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Así son las fiestas sexuales en Cataluña: "Aún no sé qué pasa en la tercera planta"
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el sexo en tiempos de crisis

Así son las fiestas sexuales en Cataluña: "Aún no sé qué pasa en la tercera planta"

La economía no está para tirar cohetes y los amantes del sexo libre han cambiado los clubes de 'swingers' por las fiestas privadas. Y la cosa se ha puesto más caliente que la antorcha olímpica...

Foto: Manel León junto a la modelo Liz Red. (Polymerboy Barcelona)
Manel León junto a la modelo Liz Red. (Polymerboy Barcelona)

No hace demasiados años, en un sótano barcelonés, personas apasionadas del erotismo y sus múltiples y placenteras facetas se reunían para jugar, comer brownies y hablar de literatura. El Nido del Escorpión supuso para unos pocos afortunados la entrada a un mundo donde las fantasías más lúbricas se hacen realidad, sin necesidad de ser Grey ni tampoco un fornicador de comuna. Ahora una generación de amantes sin complejos devuelve el sexo al pueblo.

Manel León tiene 29 años y es uno de los creadores de KINKFANCY, un concepto de fiesta erótica donde el único requisito de admisión es tener imaginación y una mente abierta. Pertenece a esa nueva hornada de jóvenes firmemente convencidos de que el sexo es mejor vivirlo con gente a la que aprecias. Así se calientan en invierno los catalanes…

PREGUNTA: Cuando pensamos en una orgía todos nos imaginamos una multitudinaria bacanal con toga. ¿Cómo son en realidad?

RESPUESTA: Por la cultura en que vivimos y la religión que nos han impuesto es difícil que se genere una orgía en el sentido puro, porque la gente siempre está dándole a la mente y tenemos miedo de que nos juzguen, y también juzgamos. Hoy en día la gente necesita conocerse, ver si fluye la energía… no solo importa el cuerpo. Por eso lo más parecido que hay son los clubes liberales, donde se pueden intercambiar parejas y encontrarse en la jaula siguiendo unos códigos de conducta.

P: ¿Qué es una jaula? ¿A qué códigos te refieres?

R: En clubes como el Libert, que conozco bien, existe un lugar al que llaman ‘la jaula’ donde hay una cama y tres agujeros en la pared desde los que una persona sola puede mirar a la pareja que está en el interior. Si ellos te llaman, entonces, puedes unirte a su juego.

En cuanto a los códigos, me refiero a algo muy sencillo, pero básico: ‘No’ es ‘no’. Es decir, lo primero cuando entras en un club para 'swingers' es el respeto. Puedes acariciar a una pareja, pero si ellos te apartan tienes que parar.

Más allá de esto, cada club tiene sus normas y es importante elegir uno que vaya contigo: por ejemplo, algunos dan mucha importancia al ‘dresscode’, no dejar entrar a hombres solos, o no permiten el 'crossdressing' (personas vestidas del sexo contrario).

El intercambio y el sexo en grupo te ayudan a reforzar los lazos de unión con tu pareja, ya que no hay nada mejor que amar en libertad

P: ¿No es discriminatorio que no permitan la entrada a hombres solos?

R: Yo no lo veo así. Vivimos en una sociedad sexista donde muchas veces no tenemos respeto a la mujer. La sociedad es como es, y el código del chico no es el mismo que el de una pareja, porque lo que muchos hombres solos buscan es tener sexo más barato que en un puticlub. Si no se filtrase sería un cachondeo.

P: Hay foros donde se recomienda que la primera vez que participas en una orgía no debes llevar a tu pareja. ¿Estás de acuerdo?

R: Para nada. La relación es un espejo, si tienes comunicación con tu pareja y confianza, entonces, incluso se hace más fuerte. El intercambio y el sexo en grupo te ayudan a reforzar esos lazos de unión, que no es posesión, sino amar en libertad. En mi caso, desde niño me di cuenta de que lo que veía en mi familia y en mi entorno no era lo que quería para mi vida. Luego conocí el amor libre, el poliamor y la anarquía relacional desde los movimientos sociales, pero pasé de la teoría a la práctica la primera vez que entré en un club 'swinger'. Ese mismo día, recuerdo, visité tres sin hacer nada, solo para ver cómo funcionaban y qué química se creaba entre las parejas, y con el tiempo llegué incluso a ir al menos una vez por semana. Pero todo pasa por cuestionar las relaciones y la sexualidad, lo que nos han enseñado y lo que nosotros necesitamos.

