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Este hombre perdió 72 kilos sin seguir ninguna dieta y te explica cómo lo hizo
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SIEMPRE CREYÓ QUE SERÍA OBESO

Este hombre perdió 72 kilos sin seguir ninguna dieta y te explica cómo lo hizo

Cuando la mujer de Joe Berstein le abandonó, quiso cambiar de vida y le dio un giro de 180 grados. Quien siempre estuvo encadenado a una báscula, enseña a otros a librarse del sobrepeso

Foto: Este era Joe en 2008 y ahora. (Drop the armor)
Este era Joe en 2008 y ahora. (Drop the armor)

Hay una clara relación entre interior y exterior. Lo que somos a un nivel profundo tiene un reflejo en nuestro aspecto, de la misma forma en que cambiando la manera en que nos relacionamos con nuestro entorno, provocamos pequeños y profundos efectos en nuestra vida interna. Ya lo decía Berger: “Acabamos transformándonos en lo que representamos”. Y ocurre que somos también en esencia vacío que debe ser llenado, y muchas personas acuden a sucedáneos de felicidad para hacerlo; uno de ellos es la comida. Si bien hay quien se obsesiona con mantener su cuerpo atlético y delgado porque el físico es el único aspecto de su existencia sobre el que puede tener control, otros optan –de una manera más o menos inconsciente– por la voracidad como huida. Pero las vicisitudes de nuestra vida nos dan la oportunidad de reinventarnos, si estamos lo suficientemente atentos como para interpretar las señales. Y esto fue lo que le ocurrió a Joe Berstein y que explicó en un inspirador artículo en 'Mindbodygreen.com'.

“Si alguien me hubiera dicho cuando tenía 25 años y pesaba 154 kilos que ser obeso sería lo mejor que hubiera podido ocurrir en la vida, me hubiera reído en su cara”, explicó, refiriéndose al infierno que para él significaba su excesivo peso y que nunca aceptó. Había sido un niño gordo; a los 8 años comenzó una cadena de dietas que jamás dieron su fruto, seguidas de desaliento. Pero el momento de la verdad llegó el el día que su mujer le abandonó. "Fue lo mejor que me pudo ocurrir porque me obligó a reiventarme de cero; ser más sano, más consciente… Debía volver al mercado de nuevo”, confesó.

Ni corto ni perezoso empezó un nuevo camino, motivado por sus ganas de gustar a las mujeres, claro, pero, sobre todo, por su deseo de gustarse y respetarse a sí mismo. “Me llevó 10 años perder 72 kilos, pero, curiosamente, la transformación más importante ocurrió en cuatro años, desde 2009 a 2013”, cuenta. Esto es lo que hizo:

1. Dejó de beber refrescos azucarados

“Fue el principio de mi viaje, porque por aquel entonces bebía más de 2000 calorías diariamente”, dice Joe, agitando el brazo para despedirse de las sodas, los zumos y los tes con azúcar añadido. En su lugar, eligió bebidas dietéticas y perdió casi 23 kilos en tres meses.

2. Se llevaba el 'tupper' de casa

“Solía comer fuera o comprar el almuerzo, sin importarme ni el coste ni el impacto que tenía en mi salud”, cuenta. Pronto se dio cuenta de que podía comer asombrosamente bien y barato simplemente dedicándole algo de tiempo. “Un truco es preparar de antemano grandes paquetes de comida saludable para llevarte al trabajo; mis favoritas son la quinoa, la col rizada, el ajo, el limón y la ensalada tahini en primavera y verano, y para el invierno las verduras estofadas. Lo que hago es picar las verduras y guardarlas en 'tuppers', de forma que pueda tardar segundos en hacerme una ensalada”, aconseja, y añade que tampoco deberíamos escatimar en proteínas o grasas saludables que incluir en nuestros menús. En última instancia, consiste en tomar el control sobre tu propia alimentación.

Tenemos sobrepeso porque comemos demasiados alimentos procesados y siempre fuera de casa, y es todo un reto perder peso si seguimos con este hábito

3. Dijo adiós a un trabajo que consumía su día

A no ser que trabajemos en casa o que podamos ir andando a la oficina, la mayoría de nosotros invierte un par de horas mínimo en ir y volver del trabajo, que al final de la semana suponen 10 horas, es decir, unas 40 horas al cabo del mes… Da qué pensar, ¿verdad? Sobre todo cuando uno imagina qué podría hacer durante esas 40 horas. Berstein califica este punto como uno de los mayores obstáculos para estar saludable, ya que perdemos muchísimo tiempo en transporte y además nos estresamos. “Puede que creas que es imposible, pero yo trabajé muy duro como vendedor para conseguir que me trasladasen a una tienda a minutos de casa y todo el tiempo que me ahorré en viajes lo dediqué a prepararme como 'coach' personal”, aclara Joe.

