Davos publicó "Las 14 cosas que las personas exitosas hacen antes de desayunar", y se lio

Como nuestros lectores bien saben, uno de los formatos más exitosos en las secciones de bienestar de los periódicos online es el que recoge en forma de lista aquellos hábitos que nos garantizan pasar un buen día, perder peso rápidamente, dormir mejor o, simplemente, alcanzar el éxito. Nos declaramos culpables de ello: aquí hemos explicado lo que debes hacer los domingos si quieres que te vaya bien el resto de la semana, lo que la gente exitosa tiene en común, lo que hacen durante su primera hora de trabajo y lo que llevan a cabo todos los viernes. En definitiva, guías de comportamiento a imagen y semejanza de los que mandan.

Sin embargo, es muy fácil caer en la autoparodia involuntaria en dichos casos. Es lo que ha ocurrido con un artículo publicado en la página del Foro Económico Mundial y difundido a través de Twitter que recoge las 14 cosas que la gente exitosa hace antes del desayuno. Uno podría pensar que entre todas ellas se encuentra salir de la cama, revisar el móvil, hacer pis, lavarse la cara, ducharse y poco más. No obstante, el decálogo propuesto por Laura Vanderkam, autora de 'I Know How She Does It: How Successful Women Build Lives that Work' (el título lo dice todo) presenta a los “exitosos” como figuras sobrehumanas, unos semidioses del siglo XXI, capaces de enfrentarse a todo tipo de tareas con el estómago vacío. Y que, para más inri –y ahí está el gran problema– se erigen como modelos de comportamiento.

Veamos qué hace la gente exitosa antes de desayunar un, sospechamos, copioso almuerzo con huevos, zumo, caviar y esas cosas que suelen ingerir los ricos. En primer lugar, se levantan pronto, como cualquier 'curriqui' de barrio. Beben agua. Esto ya lo sabíamos. Hacen ejercicio antes de que sea demasiado tarde. Bueno, unas flexiones a primera hora nunca vienen mal, y hay nueve buenas razones para ello. Después, dedican tiempo a trabajar en su proyecto empresarial y en otro más personal. Vaya, la cosa se va complicando.

Acto seguido, una vez han salvado su firma y su bienestar emocional, pasan “tiempo de calidad” con sus familias. Que, imaginamos, no serán personas tan exitosas como el líder al que va dirigido este artículo, por lo que el tiempo de calidad se pasará entre bostezos y quejas en plan “papá, déjanos dormir media hora más”. Justo después, deben “conectar con sus esposas”. Esto suponemos que es una metáfora sexual, aunque quizá se refiera a desplazarse al ala opuesta de la mansión para darle a la mujer un casto beso y desearle una feliz jornada antes de seguir desfaciendo entuertos. En cualquier caso, si se trata de lo primero, no dice mucho de su aguante en la cama.

Una de dos: o viven en una realidad paralela en la que 5 minutos cunden como una hora o son capaces de moverse a la velocidad de Flash

Eso sí, las personas exitosas “hacen sus camas”, entendemos que para no perder el contacto con la terrible realidad y preparase para uno de los momentos clave de la mañana: “Hacer 'network' mientras toman café”. “¡Hey, Bill, qué bien funciona Internet Explorer!”, “Warren, crack, que eres un crack” o “Dominique, pásame el teléfono de la chica aquella” deben ser frases habituales en dicha fase. Es probable que a esas alturas ya estén un poco cansados, así que meditan para “limpiar sus mentes” y “anotan las cosas por las que se sienten agradecidos” (“planeta Tierra, muchas gracias por permitirme haber pasado tres horas sin dar un palo al agua y aun así sentirme como el amo”).

Es el momento de ponerse en marcha. Por eso dedican los últimos coletazos de esta rutina mañanera a “planear y definir estrategias mientras están frescos” (pero hambrientos, añadimos), miran el correo electrónico y… ¡leen el periódico! Llegados a este punto, sólo se nos ocurren un puñado de posibilidades. O que las “personas exitosas” vivan en una realidad alternativa como la planteada en la película 'Interstellar', donde media hora puede equivaler a cinco años de vida, o que lean al ritmo de Cortocircuito y hagan todo al ritmo de Flash, o que una vez terminados los 14 puntos coman algo, vean por la ventana que ya ha anochecido y decidan meterse en la cama, que al día siguiente tienen una dura rutina que cumplir antes de desayunar. Y así día tras día.

Por las risas

Ya lo hemos explicado. Si tantas burlas ha recibido este artículo y tuit no es únicamente por lo poco convincente que resulta, sino también por su procedencia: el Foro Económico Mundial o Foro de Davos, la fundación que se reúne cada año en Ginebra para mover los hilos de la economía mundial. Vamos, los menos indicados para ponerse paternalistas. De ahí que las muy ingeniosas respuestas al tuit hagan referencia a la más que dudosa reputación del foro, como este:

Efectivamente, la versión 2008 de este decálogo es, única y exclusivamente, echar la mañana rescatando países. Otros han preferido ironizar con los eufemismos y forzadas elipsis de la lista (¿las personas exitosas no pasan al baño, no hacen el amor, no se cansan?), como ha ocurrido con El-P, popular productor y artista hip-hop que forma parte de Run the Jewels junto a Killer Mike, que ha añadido un punto más:

Para el que tenga dudas, sí, se refiere a “masturbarse furiosamente”. Otras adiciones a la lista que han sido recogidas por 'The Daily Mail' son “patear un perrito y/o a un vagabundo” o “rellenar los papeles del divorcio y llorar suavemente”. Otro tuitero sugiere cambiar el titular por “14 cosas que la gente exitosa querría que hiciesen los demás antes de desayunar”. Nosotros proponemos “14 cosas que la gente exitosa hace por la mañana antes de irse a la cama a dormir”.

Aquí tenemos una versión dipsómana del asunto, que habrá quien piense (cómo son) que se corresponde más a lo que ocurre en las fiestas que se celebran cuando Davos se concierte en el patio de juegos de la élite. Básicamente, ponerse unas copas y entre trago y trago bajarse un chupito. Pero desde aquí no podemos más que condenar la actitud del siguiente usuario de Twitter, que señala que estos 14 puntos equivalen a “un mes muy liado” para él. Menos quejarse y más haber nacido exitoso: