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"Una cantidad adecuada de estrés es positiva pero no tanto como el que tenemos"
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APRENDE A SABER CUÁNDO TE ESTÁS AGOBIANDO

"Una cantidad adecuada de estrés es positiva pero no tanto como el que tenemos"

Para muchas personas, es tan habitual que se ha convertido en un modo de vida. Una pequeña cantidad no siempre es mala, pero tenemos que saber cuándo se nos va de las manos

Foto: Es habitual sufrir ansiedad cuando estamos en el trabajo. (iStock)
Es habitual sufrir ansiedad cuando estamos en el trabajo. (iStock)

Según los resultados de una encuesta publicada por la American Psychological Association, un tercio de los trabajadores tienen niveles de estrés crónico el cual, según muestra la encuesta, es mayor en mujeres que en hombres. Estos síntomas de estrés pueden provocar en muchos casos problemas de salud como insomnio. Según los datos aportados por la Harvard Medical School, se estima que las pérdidas que sufrieron el año 2013 las compañías de Estados Unidos en términos de productividad, causados por la privación de sueño de sus empleados, es de 63.200 millones de dólares, pues el agotamiento hace que los empleados sean menos eficientes.

Existe pues el debate referente a si este ritmo de vida es el adecuado para nuestra salud diaria. Para muchas personas, el estrés es tan habitual que se ha convertido en un modo de vida, aunque este no siempre sea considerado negativo: no es más que la forma en que el cuerpo reacciona ante una exigencia o amenaza. Un cierto estrés dentro de nuestra zona de confort nos ayuda a actuar bajo presión y dar lo mejor de nosotros, pero cuando el estrés nos sobrepasa puede ser perjudicial para nuestra salud, humor, relaciones y calidad de vida en general.

Las tareas del hogar son una fuente importante de estrés, ya que son tareas rutinarias que requieren dedicación y roban tiempo libre

“Nuestro objetivo no debe ser vivir sin estrés”, aseguraba Robert M. Sapolsky, neurobiólogo de la Universidad de Stanford, en la revista 'Psychology Today'. “La idea es tener una cantidad adecuada de estrés”, algo que se logra viviendo situaciones de emergencia, pero de corta duración y manejables.

El “estrés bueno” se experimenta cuando uno mantiene una sensación de control sobre la acción que se esté acometiendo. No importa cómo responda el cuerpo en ese momento, sino la certeza de que se va a salir bien parado de la situación y, quizás, fortalecido de la experiencia.

Las tareas del hogar, por ejemplo, son una fuente importante de estrés, ya que son tareas rutinarias que requieren dedicación y roban tiempo libre que de otra manera se podría utilizar para descansar o entretenernos pudiendo combatir así el estrés. En cambio la privación de estas actividades en detrimento de la limpieza y el querer acabar en el menor tiempo posible, puede ser una fuente de frustración y estrés.

Aprender a controlar el estrés

Existen varias actividades que nos ayudan a controlar los niveles de estrés y que éste no se dispare. Una de estas actividades puede ser socializar. La comunicación con otras personas puede hacer que se reduzca el nivel de estrés y ayuda a calmarnos. Suena tópico, pero no haber pasado el tiempo suficiente con los amigos y la familia es uno de los principales arrepentimientos que expresa la gente antes de morir.

Interactuar con aquellos que nos aprecian y a los que apreciamos revierte positivamente en nuestro estado de ánimo. Así lo explica Daniel Gilbert, profesor de psicología de Harvard: “Somos felices cuando tenemos familia y somos felices cuando tenemos amigos, y casi todas las otras cosas que creemos que nos hacen felices son, en realidad, vías para tener más amigos y más familia”.

La práctica de actividades físicas también permite equilibrar el sistema nervioso y además despejar la mente. Con frecuencia pensamos que no tenemos tiempo para hacer ejercicio, pero sólo siete minutos son suficientes para hacernos un poco más felices. Es muy aconsejable, también, llevar una dieta saludable y equilibrada. La cafeína, el alcohol o la nicotina afectan negativamente al organismo.

Según los resultados de una encuesta publicada por la American Psychological Association, un tercio de los trabajadores tienen niveles de estrés crónico el cual, según muestra la encuesta, es mayor en mujeres que en hombres. Estos síntomas de estrés pueden provocar en muchos casos problemas de salud como insomnio. Según los datos aportados por la Harvard Medical School, se estima que las pérdidas que sufrieron el año 2013 las compañías de Estados Unidos en términos de productividad, causados por la privación de sueño de sus empleados, es de 63.200 millones de dólares, pues el agotamiento hace que los empleados sean menos eficientes.

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