Es noticia
Cien veces peores que el arsénico: los 5 venenos más letales del mundo
  1. Alma, Corazón, Vida
NI TE ACERQUES A ELLOS

Cien veces peores que el arsénico: los 5 venenos más letales del mundo

Solo unas gotas de los venenos más peligrosos pueden ser letales. Y es mejor que nos mantengamos alejados de estos que nos brinda la madre naturaleza

Foto: Esta diminuta rana produce uno de los venenos más letales el mundo. (iStock)
Esta diminuta rana produce uno de los venenos más letales el mundo. (iStock)

Dice el diccionario de la Real Academia que un veneno es una “sustancia que, introducida en un ser vivo, es capaz de producir graves alteraciones funcionales e incluso la muerte”. Es de suponer que el ser humano aprendió a evitar o manejar correctamente todas las sustancias tóxicas que le rodeaban, en un proceso de prueba-error que generó un valioso conocimiento y dejó muchos muertos en el camino.

Hoy sabemos que no conviene confundir el laurel con las hojas de la adelfa, que son tremendamente tóxicas, un saber que bien habría servido a los soldados de Napoléon que, durante la Guerra de la Independencia, asaron carne de cordero ensartando pinchos en estacas de la planta. De los 12 soldados que participaron en el banquete 8 murieron y cuatro quedaron seriamente intoxicados.

Pero el veneno de la adelfa –en realidad dos, la oleandrina y la neandrina– no es nada comparado con otras sustancias que nos brinda la madre naturaleza. Y no hablamos de tóxicos bien conocidos como el cianuro, el arsénico o la estricnina. Como explica Simmon Cotton, profesor de química en la Universidad de Birmigham en un artículo publicado en The Conversation', hay venenos tan potentes que pueden matar a un hombre en dosis de 10-7 gramos. Y eso es muy muy poco.

La naturaleza es peligrosa

Aunque hay diversas formas de medir la toxicidad de un veneno, la unidad que suele usarse es la “dosis letal mediana”, más conocida como DL50 (abreviatura de “dosis letal 50%”). Esta es la dosis de una sustancia que resulta mortal para la mitad de los animales en una prueba.

Para conocer la toxicidad de un veneno hay que tener en cuenta su estado, así como la forma en que nos exponemos a él

El uso de nuevas sustancias químicas se ha ceñido siempre a la famosa máxima de Paracelso: “solo la dosis hace el veneno”. Pero la premisa básica de la toxicología tiene un problema: no es nada sencillo calcular a partir de qué dosis una sustancia pasa a ser peligrosa.

Para conocer la toxicidad de un veneno hay que tener en cuenta su estado, así como la forma en que nos exponemos a él. Si chupamos mercurio líquido es muy probable que no nos pase nada, pero, como cuenta Cotton, en 1996 una o dos gotas de dimetilmercurio (la versión más tóxica del metal) cayeron sobre los guantes de latex de la conocida química estadounidense Karen Wetterhahn y, de ahí, penetraron en su piel. Murió por envenenamiento un año después del accidente.

Solo unas gotas de los venenos más peligrosos pueden ser letales. Y es mejor que nos mantengamos alejados de estos cinco que, como explica Cotton, son, en orden ascendente, los más nocivos de todos los que conocemos hasta la fecha.

5. Ricina

La ricina es la letal toxina que se extrae de las semillas del ricino ('Ricinus communis'), un arbusto fácil de localizar en los jardines de todo el mundo. El veneno causa hemorragia intestinal, seguida de diarrea a veces sanguinolenta, vómitos, deshidratación e hipotensión y provoca una muerte nada agradable, con una agonía que puede durar hasta diez días –aunque pasados tres puede que te salves–.

En la II Guerra Mundial EEUU llegó a diseñar bombas de racimo que liberaban el veneno y hubo planes para su producción en masa

El DL50 de la ricina es de 1,20 miligramos si se ingiere el veneno, pero sólo de 500 microgramos si es inhalado o inyectado. Dada su disponibilidad, la historia de la sustancia está intimamente ligada al mundo criminal y militar. Su desarrollo como arma biológica comenzó en la I Guerra Mundial, pero la contienda terminó antes de que se utilizara. En la segunda, EEUU llegó a diseñar bombas de racimo que liberaban el veneno y hubo planes para su producción en masa. La conclusión final no es que no fuera demasiado peligroso: era más económico usar fosgeno, un gas venenoso.

Pero el caso más famoso de uso de la ricina fue el asesinato del disidente búlgaro Georgi Markov en 1978. El periodista y dramaturgo, que había huido del régimen comunista de su país, estaba esperando un autobús en Londres cuando sintió un pequeño golpe en la parte posterior de su muslo derecho. Sólo vio a un hombre agacharse a recoger su paraguas. Al poco tiempo empezó a tener fiebre. Fue ingresado en el hospital y falleció a los tres días. Hoy sabemos que la KGB estuvo detrás de su asesinato y fue el hombre que recogía el paraguas el que disparó desde este un pequeño perdigón, de sólo 1,52 mm de diámetro, empapado en ricina.

