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Cuatro preguntas que jamás debes formular en una entrevista de trabajo
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Evítalas si quieres conseguir el curro

Cuatro preguntas que jamás debes formular en una entrevista de trabajo

Más o menos tienes claro lo que debes decir para salir con la cabeza bien alta (y alguna posibilidad de conseguir el empleo) de una entrevista de trabajo, ¿pero, y lo que no? Jamás pronuncies estas frases

Foto: No. Que se rían a carcajadas no tiene por qué ser una buena señal. (iStock)
No. Que se rían a carcajadas no tiene por qué ser una buena señal. (iStock)

Risas nerviosas, manos sudadas –conscientes de que tendrán que enfrentarse al temido choque de saludo o despedida en algún momento–, sillas incómodas, ambiente tenso, miradas furtivas, titubeos al hablar… Algunas de las grandes características que podrían estar presentes en una entrevista de trabajo. De enfrentarte mejor o peor a esta situación depende que consigas o no el empleo, así que es fundamental aprender a contestar adecuadamente, parecer profesional, dar la información requerida y saber cómo resolver nuestras dudas sin resultar ofensivo, amenazante o un ignorante de la vida. Bien. Más o menos tienes claro lo que debes hacer para salir con la cabeza bien alta –y alguna posibilidad de conseguir el empleo– de una entrevista de trabajo, ¿pero, y lo que no?

En un reciente hilo de AskReddit, los usuarios respondían a la siguiente pregunta: What is an absolute NO NO when going for a job interview? (¿Qué es un NO NO absoluto cuando estás en una entrevista de trabajo?) y sus opiniones, basadas en experiencias personales, son de lo más esclarecedoras. Cassidy Rush recoge en 'Time' las cuatro más sorprendentes, probablemente por su realismo, que la mayoría coinciden en que jamás de los jamases debemos entonar al terminar –o, pero aún, en medio de la charla– durante una entrevista de trabajo. Toma nota.

¿Y qué tendría qué hacer en el puesto?

Nunca preguntes para qué trabajo estás optando. Cuando uno está buscando proactiva y masivamente trabajo, a menudo ocurre que nos llaman para un puesto para el que ni recordamos haber mandado el currículo. Vamos, que no sabemos ni qué empresa es. Pero una vez te seleccionan para conocerte en persona, infórmate antes de acudir ya que el entrevistador dará por hecho que sabes para qué te han llamado.

Si no acabas de entender muy bien para qué puesto te han llamado ni qué tareas pretenden que lleves a cabo si eres la persona elegida, aprovecha la entrevista para obtener información sobre cómo se organiza la empresa, qué requiere tu puesto y, si esta absolutamente perdido, a qué se dedican. Pero todo de una forma disimulada, que parezca que te interesa tanto el trabajo que quieres saber al dedillo qué harías para dar lo mejor de ti.

No es un examen oral de instituto en el que te vayan a dar la nota al instante, y preguntar si has aprobado o no es bastante triste

Rush recomienda tomar buena nota del consejo de uno de los usuarios que sugiere utilizar una pregunta como “¿y cómo es un día de trabajo típico aquí?”, para aclarar dudas sin parecer que no tienes ni idea de qué quieren de ti.

¿Tendría que someterme a test de drogas?

¿Cómo? Sí, lo mismo que estás pensando tú lo pensará cualquier entrevistador del mundo –a no ser que optes a un puesto en un equipo ciclista– si sueltas esta pregunta. Aunque no sea así, el entrevistador pensará que consumes algún tipo de estupefaciente, es más, dará por hecho que tienes una adicción y te preocupa tener que desvelarlo. “Es muy mala idea. Si nadie tenía pensado hacerte una prueba para saber si has consumido drogas, la pregunta levantará las sospechas sobre si ahora deberían hacértelo”, relata Hush.

Sin irnos al extremo de confesar que nos drogamos, también puede ocurrir que nos sintamos tan cómodos en la charla que lleguemos a pensar que estamos hablando con “un colega” y nos vayamos de la lengua. Especialmente si el entrevistador es de tu edad o te da la sensación de que compartís gustos y aficiones –quizás incluso hayáis coincidido en un bar– no te dejes llevar por la cercanía ni te pongas demasiado cómodo. No sois amigos y si te pasas, puede que no vuelvas a verle la cara nunca más en tu vida.

¿Qué tal lo he hecho?

Jamás preguntes qué tal has estado en la entrevista. Puedes haber resultado impecable, con respuestas adecuadas, con la formación requerida para el puesto y con un perfil de lo más atractivo para formar parte de la plantilla, pero eso ya lo decidirán una vez te marches de allí y, por lo general, no te lo harán saber. No es un examen oral de instituto en el que te vayan a dar la nota al instante, y preguntar si has aprobado o no es bastante triste. Además, pones en un compromiso al entrevistador –ojo, porque podría contestarte lo que piensa de verdad y si es que lo has hecho mal te llevarás una desagradable sorpresa– y probablemente empiece a verte como una persona desesperada. Algo que pocas empresas buscan entre sus empleados.

Ante todo procura no rebajarte para caer mejor porque puedes conseguir el efecto contrario, o resultar simpático por mera lástima, lo cual te resta bastante votos como candidato idóneo para el puesto. ¿Qué pensaste de Mariano Rajoy cuando preguntó a Bertín Osborne en el programa 'En la tuya o en la mía' aquel “¿te parezco tan aburrido como dicen algunos?” Pues ahí tienes la respuesta.

Si nadie tenía pensado hacerte una prueba para saber si has consumido drogas, la pregunta levantará las sospechas sobre si ahora deberían hacértelo

En su lugar, sí puedes optar por instar al entrevistador a conocer algún otro rasgo de tu personalidad o características de tu perfil y hacerle saber que estás totalmente disponible para contestar a cualquiera de ellas una vez acabe la entrevista puede resultar útil para dar un impulso a tus opciones de conseguir el trabajo. Un simple “si necesita más datos o cualquier otra información sobre mi perfil, no dude en llamarme o podría venir en otro momento si así lo desean”.

Vaya, esto es un campo de nabos

Aunque te sorprenda que la paridad brille por su ausencia en una empresa, durante la entrevista no preguntes por qué hay menos mujeres en la oficina. El usuario greyam recuerda haber visto a un candidato para la empresa de ingeniería de software en la que trabaja compartir con todos su sorpresa nada más entrar en la oficina: “Menudo festival de salchichas tenéis aquí, ¿dónde están las mujeres?”.

El hecho es que hay sectores como el tecnológico en los que la brecha de género es descomunal, así que si optas a un puesto en el mismo deberías ser consiente de ello previamente, de lo contrario dejarías claro que hace tiempo que estás fuera del mercado laboral y, además, estarás criticando descaradamente a la empresa.

Risas nerviosas, manos sudadas –conscientes de que tendrán que enfrentarse al temido choque de saludo o despedida en algún momento–, sillas incómodas, ambiente tenso, miradas furtivas, titubeos al hablar… Algunas de las grandes características que podrían estar presentes en una entrevista de trabajo. De enfrentarte mejor o peor a esta situación depende que consigas o no el empleo, así que es fundamental aprender a contestar adecuadamente, parecer profesional, dar la información requerida y saber cómo resolver nuestras dudas sin resultar ofensivo, amenazante o un ignorante de la vida. Bien. Más o menos tienes claro lo que debes hacer para salir con la cabeza bien alta –y alguna posibilidad de conseguir el empleo– de una entrevista de trabajo, ¿pero, y lo que no?

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