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Esto es lo que pasa cuando llamas "gordas" a las directoras de un gimnasio
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ESTADOS UNIDOS CONTRA LOS GORDOFÓBICOS

Esto es lo que pasa cuando llamas "gordas" a las directoras de un gimnasio

Todos hemos sido objetos de bromas en alguna ocasión, pero la vida siempre te da la oportunidad de devolverles el pelotazo a los abusones y estas amigas lo hicieron a la perfección

Foto: Ellas saben cómo defenderse de los insultones. (iStock)
Ellas saben cómo defenderse de los insultones. (iStock)

Zampabollos, cuatroojos, pelozanahoria, palillo, bola de sebo, dientes de alambre… Y la lista es tan creativa como crueles sus bajitos autores. Pocos son los niños que no han sufrido burlas en el colegio por ser 'diferentes' al resto. Vuelven a casa desmoralizados, guardando sus secretos bajoun mutismo triste durante semanas o meses (a veces sus padres no lo saben nunca) y cuando finalmente se confiesan solemos quitarles importancia porque son 'cosas de niños'. Sin embargo, cuando parece que la madurez nos dota de cierto civismo, esos pequeños acosadores que nos robaban el almuerzo en la escuela siguen divirtiéndose a nuestra costa hasta que alguien les para los pies. Y esoes lo que hicieron estas dos amigas.

Megan Ellis y Taryn Sisco aparecieronen la prensa local de una pequeña población de Maryland, Frederick, porque su gimnasio era todo un éxito. En la fotografía que acompaña al artículolas emprendedoras rubias vestidas con sus mallas y camisetas lucen sonrientes en una de las salasdel estudio de barra donde jóvenes y mayores practican ballet, de forma no profesional. Este era el motivo del artículo.

No obstante, lasamigas no se parecen demasiado al esterotipo de bailarina clásica, enfundadaen sus leotardos y haciendo 'pliés' al ritmo de 'El'Lago de los Cisnes', sinoque sondos mujeres corrientes con algo desobrepeso. Y la reacción de los 'bullers' no se hizo esperar: una anónima remitente aprovechó esta característica para enviarles un muy malintencionado mensaje difamándolas por ser 'gordas', que nos recuerda bastante las infantiles –y crueles–burlas de los niños.

La acosadora, vecina de la misma ciudad, se había dedicado a recortar el escrito aparecido en la prensa y había escrito junto a la foto de las mujeres la siguiente nota: “Artículos/fotografíascomo estosdan permiso a otros para tener sobrepeso o estar obesos”.También enlazó a las amigas con una flecha, anotando “gorda”, “estás rozando la obesidad”… Asimismo, y para destacar que ella, al contrario que las dos empresarias, mantenía la línea, añadió su propio peso, altura y masa corporal, como si ello le diera vía libre para ser una frívola despiadada. El mismo mensaje lo envió por correo electrónico y ordinariocon la clara intención de arruinarles el día, pero dejarse vencer o no, estas dos amigas lo saben, es una elección personal.

Sisco llevaba desde los 20 años sufriendo desórdenes alimenticios y falta de autoestima, y estaba harta harta de que le hicieran 'bullying'

El momento de la verdad

Ellis y Sisco no solo colgaron en el blog del gimnasio la bochornosa misiva de la mujer, sino que una de las amigas llegó más lejos alescribir un mensaje en Facebook que se convirtió rápidamente en una bandera para las personas que alguna vez fueron perseguidas o insultadas por tener sobrepeso. Esto fue lo que escribieron:

“Me llamaste gorda sin saber que he tenido desórdenes alimenticios y un problema con mi imagen corporal desde los 20 años. Llamaste a mi amiga gorda sin saber lo fuerte quees ni los kilos que ha perdido desde que se entrena. Dijiste que damos permiso a las personas para tener sobrepeso o estar obesas sin saber nada de nosotras. Pero de lo que no te diste cuenta es que estabas abriendo una importante discusión sobre cómo los adultos pueden hacer 'bullying' paraque las personas nos avergoncemos y odiemos nuestros cuerpo. No tienes ni idea de lo fuertes que somos… por fuera y por dentro”.

El pasado mes una humorista canadiense fue acusada de 'gordofóbica' por un polémico vídeo en donde se burlaba de las personas con sobrepeso

Tras el incidente y labrillanteréplica, el gimnasio de estas dos mujeres se ha ganado la reputación de ser un lugar donde no solo se acude para ganar músculo y flexibilidad, sino también para alimentar la tolerancia.

Este no es, no obstante,un hecho aislado. El pasado mes saltaron a la prensa las polémicas y reprochables bromas sobre las personas con sobrepeso que la humorista cadaniense Nicole Arbour realizó en un vídeo, y que no solo le granjeó la fama de rubia 'abusona', también provocóla indignación de hasta 3 millones de internautas que no dudaron en hacérselo saber. Arbour perdió también un papel en una película porque el director, al ver el vídeoque más tarde fue censurado, lo calificó de “cruel y lamentable”. Y lo realmente cómico –mucho más, desde luego, que ella– fueque la película narraba la historia de una adolescente de 16 años cuyo sueño era ser animadora, pero sufría las burlas de todos por estar rellenita.

¿No quieres sopa? Pues toma dos tazas, y no precisamente 'low fat'. Esta es la airada respuesta de uno de los millones de ciudadanos hartos de los abusones.

¿Conocía Nicole Arbour el argumento del film antes de participar en el casting? ¿Cuánto tiempo estuvo a régimen para interpretar el papel de sexy coreógrafa en la película? No lo sabemos, pero algo parecido tuvo que preguntarle el cineasta Pat Mills a la actriz, a la que, por supuesto, no volvió a llamar. En declaraciones a 'Zap2it', Mills afirmó: “Soy gay. Se burlaron mucho de mí cuando eran niño y el ridículo y la soledad no me son ajenos”.

Historias como las anteriores confirman que el refranero español jamás se equivoca, “a cada cerdo le llega su san Martín” por muy escuálido y malvado que sea.

Zampabollos, cuatroojos, pelozanahoria, palillo, bola de sebo, dientes de alambre… Y la lista es tan creativa como crueles sus bajitos autores. Pocos son los niños que no han sufrido burlas en el colegio por ser 'diferentes' al resto. Vuelven a casa desmoralizados, guardando sus secretos bajoun mutismo triste durante semanas o meses (a veces sus padres no lo saben nunca) y cuando finalmente se confiesan solemos quitarles importancia porque son 'cosas de niños'. Sin embargo, cuando parece que la madurez nos dota de cierto civismo, esos pequeños acosadores que nos robaban el almuerzo en la escuela siguen divirtiéndose a nuestra costa hasta que alguien les para los pies. Y esoes lo que hicieron estas dos amigas.

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