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Esto es lo que los hombres ven más atractivo en las mujeres (y no es lo que piensas)
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UNA CRÍTICA A LA TEORÍA EVOLUCIONISTA

Esto es lo que los hombres ven más atractivo en las mujeres (y no es lo que piensas)

Hay rasgos físicos que son importantes en el 'sex appeal' de una persona, pero la biología no marca todas nuestras preferencias al elegir quién nos gusta y quién no

Foto: ¿Existe el amor a primera vista? (iStock)
¿Existe el amor a primera vista? (iStock)

Los biólogos y neurocientíficos llevan décadas estudiando qué características físicas nos hacen más atractivos. Aunque existen muchos matices, la teoría más extendida es la evolucionista, que afirma que nuestros gustos vienen determinados por preferencias meramente reproductivas. Nos gustan las personas fértiles, con buenos genes y un sistema inmune bien preparado. Y es el aspecto de las personas que cumplen esos requisitos el que nos gusta, aunque no nos paremos a pensarlo.

Según esta teoría, a los hombres les gustan las mujeres con grandes pechos, cintura estrecha, buenas nalgas, labios grandes, mandíbula pequeña y barbilla estrecha. A las mujeres les gustan los hombres con mandíbulas pronunciadas, pómulos bien marcados y un peso correcto.

Dado que estas características de la belleza parecen bien determinadas, son muchas las personas que tratan de potenciarlas artificialmente para, además, destacar sobre el resto de competidores. Según algunos investigadores, la decoración corporal, las joyas, el maquillaje e, incluso, las barbas, empezaron a surgir a medida que las sociedades humanas crecían, como un recurso evolutivo para destacar la calidad de cada individuo como posible pretendiente.

Al menos en las mujeres de la sociedad actual, el maquillaje y los complementos no sirven para parecer más atractiva, sino todo lo contrario

Pero un nuevo estudio publicado en la revista Royal Society Open Science parece indicar que, al menos en las mujeres de la sociedad actual, el maquillaje y los complementos no sirven para parecer más atractiva, sino todo lo contrario.

Los investigadores, liderados por el doctor Julien Renoult, profesor del Institute for Arts, Creations, Theories and Esthetics de la Universidad de París, preguntaron a un nutrido grupo de hombres sobre el atractivo del rostro de diferentes mujeres y estos consideraron más apetecibles las caras más sencillas y, también, más fáciles de recordar.

El atractivo de la simplicidad

Para llegar a este descubrimiento, los investigadores franceses reclutaron a 186 mujeres blancas de entre 18 y 26 años. Sus caras fueron fotografiadas y editadas para que tuvieran el mismo tamaño y el pelo y el cuello aparecieran borrosos: solo debía juzgarse el atractivo del rostro. Tras esta selección, los investigadores pidieron a 169 hombres blancos que evaluaran los rostros del 0 al 20. En un segundo experimento, los científicos crearon un programa informático que mostraba de forma aleatoria los rostros de las mujeres en pares. Otros 56 hombres debían elegir cuál de los dos rostros encontraban más atractivo.

Usando la información obtenida en ambos experimentos, los investigadores crearon un algoritmo que seleccionó los rasgos faciales que los hombres consideraban más apetecible. El rasgo que más fuertemente apareció asociado a la belleza de las mujeres no era el que cualquiera habríamos esperado: fue la “parquedad” ('spareness').

Según Charles Darwin, la idea de la belleza no era un concepto que evolucionara a través de la selección natural

“Una cara parca es una cara que se codifica de forma muy eficiente en el cerebro, usando tan solo dos neuronas. En otras palabras, son rostros fáciles de procesar en el cerebro”, ha explicado Renoult a 'Medical Daily'. ¿Y cómo son exactamente estos rostros que gustan tanto a los hombres? “Las caras parcas son típicamente sencillas, con una textura de la piel suave, pocas arrugas y unas líneas de contorno suaves”, concluye el investigador francés.

Los científicos creen que nuestra preferencia por la simplicidad no solo se aplica a nuestras percepciones de la belleza, sino que está presente en muchas otras elecciones de nuestra vida. Esto se debe, aseguran, a que el cerebro humano prefiere los estímulos que son fáciles de procesar, tal como ocurre con los paisajes y las formas geométricas abstractas más sencillas.

¿La belleza sigue criterios biológicos o existe por simples razones estéticas? Curiosamente, Charles Darwin pensaba lo contrario que sus seguidores. Según el naturalista británico, la idea de la belleza no era un concepto que evolucionara a través de la selección natural. Y, según Renault, su investigación sirve para apuntalar esta idea: “Aquí mostramos que, en adición [a los factores influidos por la selección natural] nuestras preferencias están guiadas por mecanismos puramente sensoriales, aquellos que los neurocientíficos ya han asociado a la experiencia estética”.

Documental 'La ciencia del 'sex appeal'.

Un mecanismo neuronal

Curiosamente, esta conclusión coincide con otra investigación publicada esta semana en la revista 'PNAS'. El estudio, liderado por Silke Anders –profesora del departamento de Neurociencia Afectiva y Social de la Universidad de Lübeck (Alemania)–, también echa por tierra la típica idea evolucionista que dicta que nuestro cerebro clasifica a las personas del otro sexo buscando su potencial de apareamiento.

Los cambios en la atracción durante la comunicación dependen de la coincidencia neuronal tanto del emisor como del receptor

Según Anders y sus colegas, el grado de atracción entre sujetos aumenta al comprender correctamente los comportamientos emocionales del otro, algo que comprobaron analizando la atracción interpersonal y la actividad cerebral en parejas y hombres y mujeres que no se conocían de nada. Los resultados demostraron que la forma de transmitir los sentimientos y de percibirlos varía en cada persona. En el caso de las relaciones sentimentales, los individuos son capaces de identificar mutuamente sus emociones. “La pareja experimenta mayores recompensas de forma individual”, comenta Sanders. En otras situaciones, algunos cerebros son incapaces de descifrar los mensajes que les envía otro, porque cada persona transmite de forma distinta sus sentimientos. Sin embargo, estos individuos pueden empatizar sin problema con otras personas.

“Este experimento mostró que solo cuando las señales emocionales se envían de manera eficiente, se dispara el sistema de recompensa –incluyendo el estriado ventral derecho y la corteza orbitofrontal del cerebro–, aumentando la confianza y la atracción por el remitente”, ha explicado Anders en SINC. “Los cambios en la atracción interpersonal durante la comunicación dependen de la coincidencia neuronal tanto del emisor como del receptor, así como de la confianza que tengan, individualmente, de que lo decodificado es correcto”, concluyen los autores.

En definitiva, hay rasgos físicos que son importantes en el atractivo de una persona, pero hay mecanismos neuronales que escapan a estos y no solemos tener en cuenta. Y al maquillarnos o hacernos los duros podríamos estar echando por tierra nuestras oportunidades de ligar.

Los biólogos y neurocientíficos llevan décadas estudiando qué características físicas nos hacen más atractivos. Aunque existen muchos matices, la teoría más extendida es la evolucionista, que afirma que nuestros gustos vienen determinados por preferencias meramente reproductivas. Nos gustan las personas fértiles, con buenos genes y un sistema inmune bien preparado. Y es el aspecto de las personas que cumplen esos requisitos el que nos gusta, aunque no nos paremos a pensarlo.

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