Esta es la actitud “catastrófica” que va a hundir la economía y disparará la infidelidad
Las parejas que deciden no tener descendencia son cada vez más comunes y, según la prensa británica, su actitud egoísta condena a la sociedad a todo tipo de desdichas
La británica Michelle Hetherington, de 43 años, trabaja como diseñadora gráfica. Su marido, Mark, de 37 años, es impresor. Se trata de oficios que no suelen estar caracterizados por unos salarios parta tirar cohetes pero, según explica 'The Daily Mail', la pareja se va muchos fines de semana de excursión y duerme en hoteles, cena con frecuencia en restaurantes de lujo, tiene caras aficiones y, por supuesto, se va siempre de vacaciones a lugares lejanos.
¿Y cómo lo logran? Según el tabloide por una sencilla razón: no tienen hijos. Una decisión que tomaron, asegura Michelle, precisamente para poder mantener su estilo de vida: “Siempre que estamos sentados en un coqueto restaurante, en una playa tropical o conduciendo por una espectacular costa europea pienso lo mismo: no podríamos estar haciendo esto si tuviéramos hijos”.
La periodista Mauereen Brookbanks, asegura que la decisión del matrimonio Hetherington es cada vez más común entre los ingleses y tiene claro que se trata de una opción vital “egoísta”, mala para la sociedad –pues condena al colapso al sistema de salud y de pensiones– y pésima para la propia pareja, pues no tener hijos les condena a la infidelidad, la soledad e, incluso, a tener una menor esperanza de vida. “Es probable que todos los elementos que configuran nuestra sociedad queden afectados”, apunta.
Pero, ¿qué hay de cierto en la catástrofe que vaticina el tabloide británico?
Por qué las mujeres no tienen más hijos
Cierto es que las parejas que deciden no tener hijos son cada vez más comunes, también en España. Como apuntan las investigadoras del CSIC Teresa Castro y Marta Seiz en su estudio 'La transformación de las familias en España desde una perspectiva socio-demográfica', en las últimas décadas, el tener o no tener hijos se ha convertido en una opción personal y han aumentado las parejas que deciden voluntariamente no tenerlos.
La tasa de infecundidad definitiva ha ido aumentado en las generaciones más recientes. Aproximadamente un 13% de las mujeres nacidas en 1965 no han tenido hijos al final de su vida reproductiva, en comparación con el 9% de las nacidas en 1940.
Pero, como ha explicado a El Confidencial Albert Esteve, director del Centre d'Estudis Demogràfics (CED) de la Universitat Autònoma de Barcelona, este porcentaje podría elevarse de forma preocupante en las décadas venideras: “Con mucha seguridad, como poco el 25% de las mujeres nacidas después de los 70 no va a tener hijos. Esto es un récord. Las españolas más infecundas hasta ahora habían sido las nacidas entre 1916 y 1922 [la generación a la que le tocó ser madre en la Guerra y la posguerra]. En torno a una de cada cinco se quedaron sin hijos. Ahora hablamos de una de cada cuatro”.
Llega una edad en la que ellas quieren tener hijos, pero hay toda una serie de condiciones que se tienen que cumplir entre los 29 y los 34
Pero, como explica el demógrafo, hay una gran diferencia entre las razones por las que unas y otras no han tenido hijos. Las primeras eran mujeres que nunca se casaron. La infecundidad se explica en base a su condición de solteras: como el mercado matrimonial era rígido no pudieron encontrar pareja. Ahora no existe ese problema, pero hay muchas otras razones por las que las mujeres que quieren tener hijos no pueden tenerlos. En concreto, explica Esteve, cinco:
1. Las mujeres que son estériles y lo son durante toda su vida. Representan en torno a un 2% de la infecundidad.
2. Las mujeres que voluntariamente no quieren tener hijos y mantienen esa decisión a lo largo de su vida son, según los estudios, sólo un 5%.
3. Las mujeres que tienen lo que los demógrafos llaman “infecundidad normativa”. No son estériles y quieren tener hijos, pero son muy jóvenes. Hoy con 18 no te planteas tener hijos. No es normativo tener hijos a esa edad. La gente te empieza a preguntar si vas a ser madre a partir de los 30.
4. Las mujeres que tienen lo que los demógrafos llaman una “infecundida transitoria”. Es la gente que tiene ya edad de ser madre, pueden quedarse embarazadas, pueden tener hijos, pero deciden retrasar el momento porque no acaban de cumplir con las condiciones materiales y personales para tenerlos ya. Ya han cumplido 30 años pero creen que aún no ha llegado el momento y retrasan la decisión de sus madres
5. Es el grupo de las mujeres que quieren tener hijos, y ya cumplen con las condiciones para tenerlos, pero retrasan tanto la decisión que la biología juega en contra y tienen dificultad para quedarse embarazadas. A partir de los 35 las posibilidades de quedarse encinta disminuyen enormemente.
