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Un gurú de la alimentación revela las maneras más sorprendentes de perder peso
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Nada de dietas estrictas , así se adelgaza

Un gurú de la alimentación revela las maneras más sorprendentes de perder peso

No es el primero en recomendar la ingesta de grasas para adelgazar, pero sí en decir que no hagamos ejercicio y bebamos alcohol. Los 10 consejos de Grant Petersen te dejarán boquiabierto

Foto: ¿Adelgazar comiendo bacon y sin hacer ejercicio? Este señor sí que sabe. (iStock)
¿Adelgazar comiendo bacon y sin hacer ejercicio? Este señor sí que sabe. (iStock)

Grant Petersen, autor del bestseller 'Eat Bacon, Don't Jog' (Workman Publishing Company), defiende una dieta baja en carbohidratos en la que la mayor parte de las calorías provengan de alimentos grasos: “Es la mejor forma de que el propio cuerpo queme la grasa como combustible”, asegura el ya considerado un gurú de la alimentación.

Una dieta estupenda si tu excusa preferida para no hacer deporte es la de que no tienes tiempo para nada, porque en lugar de ir a correr o a andar durante al menos media hora, Petersen recomienda hacer ejercicios intensivos y ya está.

Y no dice nada de esto al azar. Durante años estuvo tratando de perder peso siguiendo estrictas dietas bajas en grasas y haciendo ejercicio durante unas tres horas al día, para nada.

Tras darse cuenta de que la creencia generalizada de que para perder peso tenía que quemar las calorías que consumía no daba resultados, empezó a plantearse qué estaba haciendo mal y encontró la respuesta en la insulina: “Cuando una persona come hidratos de carbono estos se descomponen en forma de glucosa en la sangre. El páncreas segrega la mencionada sustancia para acabar con ella y gasta energía, pero la insulina hace que las calorías se almacenen en el cuerpo como grasas y evita que las personas utilicen su propia grasa corporal como combustible”, sostiene el experto gurú, que recoge en 'The Daily Mail' los 10 pasos básicos que debemos seguir para adelgazar. Y atentos porque son fantásticos si lo que te gusta es comer bacon, beber alcohol y estar tranquilo en el sofá mientras los kilos de más se van de tu cintura.

1. Comer grasas saludables

Como habrás percibido, Petersen no es el primero en plantear que comer grasas adelgaza. Claro que, como en anteriores teorías, no vale cualquiera: tienen que ser aquellas saludables ricas en ácidos omega-6 y omega-3 como las que se encuentran en pescados como el salmón, las sardinas o los anchoas o en las carnes no procesadas, así como en las aceitunas, el aguacate y frutos secos como las nueces de Macadamia, estos últimos ricos en grasas monoinsaturadas que proporcionan importantes beneficios para la salud.

“Estas grasas son buenas porque se metabolizan de manera diferente a otras grasas. Son más fáciles de quemar energía, y cuando lo hace que usted haga cetonas, un bajo consumo de combustible para las funciones del cuerpo, el corazón y el cerebro”, explica el gurú.

2. Desayuno: café con aceite

Si creías que lo habías escuchado todo sobre el desayuno, estabas equivocado. Petersen propone añadir tres o cuatro cucharadas de mantequilla, manteca, crema o aceite de coco en el té o el café de la mañana.

¿Asco? Bueno, un poco, pero así se consigue eliminar los carbohidratos desde primera hora y quedarnos tan saciados como si nos hubiésemos comido una magdalena o una tostada. ¿Por qué? Cuando el organismo tiene un déficit de hidratos de carbono se produce lo que se conoce como cetosis: situación metabólica que induce el catabolismo de las grasas con el objetivo de obtener energía. Esto deriva en unos compuestos denominados cuerpos cetónicos que se encargan de descomponer las grasas en cadenas más cortas, generando acetoacetato que usa el cerebro como energía. Y ojo, porque en estados de ayuno puede llegar a aportar el 75% de la energía que necesitamos.

Cuando se corta la ingesta de toda la comida, los niveles de insulina se reducen y comenzamos a quemar grasa corporal

En resumen: el organismo deja de utilizar como fuente primaria de energía los glúcidos y los sustituye por las grasas. Lo mejor es que en estado de cetosis el cuerpo es capaz de quemar grasas fácilmente, incluyendo las reservas propias que tenemos. De ahí que el gurú no sea el primero en recomendar las grasas para quitarnos esos kilos de más.

3. Pasando de la fruta

“Las frutas son universalmente consideradas naturales y saludables, pero en comparación con sus antepasados, las de hoy en día prácticamente son piezas jugosas llenas de azúcares que sólo son buenas si las comparamos con la bollería”, sentencia Petersen.

El cuerpo es capaz de metabolizar y utilizar como combustible la glucosa, la lactosa, la sacarosa y otros azúcares, pero en el caso de la fructosa –el azúcar de la fruta– esta va directamente al hígado y, en grandes dosis, este se sobresatura y al no poder asimilarla, la convierte en triglicéridos (grasas peligrosas) y la envía a la sangre, las arterias y deja que se acumule en nuestras caderas.