P: ¿Cuál es la experiencia que mejor sabor te ha dejado?

R: Sin duda, Cap d'Adge, que es un pueblo nudista y 'swinger' en el sur de Francia que está destinado a ello. Tenías la sensación de estar en un lugar donde durante la estancia lo único que importaba era vivir esa sexualidad al máximo, desde la playa o en la villa donde nos alojábamos, hasta la noche en los clubes con miles de parejas. Vamos, estuvimos jugando las 24 horas del día en los diferentes espacios que te ofrece este magnifico lugar. Y no es nada caro, tienes acceso libre si estás en el camping o vas a un restaurante… Nada que ver con las fiestas que se celebran en lugares como Ámsterdam, donde pagas 2.000 o 3000 euros por la experiencia.

Puedes utilizar las redes sociales para convocar a otras parejas y organizar tu propia orgía en casa, o en un espacio privado

P: Esa es otra imagen que tenemos asociada a las orgías, pero, ¿la gente sigue yendo a esas fiestas más “glamurosas”?

R: No tanto como antes, incluso los clubes se han resentido un poco con la crisis. Por eso ha aparecido otro fenómeno, que es montarte la orgía tú en casa. Hay redes sociales que te ayudan a convocar a otras parejas.

P: Interesante… ¿Qué le aconsejarías a alguien que quiera montar una orgía casera? Imagino que invitar a 50 personas, no.

R: Bueno, son 25 parejas, no es mucho… Lo primero es que no tiene que ser necesariamente en casa, pueden alquilar un local privado e invitar a sus círculos de confianza. Como he dicho, las redes sociales especializadas son útiles para esto y, por supuesto, adecuar el lugar. Pero ahí depende de los gustos de cada cual. Una de las ventajas de que vengan otras parejas o personas a casa es que hay una mejor comunicación, porque podéis empezar con una cena y no hay música como en los clubes. Sin embargo, si una pareja quiere iniciarse, tal vez es mejor que lo hagan un club, porque está más controlado y conoces a las parejas allí.

Las personas maduras, sobre todo las mujeres, son más activas y desinhibidas, mientras que los jóvenes tienen más tabús para participar en una orgía

P: ¿Quieres decir que evitas malas experiencias?

R: Como decía un conocido, ninguna experiencia es mala, de todo se aprende. Y es cierto, incluso en un club si tienes un ataque de celos, por ejemplo, puedes aprender de él y comunicarlo a tu pareja siempre es la mejor opción.

P: Hemos hablado antes de las normas de acceso de los clubes, pero no hay límite de edad. ¿Son los jóvenes más abiertos que las parejas maduras en lo sexual?

R: Pues fíjate que al contrario. Sobre todo a determinadas edades ellas son más desenvueltas y activas y, normalmente, la pareja madura tiene menos tabúes también por la experiencia. Contrariamente, los jóvenes tienen más prejuicios y son más activos sólo cuando están integrados en un grupo con el que hay confianza.

P: Tal vez esos jóvenes necesiten ir a una de las fiestas que organiza KINKFANCY. ¿Qué pueden encontrar?

R: Sobre todo libertad y fantasía. Nuestras fiestas son temáticas, la última la hicimos en septiembre y giraba en torno a la cultura oriental. Hay Dj's, actuaciones en directo y otras muchas experiencias, porque la idea es que te sorprenda hasta el punto de que la vivencia sea diferente para cada cual. Las celebramos en un palacete de principios de siglo, así que hay muchos rincones por explorar. Por ejemplo, todavía no he conseguido saber lo que pasa en la tercera planta… Ejem.

Además, lo bueno de KINKFANCY, y eso no lo tienen otros espacios de intercambio, es que no tenemos etiquetas; es decir, es una fiesta llena de erotismo y sensualidad para gays, heteros, bisexuales, lesbianas… Eres bienvenido sea cual sea tu orientación sexual.

No hace demasiados años, en un sótano barcelonés, personas apasionadas del erotismo y sus múltiples y placenteras facetas se reunían para jugar, comer brownies y hablar de literatura. El Nido del Escorpión supuso para unos pocos afortunados la entrada a un mundo donde las fantasías más lúbricas se hacen realidad, sin necesidad de ser Grey ni tampoco un fornicador de comuna. Ahora una generación de amantes sin complejos devuelve el sexo al pueblo.

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