“¿Cuál de los factores es más preocupante?”, se pregunta Esteve. “El cuarto. Llega una edad que ellas quieren tener hijos pero hay toda una serie de condicionantes que tienen que cuadrar entre los 29 y los 34. Tenemos cinco años para tomar la decisión. Si en esos cinco años no reúnes esas condiciones se va estrechando la ventana”. Y para muchas parejas la decisión llega demasiado tarde.
¿Una opción vital?
El envejecimiento general de la población supondrá un problema importante para las arcas del Estado, y es algo de lo que se ha hablado largo y tendido, pero según de 'The Daily Mail' la falta de hijos no sólo tiene un impacto en la sociedad, sino también en la vida de las personas que no los tienen.
El terapeuta británico Andrew G. Marshall asegura que la falta de hijos es fatal para la mayoría de matrimonios: “Las parejas sin hijos buscan ayuda cuando se acerca su jubilación. Normalmente uno de ellos ha tenido una aventura y es por ello por lo que acuden a mi. La insatisfacción se refleja de muchas formas, y la infidelidad es una de ellas. Y esto ocurre porque la gente sin hijos siente que su vida no tiene sentido”.
El psicólogo Esteban Cañamares cree, sin embargo, que esto no es cierto: “Los hijos pueden aportar muchas cosas, pero también son fuente de conflictos, porque podemos disentir en la forma de la educación o competir para ver quien es mejor padre. En algunos casos hay mujeres y hombres que tienen problemas, la mujer tiene cierta tendencia a la maternidad y el padre hacia tener una familia, pero también los hijos pasan factura. Lo cierto es que la mitad de la gente que no tiene hijos se arrepiente de no tenerlos y la mitad de la que gente que los tiene se arrepiente de haberlos tenido”.
Si se quiere tener hijos es imperdonable que la sociedad no ponga los medios para facilitar que sea posible
Como todo en esta vida tener hijos tiene pros y contras, pero no está claro que, al menos en lo que respecta al bienestar personal, la balanza tenga que inclinarse necesariamente a uno u otro lado. De lo que no cabe duda, tanto para Cañamares como para Esteve es de que calificar como “egoístas” a estas personas es una actitud reaccionaria y poco sensible con la realidad de muchas personas.
La posibilidad de no tener hijos es una opción que nace con el cambio de rol en las mujeres que ya no se limita al de ser madre y cuidar de la casa y, como explica Cañamares, se puede tomar por múltiples razones: “Puede ser por miedo a la responsabilidad, por haber tenido una experiencia de vida traumática, por problemas económicos o por sufrir una dificultad física”.
Pero para Esteve lo preocupante es que en la mayoría de los casos no se trata de una opción: las mujeres quieren tener hijos pero la sociedad le niega la posibilidad de tenerlos. “A mi no me preocupa el dato macro en plan 'vamos a salvar España'", apunta el investigador. “El problema es que si se quieren tener es imperdonable que la sociedad no ponga los medios para facilitar que se puedan tener, pero más como un derecho individual, no como una cuestión de Estado”.
“Sí las parejas que no tienen hijos fueran egoístas no encontrarías que sólo hay un 5% que no los quieren tener”, explica el demógrafo. “Es un cambio cultural, porque nadie se plantea ser madre a los 20. Todavía no tienes una pareja estable, ni un trabajo”.
Para Esteve la solución al problema pasa por ayudar con los costes de la reproducción. “¿Quién asume estos costes?”, se pregunta. “Puede ser como en EEUU donde no hay políticas familiares pero tiene los bolsillos llenos para pagar la educación, la guardería… Hay buenos salarios. La otra es que haya políticas sociales, que ayuden a esto, que haya buenos horarios, un servicio de guarderías públicas baratas y un nuevo papel de los hombres, que estos también asuman los costes”.
La británica Michelle Hetherington, de 43 años, trabaja como diseñadora gráfica. Su marido, Mark, de 37 años, es impresor. Se trata de oficios que no suelen estar caracterizados por unos salarios parta tirar cohetes pero, según explica 'The Daily Mail', la pareja se va muchos fines de semana de excursión y duerme en hoteles, cena con frecuencia en restaurantes de lujo, tiene caras aficiones y, por supuesto, se va siempre de vacaciones a lugares lejanos.