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10 cosas que jamás deberías decirle a alguien que acabas de conocer
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Primeras impresiones nefastas

10 cosas que jamás deberías decirle a alguien que acabas de conocer

No sólo dañan directamente la imagen que se llevan de ti, también pueden acabar con tu credibilidad, relaciones y oportunidades de desarrollo profesional

Foto: Empezar con un 'buenos días, ¿vosotros a quién vais a votar?' no ha sido una buena idea. (iStock)
Empezar con un 'buenos días, ¿vosotros a quién vais a votar?' no ha sido una buena idea. (iStock)

Ya sea cuando te presentan a alguien nuevo en el trabajo, cuando tú mismo te incorporas a una plantilla o cuando te cruzas en la cafetería con un viejo compañero cuya cara te es familiar pero con quien jamás has cruzado palabra, lo que digas en esa primera conversación es más importante de lo que crees y puede dejar una impresión errónea sobre ti en la otra persona difícil de cambiar.

“Las palabras mal elegidas, aunque sea de forma inconsciente, no sólo dañan directamente la primera impresión que des, también pueden acabar con tu credibilidad, relaciones y oportunidades de desarrollo profesional”, advierte en 'Business Insider' Darlene Price, presidenta de la empresa especializada en relaciones profesionales y comunicación corporativa Well Said!

Nadie se siente impresionado cuando una persona domina una conversación y solo habla sobre él o ella

En ocasiones, los nervios nos juegan una mala pasada y decimos cosas sin pensar, vocalizamos mal o revelamos datos sobre nuestra vida privada –o la de terceros– que no vienen a cuento de nada. ¿Te reconoces en alguna de estas frases? Si es así, probablemente ya no hay marcha atrás; si no, estás a tiempo de evitarlas de aquí en adelante cada vez que conozcas a alguien nuevo en la oficina.

'Esta empresa es lo peor'

Tendemos a pensar que somos más molones de cara a la galería si somos críticos con nuestro ambiente de trabajo y recalcamos constantemente 'lo mal que están las cosas' y lo 'tirano que es el jefe'. No es muy buena idea comenzar una conversación con alguien de tu empresa con quien nunca habías hablado comentándole que odias tu trabajo o a la empresa en sí. En primer lugar, porque quizás estés sincerándote con la persona equivocada –hijos, sobrinos o enchufados de jefes supremos o, quizás hasta ¡el que va a ser tu nuevo encargado!– y en segundo lugar, ojo si con quien hablas fatal de la empresa es una persona nueva en plantilla: parecerás un amargado de la vida que pretende darle la bienvenida al peor trabajo de su vida.

'¿Tú cuánto ganas?'

Similar a 'cuántos años tienes' –que, más allá de las nuevas amistades que hacías en la escuela infantil, es bastante irrespetuoso preguntar de primeras–, la cantidad de dinero que gana una persona es un asunto muy personal como para soltarlo de pronto sin conoceros de nada.

'Perdona por molestarte'

Victimismos los justos. Los 'lo sientos' y 'perdonas' constantes o frases como 'te estoy dando la tabarra', solo hacen que la otra persona piense que realmente estás siendo un estorbo. Deja de evidenciar que podrías ser una molestia porque acabará creyéndolo de verdad.

'¿A quién vas a votar?'

“Como regla general de educación, nunca empieces una conversación hablando de política. Sobre todo en época de elecciones”, comenta Price, presidenta de la empresa especializada en relaciones profesionales y comunicación corporativa Well Said Inc. De primeras, lo mejor es evitar conversaciones polémicas de las que alguien pueda salir escaldado, por mucho que creas firmemente en los ideales de tu adorado partido político.

Jamás le digas a una mujer con barriga que 'de cuánto está' o 'para cuándo nacerá'

Como recomienda la experta, “aunque sea la otra persona quien saque el tema, lo mejor es mantenernos alejados de cualquier opinión emocionalmente cargada, demasiado personal, pertinaz o valoraciones de juicio”. Como se suele decir, más vale prevenir que curar: escucha a tu interlocutor y trata de percibir cuál es su ideología antes de meter la pata y ganarte un enemigo de por vida. Así, de tener unas ideas totalmente contrarias a las tuyas, ya sabes con quién es mejor no hablar de determinados temas de ahora en adelante.

'Soy gay' o 'soy hetero'

Cómo diría la mítica canción: a quién le importa. Es como si al saludar a alguien añadieses tu raza, tu dirección o la medida de tu abdomen o pecho. Comenzar hablando sobre tu tendencia sexual tan solo sirve para que tu interlocutor se sienta incómodo. Y no porque te hayas topado con un homófobo o un heterófobo, sino porque no le interesa lo más mínimo con quién te metes en la cama ni probablemente tuviese idea de hablar contigo sobre con quién lo hace o deja de hacer.

'¿Cuándo nace tu bebé?'

No, de ninguna de las maneras. Jamás le digas a una mujer con barriga que 'de cuánto está' o 'para cuándo nacerá'. Si no está embarazada y has confundido el origen de sus visibles kilos de más, habrás caído en un insulto colosal que probablemente la otra persona no olvidará al momento. A no ser que sea ella quien comience la conversación hablando de su gestación, mejor saca temas profesionales que sí vengan a cuento.

'¿Te has enterado de lo de fulanito?'

Vamos a ver, si tus primeras palabras con alguien de tu entorno laboral son difundir un chisme sobre algún compañero o poner a parir a tal o cual persona, estás tan perdido como cuando optas por criticar a tu empresa o jefe. Una vez más, no estás seguro al 100% del vínculo que pueda unir a tu interlocutor con la víctima del rumor. Recuerda como decía tu madre que 'estás más guapo' y ponlo en práctica.

'¿Crees en Dios?'

Puede parecer obvio evitar este tema, pero lo cierto es que hay gente que no mide en absoluto lo que pregunta. “Independientemente de si eres una persona de fe o no, la primera vez que conoces a alguien profesionalmente no es el momento de preguntar acerca de sus creencias religiosas, a menos que te incorpores como miembro del clero”, bromea Price.

'Me voy a divorciar'

Tú estás fatal de lo tuyo –o no, quizás suponga una alegría en tu vida– pero una ruptura sentimental es una situación demasiado personal como para compartirla con tus compañeros de trabajo con quienes nunca habías hablado antes. Los expertos en comunicación recuerdan que según con quién lo comentemos, ya sean jefes o personas a nuestro cargo, podemos estar generando una visión sobre nosotros que les haga dudar de nuestras capacidades como profesionales.

'Yo... yo... yo...'

El 'yomismismo' es una de las peores cualidades de los seres humanos. Está genial que estés orgulloso de ti mismo y satisfecho con tu vida y quehaceres, pero no hace falta que te muestres 'ensitismado' o resultarás odioso para esa persona que te acaba de conocer. Si es lo que pensabas, estás equivocado: nadie se siente impresionado cuando una persona domina una conversación o habla demasiado sobre él o ella. En realidad resulta pedante, creído y egocéntrico, da muestra de que tu nuevo conocido te viene importando más bien poco.

Ya sea cuando te presentan a alguien nuevo en el trabajo, cuando tú mismo te incorporas a una plantilla o cuando te cruzas en la cafetería con un viejo compañero cuya cara te es familiar pero con quien jamás has cruzado palabra, lo que digas en esa primera conversación es más importante de lo que crees y puede dejar una impresión errónea sobre ti en la otra persona difícil de cambiar.

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