Es noticia
Ocho productos que no deberías comprar en el supermercado
  1. Alma, Corazón, Vida
NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE

Ocho productos que no deberías comprar en el supermercado

Está claro que en el competitivo mundo del 'retail' las medianas superficies se están llevando el gato al agua, pero ¿merece la pena comprarlo todo allí?

Foto: Un hombre camina en un pasillo de Mercadona. (EFE/Manuel Bruque)
Un hombre camina en un pasillo de Mercadona. (EFE/Manuel Bruque)

Los hábitos de compra de los españoles han variado notablemente en los últimos años. Hace ya décadas que abandonamos el comercio tradicional en favor de las grandes superficies pero, de un tiempo a esta parte, lo que triunfa son las superficies medianas: los nuevos supermercados de barrio donde se pueden comprar los suministros del día a día sin necesidad de coger el coche y conducir al polígono más cercano.

Tal como atestigua el informe 'La alimentación mes a mes', que elabora desde 2001 el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en septiembre de 2008, cuando aún no se sentía la crisis económica, las familias adquirían en hipermercados el 17% de los alimentos, en supermercados el 36%, en tiendas de descuento –como LIDL o ALDI– el 10% y en tiendas tradicionales el 28%. Siete años después, en junio de 2015 (último mes que se ha publicado el informe), la compra en hipermercados ha descendido al 14%, en supermercados representa un 43,8% (casi 8 puntos más), en tiendas de descuento un 15,6%, en tiendas tradicionales un 16,7% y un 9,9% se compra en otros canales, principalmente en tiendas 'online'.

Está claro que superficies como Carrefour Express, Dia o Mercadona se están llevando el gato al agua pero ¿merece la pena comprarlo allí todo? Desde luego es cómodo, pero no siempre es más barato. Estos son diez productos que es mejor no comprar en este tipo de superficies.

1. Fruta y verdura

Salvo ofertas concretas, la fruta de los supermercados es algo más cara (y, normalmente, de peor calidad) que la que se puede adquirir en las tiendas de barrio. Los supermercados, además, tienden a ofrecer un género muy verde. Esto es una ventaja si no consumes mucha fruta y verdura, pero si comes a diario (y deberías) es mucho mejor que visites la tienda de la esquina.

Tampoco debes caer en la tentación de comprar fruta y verdura empaquetada y cortada (y este aviso sirve también para los hipermercados). Es, de media, un 35% más cara que si la compras a granel, y el esfuerzo que cuesta cortar y lavar no compensa el sobrecoste.

2. Productos de panadería

Todos los supermercados tienen ya panadería y pastelería, pero no se puede decir que el género sea para echar cohetes. No tienen nada parecido a un obrador: todo viene congelado y su elaboración se limita al horneado. Cierto es que cada vez hay más panaderías que operan así, pero incluso las cadenas tipo Granier o Uvepan ofrecen una calidad mejor a un precio parecido.

Y si el pan no es muy allá no digamos los productos de pastelería. Son mucho peores que los de las confiterías de toda la vida y no son más baratos. Además, siempre tienes la opción de hacer tu repostería en casa.

3. Menaje

Sí, tu supermercado puede venderte sartenes, 'tuppers', vasos y cubiertos, pero no serán de gran calidad ni baratos. Para comprar este tipo de cosas es mucho mejor optar por un hipermercado, una ferretería (si buscas productos de calidad) o un “todo a cien” (sobre todo en lo que respecta a la vajilla).

4. Carne y embutidos cortados y envasados

Aunque la mayoría de supermercados cuentan con carnicería y charcutería, la pereza o el desconocimiento hace que optemos por los embutidos y la carne cortada y envasada. Lo que no solemos pensar es que este tipo de productos (incluso aquellos exactamente iguales que los que se ofrecen a granel) pueden llegar a ser un 30% más caros. Los preparados cárnicos tipo albóndigas, escalopes listos para freír, carne cortada en cubos o pechugas de pollo fileteadas son directamente un timo, teniendo en cuenta lo que cuesta elaborarlos (y, sobre todo, el hecho de que muchos carniceros lo hacen gratis).

Tampoco debemos fiarnos de los envases de embutido a un euro, cuyo precio por kilo (que es el indicador que siempre debemos tener en cuenta) suele ser mucho mayor que el habitual en la charcutería para el mismo producto –un sobre de jamón york de 100 gramos a 1 euro son 10 euros el kilo, y este producto está en torno a 8 euros el kilo a granel–.

La única excepción a esta regla son los productos cortados y envasados que están a punto de caducar y suelen tener grandes descuentos. Si los ves merece la pena comprarlos, congelarlos y sacarlos cuando vayas a consumirlos.

5. Ropa y equipamientos deportivos

Los supermercados suelen tener un pequeño pasillo con algún par de zapatillas, calcetines y puede que algún balón de fútbol o baloncesto. Se trata casi siempre de productos de pésima calidad y ni siquiera son demasiado baratos. Puede que tu 'pack' para montar en bici te anime a hacer deporte pero, si realmente lo logra, tendrás que comprarte otro en unas semanas.

6. Cereales de marca

Como explica en 'Business Insider' la experta en consumo Andrea Woroch, “la diferenciación de producto y una agresiva promoción de la marca son claves para las empresas de cereales. Los costes de producción y el margen de ganancia del supermercado representan entre el 20 y el 36% del precio del producto, el resto son todo ganancias para el fabricante”.

Aunque este sobrecoste se da en todos los productos de marca, en los cereales es especialmente pronunciado. Los copos de trigo de Kellogg´s, por ejemplo, pueden ser hasta un 40% más caros que su equivalente de marca blanca, pese a que son prácticamente iguales.

7. Productos de droguería y bazar

Aunque cada vez más supermercados cuentan con su propia línea de productos de cosmética y droguería, los de marca suelen ser más baratos en hipermercados. Otros productos de higiene como bastoncillos, desmaquilladores o toallitas se encuentran más baratos en tiendas de descuento y bazares de tipo “todo a 100”.

8. Material de oficina

Casi todos los grandes supermercados cuentan con algunos productos de papelería, pero estos son más baratos en bazares y cadenas de material de oficina. Hay que tener cuidado con los consumibles informáticos, que son mucho más asequibles en las tiendas especializadas.

Los hábitos de compra de los españoles han variado notablemente en los últimos años. Hace ya décadas que abandonamos el comercio tradicional en favor de las grandes superficies pero, de un tiempo a esta parte, lo que triunfa son las superficies medianas: los nuevos supermercados de barrio donde se pueden comprar los suministros del día a día sin necesidad de coger el coche y conducir al polígono más cercano.

Hogares
El redactor recomienda