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La verdadera razón por la que esta gente va a programas como MYHYV
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LA GRAN PARADOJA DEL REALITY

La verdadera razón por la que esta gente va a programas como MYHYV

Sí, la mayoría de participantes de espacios como 'Mujeres y Hombres y Viceversa' o '¿Quién quiere casarse con mi hija?' buscan la fama. Pero acaban encontrando el amor

Foto: Algunos de los concursantes de 'Hombres y Mujeres y Viceversa'. (Vanitatis)
Algunos de los concursantes de 'Hombres y Mujeres y Viceversa'. (Vanitatis)

Los programas de citas, en los que un grupo de solteros trata de encontrar “el amor de su vida”, son ya constantes en la parrilla televisiva. Espacios como '¿Quién quiere casarse con mi hijo?', 'Granjero busca esposa', 'Mujeres y Hombres y Viceversa' (que lleva ya casi ocho años en antena) o los, recientemente estrenados 'Un príncipe para tres princesas' o 'Casados a primera vista' son un éxito de audiencia. Y nada apunta a que vayan a dejar de serlo.

Es curioso como en este tipo de programas se suele criticar a los participantes que están allí “por las razones equivocadas”, refiriéndose, claro está, a que sólo buscan la fama. ¿Pero acaso alguien piensa que la gente acude a estos espacios para encontrar el amor?

La ingenuidad de algunos de los primeros concursantes de los 'realities' desapareció hace mucho tiempo, cuando todo el mundo fue consciente del trampolín que suponían estos espacios. Hoy en día la gran mayoría de los concursantes se apuntan a los 'castings' de estos programas con la esperanza de lanzarse al mundo de las 'celebrities' sin hacer ningún tipo de esfuerzo ni tener un talento especial. La idea es lograr meter la cabeza y, al menos durante unos años, poder colaborar en los debates televisivos e ir rotando por el ecosistema que define la misma existencia de canales como Telecinco.

Si estos programas funcionan no es sólo porque el mundo esté lleno de metrosexuales desinhibidos que quieren salir en 'Sálvame' a toda costa

Hay quien, incluso, tiene estrategias claras y definidas. Es el caso de Lorenzo Borguese, un concursante del 'reality' estadounidense 'The Bachelor', el decano de este tipo de programas, en el que un joven atractivo es cortejado por 25 mujeres. Borguese admitió que participó en el espacio, y otros tres 'shows' más de este tipo, con la única intención de promocionar su negocio de cosméticos y su asociación de protección de los animales. “Es una gran plataforma para ello, te da una voz”, reconocía en 'Salon'. “Y si alguien te dice que se ha apuntado a estos programas para encontrar el amor te está mintiendo”.

Hasta aquí lo obvio. Pero si estos programas funcionan no es sólo porque el mundo esté lleno de metrosexuales desinhibidos que quieren salir en 'Sálvame' a toda costa.

Sí, puedes encontrar pareja en la tele

Aunque encontrar el amor no sea el objetivo (ni principal ni secundario) de los concursantes de estos programas, los romances que han surgido de estos se cuentan por docenas. Y no sólo hablamos de los inquilinos de la casa de Gran Hermano que retozan debajo de las sábanas para ganar notoriedad. Hablamos de los “tronistas” que han acabado casados y con hijos y de los siete matrimonios (y ningún divorcio) que han salido de 'The Bachelor' desde su estreno en 2002.

Como explica en 'Salon' el sociólogo de la Universidad de San Francisco Joshua Gamson, aunque mucha gente acuda a estos programas en busca de la fama, lo cierto es que acaban enamorándose. De verdad. “Si su objetivo es salir con alguien, [The Bachelor] parece una buena forma de lograrlo, ya que está estructurado y tiene pruebas que superar”, explica el profesor. “En el mundo real, no existe un formato”.

Todo el mundo sabe que los 'reality' manipulan a los participantes, pero eso no quiere decir que sus sentimientos lo estén

Y si de verdad quieres ligar ¿no es más sencillo hacerlo por internet? En opinión de Gamson, estos programas, en lo que respecta a encontrar pareja, son mucho más efectivos: no sólo puedes escoger entre un buen número de posibles candidatos, además puedes conocerles cara a cara y evaluares como cónyuge potencial desde el primer momento. Los sitios de citas, además, no tienen como estos programas una serie de actividades preestablecidas, ni una fecha límite para escoger. Sí, es todo un espectáculo artificial, pero, según Gamson, funciona a las mil maravillas.

