La solución a los tres rompecabezas que desafían tu forma de pensar

Esta es la solución a los tres rombecabezas filosóficos planteados por Robert Zimmer en su libro 'La filosofía como gimnasia mental' (Ariel). Si los inescrutables designios de internet te han traído a esta página sin ver antes el planteamiento del problema, estás sólo a un click del mismo.

La apuesta de Pascal

Dos argumentos que se podrían esgrimir en contra de la apuesta de Pascal son los siguientes: es cierto que Dios puede existir o no, y también que el reparto de posibilidades en una apuesta sería el descrito por Pascal. Sin embargo, la tesis de que nos encontramos en la situación de unos jugadores obligados a apostar no es correcta. No estamos obligados a apostar e incluso nos podemos abstener de hacerlo, tal y como ocurre en el caso de los “agnósticos”. El punto de vista de un agnóstico es: no sé si Dios existe o no, así que tampoco me decido por una u otra opción. El segundo argumento va en contra de la idea de un Dios que envíe al infierno a un hombre por haber decidido mal en una apuesta, como si le dijera: “iMala suerte! iHas apostado al caballo perdedor!”. Prácticamente nadie estará dispuesto a aceptar que la “vida eterna” dependa de la decisión que se tome en una apuesta.

Enunciados autorreferenciales

Los enunciados autorreferenciales son aquellos en los que un enunciado afirma algo sobre sí mismo, es decir, aquellos en los que una proposición del metalenguaje se funde con otra del lenguaje objeto. En la oración: “Eta orazión tiene cuatro erores” hay tres errores “normales”; Eta en lugar de “Esta”, orazión en lugar de “oración” y erores en lugar de “errores”. Dado que la oración es un enunciado autorreferencial, a “Esta oración tiene cuatro errores» se añade otro error que, a diferencia de los tres anteriores, se produce por la autorreferencia del enunciado metalingüístico. La oración es falsa si se refiere a la parte del lenguaje objeto y verdadera si se incluye el enunciado metalingüístico. Por ello, hay que separar la parte del metalenguaje de la del lenguaje objeto, por ejemplo, como sigue: La oración “Esta oración tiene cuatro errores” tiene cuatro errores, entonces es evidente que no es paradójica, sino falsa.

La paradoja del mentiroso

La oración “El cretense Epiménides dice: 'Todos los cretenses mienten'” es igualmente un enunciado autorreferencial con una parte de lenguaje objeto y otra de metalenguaje. La paradoja se resuelve al ver que ambas partes están en distintos planos lingüísticos y que el análisis de verdad de ambas se debe hacer por separado. La verdad o falsedad del enunciado del lenguaje objeto “todos los cretenses mienten” es, por tanto, independiente de la verdad o falsedad del enunciado metalingüístico “El cretense Epiménides dice: 'Todos los cretenses mienten'”. En uno de los casos se estudia si realmente todos los cretenses mienten y, en el otro, si Epiménides dice esto o no. En este caso, la paradoja también se da porque ambos niveles se mezclan.