4. VX

El VX es conocido por aparecer en la película 'La Roca'.

El único compuesto sintético de la lista es un agente nervioso que se desarrolló para ser empleado como arma química, aunque, oficialmente, nunca fue utilizado como tal –hay quien cree que sí se utilizó en la guerra Irán-Irak de los 80–. La ONU lo considera un arma de destrucción masiva y su producción y almacenamiento fue prohibido en la Convención sobre Armas Químicas de 1993.

Como explica Cotton, el VX fue un invento de la empresa británica Imperial Chemical Industries (ICI) que pensaba usarlo como insecticida, pero pronto se vio que era demasiado tóxico para usos agrícolas. Como otros agentes nerviosos, el VX interfiere la transmisión de mensajes entre neuronas gracias a la supresión de la actividad de la acelticolina, una encima necesaria en el proceso. Las contracciones musculares se salen de control y se muere por asfixia.

Solo se conoce a una persona que haya muerto por el VX, un exmiembro de la secta terrorista japonesa Aum Shririkyo, que había provocado varias muertes usando otros gases nerviosos en el metro de Tokio. Su DL50 es de unos 3 microgramos por kilo.

3. Batracotoxina

Todos hemos visto documentales o películas en las que un grupo de indígenas extraen veneno de una rana, untan sus flechas y matan cualquier bicho que se les cruce en un santiamén. No es ficción. Los indígenas del oeste de Colombia recogen ranas como la 'Phyllobates terribilis' y las calientan sobre el fuego para que el veneno gotee y puedan untar con él sus dardos y flechas.

La batracotoxina impide la transmisión del impulso nervioso hacia los músculos lo que produce convulsiones, parálisis y muerte (por ese orden)

Hay varios venenos que provienen de este tipo de ranas, pero la batracotoxina es el más letal. Su DL50 es de solo 2 microgramos por kilo, lo que significa que basta el equivalente a dos granos de sal para matarte. La batracotoxina impide la transmisión del impulso nervioso hacia los músculos, lo que produce una hiperexcitabilidad de los tejidos nervioso, muscular y cardíaco, seguido de convulsiones, parálisis y muerte.

Curiosamente, las ranas que producen este veneno no logran sintetizarlo en cautividad, puesto que los compuesto necesarios para elaborar la toxina provienen de la dieta, en concreto de algunos escarabajos presentes en la selva colombiana. De hecho, hay pájaros en la selva que tienen el mismo veneno que las ranas, pues ingieren los mismos escarabajos, pero su toxicidad es mucho menos potente.

4. Maitotoxina

La ciguatera es una enfermedad muy común en los trópicos que se contrae debido a una intoxicación alimentaria relacionada con el consumo de peces que habitan los arrecifes coralinos. Está causada por múltiples toxinas, que provienen de algas venenosas y microorganismos celulares conocidos como dinoflagelados, que forman parte del fitoplancton. De entre estas la maitotixina es la más letal. Su DL50 es, aproximadamente, de un orden de magnitud menor que el de la batracotoxina.

La estructura del veneno es muy compleja y supone un enorme desafío para los químicos que han tratado de estudiarla. Si se consume algún marisco contaminado con este lo más probable es que muramos de un infarto en pocas horas.

5. Toxina botulínica

También llamada botulina, esta neurotoxina que elabora la bacteria 'Costridium botulinum' es el veneno más poderoso que existe, con un DL50 de un nanogramo por kg. Eso significa que basta una dosis de 10-7 gramos para matar a un hombre de 70 kilos de peso.

El popular tratamiento cosmético consiste en inyectar pequeñísimas cantidades de la toxina para inhabilitar la acción de ciertos músculos

Como su nombre indica, el veneno causa botulismo, una enfermedad caracterizada por una parálisis muscular progresiva que acaba afectando a la función respiratoria y que se suele contraer tras una intoxicación alimentaria. El termino proviene del latín 'botulus' que significa embutido, pues la enfermedad fue descrita por primera vez en el siglo XIX tras una intoxicación masiva por ingesta de salchichas.

La comunidad científica ha mostrado un gran interés por la toxina botulínica, que tiene ya numerosas aplicaciones. La más conocida de ellas es quizá el botox. El popular tratamiento cosmético consiste en inyectar pequeñísimas cantidades de la toxina para inhabilitar la acción de ciertos músculos que, de lo contrario, causarían arrugas. También se utiliza para tratar el estrabismo, paralizando los músculos que ocasionan este.

Dice el diccionario de la Real Academia que un veneno es una “sustancia que, introducida en un ser vivo, es capaz de producir graves alteraciones funcionales e incluso la muerte”. Es de suponer que el ser humano aprendió a evitar o manejar correctamente todas las sustancias tóxicas que le rodeaban, en un proceso de prueba-error que generó un valioso conocimiento y dejó muchos muertos en el camino.

Terrorismo ONU Química
El redactor recomienda