¿Estás gorda? Prepárate, porque esta organización te perseguirá para atacarte
Se hacen llamar 'Overweight haters' y esparcen igual que una plaga su cultura de odio al diferente en el metro de Londres. Los servicios de seguridad siguen su pista y piden la colaboración ciudadana
La cuestión es odiar al diferente, no importa el motivo. La epidemia de gordofobia que asola nuestra sociedad está llegando a un punto alarmante. Si hace un tiempo cientos de internautas se indignaban ante el vídeo de un escuálida humorista que se burlaba sin ningún apuro sobre las personas con sobrepeso, ahora parece ser que los gordofóbicos se han organizado para repartir octavillas en el metro.
La británica Kara Florish ocupaba un asiento tranquilamente en un vagón cuando un desconocido se acercó, la llamó “persona gorda y fea” y le tendió un panfleto firmado por 'Everweight Haters Ltd', una supuesta organización cuya ideología tiene su base en el odio a los corpulentos. En la carta, que la mujer no dudó en tuitear, el grupo iniciaba su perorata de la siguiente manera: Tu sobrepreso "no es glandular, se debe a tu glotonería”.
“Si comes menos encontrarás una pareja que no sea un pervertido amante de los gordos“, continuaba este panfleto, y no ha sido el único
La misiva continuaba ensañándose con ellos con frases tan populistas como perversas: “Nos oponemos a la enorme cantidad de recursos alimentarios que consumes mientras que la mitad del mundo pasa hambre. Aprobamos que desperdicies tu dinero de la NHS (el Servicio Nacional de Salud) en tratar tu egoísta codicia. Y no entendemos por qué no lo estás haciendo, ya que si comes menos estarás mejor, más delgado, feliz y encontrarás una pareja que no sea un pervertido amante de los gordos, o, al final y al cabo, tendrás una pareja”
Ofensivo, ¿no es cierto? Una apología terrible y no puntual. Sin ir más lejos, el novelista Tom Knox fue testigo de un incidente parecido también en el metro que tenía como víctima a una mujer con sobrepeso y describió al sujeto que repartió el panfleto como “elegante y vestido a la moda”.
Todavía el servicio de seguridad del metro de Londres no tiene ninguna pista sobre este grupo de gordofóbicos y ha pedido mediante las redes sociales la colaboración ciudadana. Entretanto, también hay quien cree que, dado lo absurdo del ataque, podría tratarse de un 'hoax'.
Perpetuamente insatisfechos
No hace falta realizar ninguna encuesta para saber que hoy en día enfermedades como la anorexia y la bulimia son comunes entre los jóvenes y los no tanto, con consecuencias cada vez más alarmantes. Y si no se han padecido nunca, al menos sí nos hemos descubierto alguna que otra vez rechazando nuestra apariencia física o intentando que esta se ajuste a los cánones de belleza imperantes. A saber: la juventud y la delgadez como imágenes de éxito, felicidad y bienestar. Y, paradójicamente, también de libertad. Porque como decía el filósofo Zygmunt Bauman, autor del concepto de vida líquida: “La sociedad nos obliga a ser únicos, pero ella misma da las pautas para conseguirlo”. Y aquí radica una de las claves, la insatisfacción como motor de la economía.
La activista Charlotte Cooper reivindica que deje de vincularse la salud con la talla; mientras, la escritora Naomi Klein califica las dietas de sedantes políticos
Esto no lleva a preguntarnos: ¿quién gobierna nuestros cuerpos? ¿Y nuestras mentes? Para la periodista e investigadora Naomi Klein está claro: “Una cultura obsesionada con la delgadez femenina no lo está con la belleza de las mujeres, sino con su obediencia. La dieta es el sedante político más potente”.
Por su parte, la activista y escritora Charlotte Cooper, autora de 'Fat and Proud: The Politics of Size' llega un paso más lejos y proclama que ella es "gorda y orgullosa de serlo", y que tener sobrepeso no es lo mismo que estar enfermo. Y lo hace a través de iniciativas para intentar promover una nueva visión del cuerpo que no castigue a quienes no tienen una talla normativa con regímenes extremos ni cirugías.
Si bien hay muchos tipos de glotones, aquellos que alimentan el vacío líquido del que habla Bauman con odio y rechazo son del peor tipo. Si la intolerancia engordase, los ofensivos 'Overweight Haters' que golpean con sus frustraciones a los usuarios del metro de Londres serían descomunales.
La cuestión es odiar al diferente, no importa el motivo. La epidemia de gordofobia que asola nuestra sociedad está llegando a un punto alarmante. Si hace un tiempo cientos de internautas se indignaban ante el vídeo de un escuálida humorista que se burlaba sin ningún apuro sobre las personas con sobrepeso, ahora parece ser que los gordofóbicos se han organizado para repartir octavillas en el metro.
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