4. Ayuno entre bacon y bacon

Al margen de la faceta espiritual o de desintoxicación y limpieza del intestino que muchas personas encuentran en el ayuno, el experto recalca la innegable ventaja de dejar de comer: se reducen los niveles de azúcar y, en consecuencia, disminuye la insulina en sangre.

“Cuando se corta la ingesta de toda la comida (incluyendo carbohidratos), los niveles de insulina se reducen y comenzamos a quemar grasa corporal. Pero pasar hambre, aunque sólo sea por un día, es un proceso triste e innecesario para conseguirlo”, comenta el gurú, quien ofrece una alternativa para reducir la insulina en el organismo sin tener que ayunar: “Comer nada más que grasa durante 24 horas. Queso, aceite de coco, aceite de oliva, mantequilla, tocino, carne o hasta seis huevos”. Probablemente te quedes saciado para la siguiente jornada y sea el propio cuerpo quien te pida un día de descanso.

5. Las verduras amargas son las mejores

Los vegetales de hoja oscura suelen tener más nutrientes que el resto. La col, la escarola, las acelgas, las espinacas o los berros, tienen además un sabor más fuerte y amargo –provocado por los fitonutrientes que les otorgan características anticancerígenas–, lo que se traduce en que nos ayudan a mantenernos saciados, o, al menos, con la sensación de haber comido suficiente durante más tiempo.

6. No a la tortilla de patata, sí al huevo

Como asegura el gurú, la yema es la mejor parte del huevo. Contiene el 50% de la proteína y toda su grasa. “La mayoría de la gente piensa que el colesterol de la yema obstruye las arterias, pero no hay ninguna relación entre el colesterol de esta parte del huevo y el conocido como malo que sí lo provocan los carbohidratos y los aceites omega-6”, asegura Petersen.

Sobre la tortilla de patatas también tiene algo que decir: “Prácticamente carentes de la mayoría de los nutrientes excepto del potasio, las patatas tienen demasiado almidón y eso es malo para la salud”. Vamos, que mejor no tomar un pincho a diario para desayunar.

7. El coco es Dios

“No es mágico, pero se acerca bastante”, asegura. Es una fuente importante de triglicéridos de cadena media que ayudan a evitar que las grasas se acumulen en el cuerpo. Sus pocas calorías se queman fácilmente y además producen más cetonas, lo que colabora en la quema de todo tipo de grasas.

“Los triglicéridos están siendo utilizados en tratamientos contra la obesidad, el cáncer, el Alzheimer o el Parkinson entre otras enfermedades neurológicas que normalmente se relacionan con un flujo constante de glucosa en el cuerpo”, añade.

8. Come yogur griego

El azúcar de la leche –la lactosa– se encuentra en el suero de leche, por lo que a medida que un yogur tiene menos cantidad también se reducirá la cantidad de hidratos de carbono. El yogur normal tiene mejor sabor y su grasa es más rica y saludable que la de los lácteos desnatados. Pero la variedad griega además suele ser más baja en carbohidratos. Eso sí, en el mercado hay una amplia variedad por lo que tenemos que estar atentos a las etiquetas: “Entre 5 y 9 gramos está bien, más de 15 gramos es demasiado y se traducirá en carbohidratos añadidos”, aconseja el autor.

9. Se puede beber alcohol

En una dieta baja en carbohidratos como esta, no importa demasiado de dónde provengan estos siempre que no sean demasiados. Es decir: el alcohol está permitido siempre que vaya solo. Por ejemplo, puedes quitarte el pan o la pasta y tómate una cerveza.

Entre 5 y 9 gramos de carbohidratos está bien, más de 15 gramos es demasiado

“Si engordas con facilidad, es posible que tengas que limitarte a 20 gramos de carbohidratos por día. Si no, puedes ingerir hasta 50”, explica Petersen. Las conocidas como bebidas espirituosas son bastante bajas en hidratos de carbono, aunque debes saber que la cerveza es la que más contiene… Whisky, ginebra, ron, tequila o vodka –siempre y cuando no los mezclemos con un refresco azucarado–, colaborarán en nuestro plan de adelgazamiento.

10. Nada de carreras ni paseos

“Realizar ejercicios cortos e intensos hace que los músculos se pongan en marcha antes y jadeemos más, por lo que necesitamos más aire para abastecer a los músculos y que puedan quemar grasas con el oxígeno”, explica el gurú, quien insiste en que su dieta requiere de ejercicios súper intensos y duros, a los que apenas tenemos que dedicar cinco minutos.

Es más eficiente y rápido, pero eso no quiere decir que sea más soportable o divertido que otros deportes. Y eso lo sabe hasta Petersen: “Lo único que digo es que cuando el objetivo se trabaja con ejercicios cardiovasculares, se fortalece el corazón y los vasos sanguíneos, se consiguen unos músculos más fuertes y nos volvemos más resistentes a las lesiones”

Grant Petersen, autor del bestseller 'Eat Bacon, Don't Jog' (Workman Publishing Company), defiende una dieta baja en carbohidratos en la que la mayor parte de las calorías provengan de alimentos grasos: “Es la mejor forma de que el propio cuerpo queme la grasa como combustible”, asegura el ya considerado un gurú de la alimentación.

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