Es noticia
La guía para alcanzar un orgasmo increíble (y es válida para los dos)
  1. Alma, Corazón, Vida
Malditas prisas

La guía para alcanzar un orgasmo increíble (y es válida para los dos)

Las unas por no quedarse las últimas y los otros por no ser capaces de aguantar, el hecho es que todos aceleramos nuestro deseo sexual. ¿La solución? Aprender a frenar a tiempo

Foto: Cuando el hambre aprieta, cuesta no devorar. Tómatelo con calma. (iStock)
Cuando el hambre aprieta, cuesta no devorar. Tómatelo con calma. (iStock)

Como en casi todos los aspectos de la vida, en el sexo también se aplica una máxima irrefutable: las prisas nunca son buenas consejeras. Y en cuestiones de cama, para ninguno de los dos. Cierto que a las mujeres se les atribuye la capacidad de disfrutar de múltiples orgasmos –ojo, que ellos también pueden aunque el esfuerzo sea mayor–, pero a efectos prácticos: quedarse a medias o llegar demasiado tarde puede resultar de lo más frustrante para ambas partes.

A menudo escuchamos hablar del refractario masculino o cómo conseguir que ellos aguanten más en la cama para que las ardientes féminas no se pierdan una vez más el ansiado clímax –el porcentaje de 'llegadas a meta' sigue siendo indudablemente menor–. Pero de lo que casi nadie habla, quizás por vergüenza, es de las numerosas mujeres que se sobreexcitan antes de tiempo y… Punto final.

No somos capaces de frenar a tiempo para que los ritmos se acompasen y disfrutemos a la vez de un intenso placer orgásmico

En cierto modo, estamos juntos en esto de esperar al prójimo. Las unas por no quedarse las últimas y los otros por no ser capaces de aguantar, aceleramos nuestro deseo sexual y no somos capaces de frenar a tiempo para que los ritmos se acompasen y disfrutemos a la vez –en serio, este mito puede hacerse realidad– de un intenso placer orgásmico.

Todo el mundo quiere el buen sexo. No se pueden negar los beneficios mentales y físicos de una buena sesión de placer. Pero, ¿cómo conseguir que sea realmente increíble para ambas partes? Olvídate de la comunicación, la conexión emocional e incluso de los fármacos para prevenir la precocidad. Ponte las pilas en la cama para aguantar tanto –o tan poco– como tu pareja. Así conseguirás que nadie se quede por el camino ni te dé la avanzadilla. Así, disfrutarás de un orgasmo increíble, y acompañado.

1. Eso no ha sido un orgasmo

Sexo bueno, duradero, ardiente, sudoroso, innovador… Llámalo como quieras, pero el hecho es que, por muy divertido que resulte el durante, los implicados en el acto no dejan de tener en mente el objetivo final: alcanzar el clímax, a poder ser, a la vez o después que su acompañante.

En muchas ocasiones, especialmente en el caso de las mujeres, estamos tan obcecados con este cierre pletórico que ante cualquier movimiento inesperado, gemido subido de tono, agarrón de nalga o comentario calentito; nos venimos arriba y creemos que ha llegado el momento. Pero no es así.

La forma más natural y sencilla de evitar un fin prematuro de las relaciones sexuales es detenernos y comenzar de nuevo

Probablemente por culpa de la creencia generalizada de que él va a aguantar 'cero' y la presión del 'más nos vale correr o nos quedamos atrás', son muchas las féminas que se animan tanto durante el acto que disfrutan de microorgasmos. Provocados por la excitación mental o porque curiosamente se acaricie o roce un punto erógeno imprevisto, el hecho es que los confunden con orgasmos reales y se creen que 'ya está'. Si se da esta situación en cualquiera de los casos, hay que saber reincorporarse a escena. Todavía quedan unos cuantos actos.

2. Distráete

Tampoco te pases. Nadie dice que pienses en gatitos en problemas o recuerdes la imagen de tu difunta abuela para desconectar y frenar el orgasmo. Ahora, dejar que tu mente se abstraiga ligeramente repitiéndonos mentalmente mensajes como “ahora podíamos cambiar de postura” o “espera un poco” resulta de lo más útil. Tanto, que es la primera recomendación que te hará cualquier terapeuta sexual para ayudarte a posponer el éxtasis prematuro que tantos problemas te está dando.

3. Frena y cambia de marcha

“La forma más natural y sencilla de evitar un fin prematuro de las relaciones sexuales es detenernos y comenzar de nuevo”, recomienda en 'Elite Daily' Jarone Ashkenazi. De cajón, vaya. Si ves que te descontrolas procura cambiar de postura para modificar ligeramente el ángulo o profundidad de penetración para reducir la intensidad del placer. Tampoco hay que frenar en seco: lo ideal es situarnos en un nivel medio de excitación para poder volver a la acción en cualquier momento.

4. Prueba el 'método de compresión'

No confundir con 'comprensión' porque la cosa no tiene nada que ver con que seas más o menos empático con tu pareja ni por asomo se pretende que os paréis a hablar de lo sucedido. Se trata de una técnica ideal para que los varones eviten un final feliz antes de tiempo. Tan sencillo como, justo antes de eyacular, apretar suavemente el pene haciendo presión con el dedo pulgar y el indice. De esta manera se reduce significativamente la erección dando un poco más tiempo a la otra parte para que se meta en vereda.

5. Avisa

Aunque advertimos que la solución no partía de la comunicación en pareja, no está de más decir algo durante el acto para que la otra parte sepa si estamos disfrutando y, en tal caso, si el grado de satisfacción es tan alto que vamos a terminar a la de ya. Clásicas advertencias como 'me voy a correr dentro de poco' o 'si sigues así no voy a durar mucho', pueden ser la clave para que la otra persona pueda acelerar y cogernos a tiempo o nos avise de que esperemos porque 'aún le queda un poco'.

Como en casi todos los aspectos de la vida, en el sexo también se aplica una máxima irrefutable: las prisas nunca son buenas consejeras. Y en cuestiones de cama, para ninguno de los dos. Cierto que a las mujeres se les atribuye la capacidad de disfrutar de múltiples orgasmos –ojo, que ellos también pueden aunque el esfuerzo sea mayor–, pero a efectos prácticos: quedarse a medias o llegar demasiado tarde puede resultar de lo más frustrante para ambas partes.

Disfunción sexual Vida sexual
El redactor recomienda