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El curioso truco para descubrir cuándo tienes a un capullo delante
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UNA FORMA DE COMUNICACIÓN PRIMITIVA

El curioso truco para descubrir cuándo tienes a un capullo delante

El bostezo es un indicador de empatía. Cuanto mayor es el vínculo entre dos personas, más veces bostezará uno por influencia del otro y viceversa, según un estudio

Foto: A ellos este hombre no les importa demasiado. (iStock)
A ellos este hombre no les importa demasiado. (iStock)

El bostezo es con la risa una de las acciones incontroladas que más tienden a contagiarse, si no, hagan la prueba: cuando estén delante de un grupo de gente bostecen con la boca bien abierta, con ganas, uno de esos bostezos en los que uno casi tiende a escupir. Verán como al cabo de unos segundos al menos un par de personas hacen lo mismo. ¿Nunca se han preguntado por qué?

Un estudio realizado por la Universidad Baylor ha revelado que el bostezo en cadena no es fruto de una epidemia de cansancio o un involuntario gesto de mímica de nuestro cerebro, sino una forma primitiva de comunicación y unión entre los seres humanos. De hecho, se cree que estuvo ya presente en comunidades rudimentarias y que permitía sincronizar la vigilancia entre los miembros del grupo, hasta llegar a nuestros días como una forma de empatía “inconsciente”.

Y no solo eso, si una persona no sucumbe jamás al bostezo colectivo, podría ser un indicio de que nos encontramos ante un frío psicópata.

Quienes bostezaron más durante el experimento eran las personas con más empatía emocional y por tanto menos posibilidades de ser un psicópata

Al menos esto se desprende de la investigación en la que 135 participantes fueron sometidos al llamado Inventario Psicopático de Personalidad, un test diseñado para medir características como la crueldad, el egoísmo, la impulsividad, la agresividad y la empatía. Los voluntarios fueron situados en una habitación tenuemente iluminada con auriculares que los aislaban del sonido. Luego los expusieron a una serie de vídeos que pretendían evocar una respuesta emocional –desde sonreír y bostezar–. Quines obtuvieron los grados psicopatológicos más bajos habían bostezado al menos el doble que los que consiguieron la puntuación más alta.

¿Bostezan los más empáticos?

No esperen encontrarse a ningún Norman Bates citado en este artículo, ni crean que por el simple hecho de que sus novios o hermanas no bostecen ya son psicópatas. La ciencia todavía no ha podido encontrar ningún patrón unívoco a partir del que podamos distinguir quién es un psicópata, aunque sí compartan algunos rasgos, sobre todo la carencia de empatía y de remordimientos.

El estudio, asimismo, también demostró que algunas personas altamente empáticas tampoco bostezaban, una reacción que podría ser debida a la desconfianza de las imágenes vistas en pantalla.

“La moraleja no es que si una persona bosteza y otra no esta segunda sea un psicópata”, afirma el director de la investigación Brian Rundle, sino que “muchas personas no bostezaron, y sabemos que no es muy probable bostezar ante extraños con los que no tenemos conexiones empáticas”.

Cuanto mayor es el vínculo entre dos personas, más contagioso es el bostezo

Otro estudio llevado a cabo en 2011 por investigadores de la Universidad de Pisa descubrió que cuanto mayor es el vínculo entre dos personas, más contagioso es el bostezo. “Así que el tiempo de retraso entre bostezos puede darnos mucha información sobre una relación. ¿Son amantes o solo amigos? ¿O amigos con derecho a roce tal vez?”, se preguntaba el miembro de Mother Nature Network Bryan Nelson.

Entonces, ¿aparte de medir la sincronía y frecuencia de nuestros orgasmos tendremos que analizar si encajan nuestros bostezos y los de nuestras parejas para saber si sigue habiendo química? Aún queda mucho por bostezar hasta que podamos sacar mayores conclusiones. Pero al menos tenemos el consuelo de pensar que contagiar un bostezo tal vez pueda ser el principio de una bonita amistad...

El bostezo es con la risa una de las acciones incontroladas que más tienden a contagiarse, si no, hagan la prueba: cuando estén delante de un grupo de gente bostecen con la boca bien abierta, con ganas, uno de esos bostezos en los que uno casi tiende a escupir. Verán como al cabo de unos segundos al menos un par de personas hacen lo mismo. ¿Nunca se han preguntado por qué?

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