El formato de 'reality' crea, además, el ambiente perfecto para al menos echar una canita al aire. Como explicó Leslie Hughes, uno de los concursantes de 'The Bachelor', en una opinión que seguro comparten muchos de los participantes de los 'reality' españoles, el aburrimiento hace que ligar sea una de las pocos entretenimientos disponibles: “No hay ninguna distracción. No tienes móviles. No tienes música. No tienes libros. Esto es una ventaja para enamorarse rápidamente”.

Sandro y Vicente en '¿Quién quiere casarse con mi hijo?'. ¿No es esto amor real?

El 'reality' como experimento sociológico

En 1997, el gran experto en relaciones personales de la Universidad de Nueva York Arthur Aron intentó averiguar de qué manera dos desconocidos pueden llegar a intimar en menos de una hora.

En su seminal experimento un hombre y una mujer heterosexuales que no se habían visto con anterioridad entraban en una habitación a través de diferentes puertas. Allí, se sentaban cara a cara y se veían obligados a contestar a una serie de 36 preguntas. Justo después de ello, debían pasar cuatro minutos mirando fijamente a los ojos de su pareja en silencio. Aron consiguió su objetivo, y una de esas parejas se casó apenas seis meses después del experimento.

El amor, como la televisión, debe ser representado para ser real. Y la representación del amor genera efectos de amor

¿Les suena de algo? Eso de justificar la telebasura como “experimento sociológico” suena a broma pesada, pero lo cierto es que estos programas emulan muchas de estas situaciones y logran que los concursantes entren en las dinámicas que desean los creadores del programa.

Como explica la doctora de la Universidad de Auckland Misha Kavka, una de las personas que más a fondo ha investigado el fenómeno de la telerrealidad, en el libro colaborativo 'The Spectacle of the Real', “el cambio de nuestras pantallas, que han pasado de contar historias de amor en programas de ficción a mostrarlas a través de la telerrealidad es curiosamente apropiada, pues confirma que ambos –la realidad del mundo televisivo y la realidad de enamorarse– se reducen a una cuestión de sentimientos”.

Todo el mundo sabe que los 'reality' manipulan a los participantes, pero eso no quiere decir, asegura Kavka, que sus sentimientos lo estén: “El entorno simulado [como la "villa" en la que viven los participantes de 'Un príncipe para tres princesas'] estimula los sentimientos, en parte porque la extracción de los participantes de su ambiente habitual les deja solos ante el efecto de la interacción social. La intimidad que surge de esta situación amplificada es real, tanto para los participantes como para los espectadores”.

Curiosamente nadie acude a estos programas con la intención de encontrar pareja, pero lo cierto es que en muchos casos se dan las condiciones perfectas para que acaben encontrándola. “Es una forma extraña de enamorarse”, reconoce Gamson. “Pero si crees que estás destinado a estar con alguien y el destino te ha apartado de él, no hay ninguna razón para pensar que no vas a encontrarlo en un plató de televisión”.

Al fin y al cabo, como explica Kavka, “la televisión es por definición un medio que nos invita a cuestionarnos sobre cuán real es su versión de la realidad. Y el amor por definición es curiosamente similar, siempre abierto a la duda sobre cuando estamos realmente enamorados. El amor, como la televisión, debe ser representado para ser real. Y la representación del amor genera efectos de amor, así como la representación de la realidad genera efectos reales”.

Los programas de citas, en los que un grupo de solteros trata de encontrar “el amor de su vida”, son ya constantes en la parrilla televisiva. Espacios como '¿Quién quiere casarse con mi hijo?', 'Granjero busca esposa', 'Mujeres y Hombres y Viceversa' (que lleva ya casi ocho años en antena) o los, recientemente estrenados 'Un príncipe para tres princesas' o 'Casados a primera vista' son un éxito de audiencia. Y nada apunta a que vayan a dejar de serlo.

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