4. Aprendió a cocinar

“Muchos de nosotros tenemos sobrepeso porque comemos demasiados alimentos procesados y siempre fuera de casa, y, la verdad, es todo un reto perder peso si seguimos con este hábito”, señala. Una de las primeras cosas que hizo fue empezar a ver programas de cocina saludable y tratar de emular las recetas que encontraba en internet. Si bien jamás se había esforzado por cocinar, descubrió que le relajaba hasta el punto de compararla con un proceso de meditación y de reducción del estrés.

5. Entendió el valor de la comida real

También la alimentación es una cuestión política y de conciencia global. ¿Sabemos la mayoría de las veces cuál es el origen de aquello que comemos? Cuando Joe Berstein se propuso perder peso quiso aprender cómo funcionaba el sistema de la comida industrial, además de visionar documentales sobre el trato animal y la industria cárnica. Porque si somos lo que comemos, la elección entre un estilo de alimentación u otro es una cuestión política y de conciencia global, afirma.

6. Adoptó un perro

Este es uno de los consejos más singulares, pero quienes tenemos mascota debemos reconocer que funciona. Cuando tienes un animal a tu cargo, debes levantarte temprano y dar un largo paseo con él; caminas muchísimo y esto cambia tu metabolismo y tu función cerebral. Pero, “si no tienes perro, te recomiendo encarecidamente que encuentres una forma de moverte por la mañana”.

La ruptura de su matrimonio supuso un punto de inflexión en su vida que le ayudó a reiventarse. Empezó a hacer 'fitness' y reforzó su autoestima

7. Dio importancia a la calidad y no la cantidad

“Es mucho más que consumir comida etiquetada como 'orgánica', consiste en comprar teniendo en cuenta la calidad y no el precio”, señala el 'coach', y añade que tal vez pueda ser algo más caro, pero “cuando empiezas a cocinar más y comer menos, y compras menos comida procesada, notarás la diferencia en tu bolsillo”.

8. Empezó a comer menos carne

De nuevo, priorizó la calidad sobre la cantidad. Disminuyó su consumo de carne y basó su dieta en verduras. “Si voy a un restaurante solo como carne si pueden decirme su procedencia”, explica, y asegura que, aunque lo pueda parecer, no es esnobismo, sino un esfuerzo por ser más consciente sobre el origen de las proteínas que consume.

9. Se desmoronó

¿Recuerdan lo que mencionaba Berstein sobre la esposa que le abandonó? ¿Quiénes de ustedes dirían que que te deje tu pareja puede ser positivo? Pues para el 'coach' supuso un punto de inflexión vital que le ayudó a desear un cambio completo, casi como nacer de nuevo para abrirse al amor y ganar autoconfianza.

10. Transformó su mundo interior

“Este es el motivo por el que nunca volveré a ser obeso”, admite. Su ruptura sentimental fue un revulsivo que le obligó a despertar. “Empecé a leer libros sobre relaciones de pareja, acudí a seminarios, pedí ayuda y me uní a una comunidad de hombres que trabajábamos por nuestro desarrollo como personas; en resumen, aprendí a focalizarme no en lo que no funcionaba, sino en quién era yo y cómo veía el mundo”, explica Joe Berstein, quien en su viaje al equilibrio descubrió su vocación. Y concluye que: “Una vez nos deshacemos de pensamientos y hábitos del pasado, podemos vernos a nosotros mismos con claridad”.

Hay una clara relación entre interior y exterior. Lo que somos a un nivel profundo tiene un reflejo en nuestro aspecto, de la misma forma en que cambiando la manera en que nos relacionamos con nuestro entorno, provocamos pequeños y profundos efectos en nuestra vida interna. Ya lo decía Berger: “Acabamos transformándonos en lo que representamos”. Y ocurre que somos también en esencia vacío que debe ser llenado, y muchas personas acuden a sucedáneos de felicidad para hacerlo; uno de ellos es la comida. Si bien hay quien se obsesiona con mantener su cuerpo atlético y delgado porque el físico es el único aspecto de su existencia sobre el que puede tener control, otros optan –de una manera más o menos inconsciente– por la voracidad como huida. Pero las vicisitudes de nuestra vida nos dan la oportunidad de reinventarnos, si estamos lo suficientemente atentos como para interpretar las señales. Y esto fue lo que le ocurrió a Joe Berstein y que explicó en un inspirador artículo en 'Mindbodygreen.com'.

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