'Aquafaba': el truco para cocinar postres sin huevo que proviene de los garbanzos

Celiacos, intolerantes a la lactosa, alérgicos a los frutos secos… Todos estos colectivos han sido testigos de cómo, poco a poco, su cesta de la compra se ha ido normalizando y cada vez es más frecuente encontrar un etiquetado coherente con el producto que compran. Sin embargo, los alérgicos al huevo lo han tenido siempre un poco más complicado: es un ingrediente básico en múltiples recetas y no hay un sustituto para él. ¿O sí? De un tiempo a esta parte la Red se ha llenado de referencias a la 'aquafaba', un compuesto que se postula como suplente de los huevos.

Literalmente, 'aquafaba' es el líquido resultante tras la cocción de los garbanzos y se utiliza como sustituto del huevo en múltiples recetas veganas o de intolerancia a este alimento. Su textura viscosa convierte a esta sustancia en ideal para la preparación de merengues, dulces y postres, e incluso su apariencia es muy parecida a la de los huevos al punto de nieve cuando se baten de la misma manera.

La 'aquafaba' es el líquido que tradicionalmente se ha desechado en las latas o botes de conservas de garbanzos, una especie de gelatina incolora que actúa a modo de aglutinante de las legumbres que queremos consumir. Desde que se han descubierto sus propiedades han sido muchos los que se han animado a reproducir recetas sustituyendo el huevo por este ingrediente, que incluso tiene página web propia, cuenta de Twitter y perfil de Instagram.

Si estás dispuesto a probar cosas nuevas, te sugerimos una receta de mousse de chocolate que puede hacer que te chupes los dedos.

- 80 gramos de chocolate negro
- 120 ml de aquafaba
- 60 ml de leche
- 25 gramos de azúcar
- 240 ml de agua

Modo de preparación

- Derretir el chocolate al baño maría.
- Montar el 'aquafaba' al punto de nieve, de la misma manera que si fueran huevos.
- Crear un caramelo mezclando el azúcar con una cucharada de agua. Ambos productos se ponen al fuego hasta conseguir un caramelo líquido que iremos echando poco a poco sobre el merengue conseguido en el paso anterior.
- Una vez que esté todo incorporado, añadir el chocolate fundido muy despacio para que se integre todo bien. Haz movimientos envolventes para que la 'masa' no pierda el aire que tiene dentro.
- Meter en la nevera un día entero.
- Para decorar, se pueden poner frutos rojos sobre el mousse o espolvorear con trocitos de chocolate picado.