhéimer Muerte Vida después de la muerte
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