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Grandes lecciones que debes escuchar: de qué se arrepienten los mayores de 65 años
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NO ES LO QUE HAS HECHO, ES LA ACTITUD

Grandes lecciones que debes escuchar: de qué se arrepienten los mayores de 65 años

Cuando hemos superado la mayor parte de nuestra existencia, nos damos cuenta de una terrible realidad: hemos dedicado mucho tiempo a algo que no nos ha supuesto ningún beneficio

Foto: La perspectiva del tiempo relativiza la importancia de los problemas. (iStock)
La perspectiva del tiempo relativiza la importancia de los problemas. (iStock)

El Proyecto Legado es una de las mayores investigaciones jamás realizadas para salvaguardar los conocimientos y enseñanzas de nuestros mayores. Fue ideado por el profesor de Desarrollo Humano en la Universidad de Cornell Karl Pillemer, después de conocer a una mujer de 90 años llamada June Driscoll, que vivía en una residencia. “Mi responsabilidad es ser tan feliz como pueda aquí y ahora”, le dijo. Su contagioso 'carpe diem' inspiró al profesor a preguntar a más de 1.500 de sus compatriotas mayores de 65 años acerca de las enseñanzas más importantes que habían recibido de la vida.

El resultado es '30 Lessons for Living' (Plume), un libro que recoge, como su propio nombre indica, las lecciones que sólo la experiencia enseña. Hemos hablado de él en otras ocasiones, por ejemplo, seleccionando 10 de estas lecciones. Sin embargo, Pillemer ha vuelto a reaparecer en Quora respondiendo una de las preguntas de los usuarios, que no podía haber tenido más suerte: seguramente no haya mejor persona en el mundo que él para responder a la siguiente pregunta:

Cuando la gente reflexiona sobre su vida, ¿de qué se arrepiente más? De todos esos arrepentimientos, ¿cuántos están basados en ideas o premisas falsas?”

La clave de la preocupación es que aparece en la ausencia de elementos estresantes. Nos preocupamos cuando no hay nada concreto por lo que preocuparse

Podría pensarse, responde Pillemer, que muchos de estos remordimientos hacen referencia a hechos concretos como una infidelidad, una mala elección romántica o una decisión laboral incorrecta. “Esperaba encontrarme con grandes problemas”, explica el autor. “Pero no estaba preparado para la respuesta que iban a darme”. Fue la siguiente:

Ojalá no hubiese pasado tanto tiempo preocupándome”

No se trata, por lo tanto, de una cuestión de hechos concretos, sino de actitudes. Pillemer afirma que entre los cientos y cientos de ancianos a los que entrevistó, esta era una de las manifestaciones más comunes. “Desde la posición privilegiada de encontrarse al final de su vida, mucha gente sentía que si pudiese enmendar algo, le gustaría recuperar todo el tiempo que habían pasado preocupándose sobre el futuro”.

El consejo, señala, es sencillo y directo: “Preocuparse es un enorme desperdicio de tu precioso y limitado tiempo vital”. Muy bonito, responderán algunos, pero como todos sabemos, no hay nada más difícil que convencer a alguien que está preocupado para que deje de estarlo. “De acuerdo, voy a dejar de preocuparme” es fácil de decir, pero muy difícil de hacer. Por lo tanto, ¿de qué manera se puede evitar esta trampa mental? Para ello conviene fijarse en los mecanismos psicológicos que nos llevan a preocuparnos, señala Pillemer:

  • Te preocupas cuando no hay problemas. “La característica clave de la preocupación”, explica el autor, “es que aparece en la ausencia de elementos estresantes reales. Es decir, nos preocupamos cuando no hay nada concreto por lo que preocuparse”. No hay más que autoanalizarse brevemente para darse cuenta de que así es: como hemos explicado en otras ocasiones, tendemos a sufrir más cuando pensamos en lo incierto del futuro; por el contrario, si el problema ya ha tomado forma delante de nosotros, nos veremos obligados a pasar a la acción. La mejor enseñanza que podemos obtener de nuestros mayores es darnos cuenta de cómo, al fin y al cabo, la mayor parte de cosas que tememos nunca llegan a ocurrir.
  • No te preocupes, actúa. Ello no quiere decir que dejemos las cosas estar. Por el contrario, señalan los jubilados a los que Pillemer entrevistó, y que en muchos casos vivieron grandes tragedias como la segunda guerra mundial, es importantísimo dedicar tiempo no a preocuparse, sino a resolver los problemas que surgen. Como señala el propio autor, “esa actividad mejora la vida, mientras que a la larga la otra termina convirtiéndose en un remordimiento por la pérdida de tiempo de nuestro demasiado corto paso por la tierra”. La clave se encuentra en olvidarse del largo plazo y centrarse en el corto, que es lo que se encuentra al alcance de nuestra mano y recordar que tanto lo malo como lo bueno pasará.

El Proyecto Legado es una de las mayores investigaciones jamás realizadas para salvaguardar los conocimientos y enseñanzas de nuestros mayores. Fue ideado por el profesor de Desarrollo Humano en la Universidad de Cornell Karl Pillemer, después de conocer a una mujer de 90 años llamada June Driscoll, que vivía en una residencia. “Mi responsabilidad es ser tan feliz como pueda aquí y ahora”, le dijo. Su contagioso 'carpe diem' inspiró al profesor a preguntar a más de 1.500 de sus compatriotas mayores de 65 años acerca de las enseñanzas más importantes que habían recibido de la vida.

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