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Estas firmas han ganado cientos de millones en enero, y pueden ser un grave problema
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¿las máquinas regirán el mundo financiero?

Estas firmas han ganado cientos de millones en enero, y pueden ser un grave problema

Varios hedge funds han logrado grandes ganancias con los vaivenes bursátiles gracias a programas informáticos que deciden sus inversiones. Pero sus apuestas también tienen un lado oscuro

Foto: Los sistemas informáticos, ¿solución o problema? (iStock)
Los sistemas informáticos, ¿solución o problema? (iStock)

Un pequeño número de hedge funds que utilizan complejos programas informáticos para decidir sus inversiones han ganado cientos de millones de dólares en este mes de enero lleno de tensiones en las bolsas. Según asegura 'The Wall Street Journal', Man Group’s AHL Diversified Fund, Aspect Capital’s Diversified Fund y Cantab Capital’s CCP Quantitative Fund son algunos de los fondos de cobertura que han obtenido elevados réditos en un panorama agitado gracias a sus innovaciones informáticas.

Los apologistas de la cuarta revolución industrial que adelantaba el Foro Económico Mundial podrían poner como ejemplo este acontecimiento para señalar hasta qué punto sus predicciones se han quedado cortas. Si las difíciles y sensibles decisiones de inversión, realizadas por personas que cobran honorarios muy elevados (dado que es una tarea llena de riesgos), pueden tomarse con éxito por programas automatizados, eso significa que el resto de los empleos, mucho menos complejos, no tardarán en ser sustituidos por robots y por la inteligencia artificial.

La debilidad del trading algorítmico


En segundo lugar, señala que estos sistemas siembran las semillas de su obsolescencia, porque si todo el mundo utiliza los superordenadores (es decir, si emplean la misma estrategia de negociación), se termina anulando cualquier ventaja, ya que todos generarían el mismo resultado. Sin embargo, este argumento deja en el aire algo esencial, como es la velocidad. Si, como sucede en el 'high frequency trading' el premio se lo lleva el que llega el primero, es poco relevante que todos alcancen las mismas conclusiones, porque lo que prima es la rapidez, y en ese terreno las máquinas parecen imbatibles.

Propensos al consenso

También repara el artículo en que finalmente lo que entra en juego son las emociones, y esas no se pueden medir. Aunque las gráficas señalen que una determinada apuesta será rentable, las formas de actuar de los humanos, en especial las de euforia y pánico, pueden llevarnos a contextos totalmente diferentes de los previstos. En realidad, las computadoras de los fondos de cobertura analizan millones de datos del pasado para predecir cómo se comportarán los mercados en el futuro, y esto les deja sin margen de maniobra cuando los movimientos son inesperados. No pueden reconocer el potencial de una nueva tecnología ni los indicios catastróficos en un sector ni prever un cisne negro, precisamente porque no se han dado antes. Sus modelos, por tanto, son inherentemente propensos a seguir el consenso.

Poner a las máquinas al frente de la inversión implica que, para conservar la previsibilidad, las sociedades y las empresas deberían hacer siempre lo mismo

Pero el asunto excede este debate. Que las máquinas no sean capaces de mejorar la capacidad intelectual de los humanos es buena noticia, en este terreno, porque nos llevarían a un campo tremendamente complejo, el de creer que se puede optimizar todo a partir de las mediciones y de la introducción y el procesamiento de los datos recogidos. Esa es la creencia que muchos sectores profesionales comparten hoy, sin caer en la cuenta de que hay un objeción obvia: esos datos sirven exclusivamente para situaciones concretas en las que las pautas del pasado se repiten. Por decirlo de otra manera, del mismo modo que Deep Blue necesitaba que el ajedrecista se comportase como un gran maestro, las máquinas necesitan que el mundo se comporte tal y como se comportó antes. Poner a las máquinas al frente de los procesos de inversión significa ante todo que para conservar la estabilidad y la previsibilidad, las sociedades y las empresas deberían hacer siempre lo mismo, y ni unas ni otras se mueven siempre por los mismos caminos, afortunadamente.

¿Cómo reaccionarían los máquinas ante las medidas que promulgase un gobierno y que no encajasen en su base de datos?

En segundo término, hay algo que no se tiene en cuenta, y que resulta crucial, como son las consecuencias que tienen para la economía productiva y los países las decisiones de inversión. Dejar en manos de las máquinas (de procesos que dependen de que no haya cambios para generar rentabilidad) el futuro de los negocios y de los Estados en cuanto a la inversión que van a recibir provocaría consecuencias muy negativas. Y eso sin contar con que la economía hoy ya no se dirige a lo que existe, sino que trata de anticipar lo que vendrá. En un mundo regido por la anticipación, los inversores necesitan especialmente controlar los cambios, por lo que estos sistemas se convertirían en una rémora para cualquier posibilidad de transformación de las empresas y de los países. Porque, ¿cómo reaccionarían los máquinas ante las leyes que promulgue un gobierno y que no encajen en su base de datos? La respuesta más probable sería negar la inversión, lo cual supondría un elemento de control político adicional, claramente pernicioso para la supervivencia sana de las sociedades.

Otra burocracia

Pero el problema no es de las máquinas, de sus algoritmos o de los sistemas informatizados, sino de quienes entienden que estos medios son la única solución. No los toman como instrumentos, ni como una necesaria ayuda para aclarar los procesos o para obtener mejor información, sino que entienden que son el remedio definitivo. Lo malo es que esta obsesión cuantitativa, que nos domina hoy, está acelerándose, lo cual nos lleva a soluciones necesariamente ineficientes, porque sólo funcionan en contextos que se ajustan a unas premisas determinadas. Lo malo es que la rigidez de las máquinas está ya en la mente de quienes las utilizan, y el tener a mano armas que la potencian sólo puede arrojar peores resultados. El escenario final al que nos dirige esta tendencia no puede ser otro que el de entornos altamente burocratizados, con grandes resistencias a las innovaciones y a los cambios, por provechosos que resulten. En eso pueden convertirse estos sistemas si no les reducimos a su carácter de instrumentos que ayuden a tomar decisiones en lugar de convertirlos en la panacea.



Un pequeño número de hedge funds que utilizan complejos programas informáticos para decidir sus inversiones han ganado cientos de millones de dólares en este mes de enero lleno de tensiones en las bolsas. Según asegura 'The Wall Street Journal', Man Group’s AHL Diversified Fund, Aspect Capital’s Diversified Fund y Cantab Capital’s CCP Quantitative Fund son algunos de los fondos de cobertura que han obtenido elevados réditos en un panorama agitado gracias a sus innovaciones informáticas.

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