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La curiosa ciudad donde a las niñas les crecen penes cuando llegan a la pubertad
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En Salinas, República Dominicana

La curiosa ciudad donde a las niñas les crecen penes cuando llegan a la pubertad

Johnny nació como Felicitia, pero a los siete años su cuerpo cambió: desarrolló bolsa testicular y su 'clítoris' creció. ¿El motivo? La enzima '5 alfa reductasa'

Se les conoce como los 'güevedoces' porque, literalmente, los testículos de estas niñas no suelen crecerles hasta los doce años. No, no ha leído mal la frase: son niñas (o eran) y tienen órganos reproductores masculinos. En Salinas, una localidad del suroeste la República Dominicana, estos acontecimientos son tan 'habituales' –el 2% de la población– que han desarrollado hasta una palabra específica para denominarlos coloquialmente.

La BBC así lo ha reflejado con su entrevista a Johnny, un joven de 24 años que no siempre se llamó así: nació con el nombre de Felicitia, pero con el paso de los años su aparato reproductor se transformó para convertirlo en un hombre. La razón de este curioso cambio es una enfermedad hereditaria que impide la producción de la enzima '5 alfa reductasa'. Debido a esta carencia, las niñas llegan a la pubertad con testículos sin desarrollar de manera externa y con penes tan pequeños que se llegan a confundir con grandes clítoris.

La razón de este curioso cambio es una enfermedad hereditaria

Para Johnny, el desarrollo de su aparato reproductor sucedió cuando tenía siete años. Hasta entonces había vestido faldas y vestidos, y acumulaba ingentes cantidades de juguetes para niñas que no le gustaban. “Cuando cambié me sentí feliz con mi vida”, recoge la BBC. La transformación se origina cuando el cuerpo recibe un gran impulso de testosterona y se prepara para asimilarla: la bolsa testicular se despliega y el pene se agranda. De esta manera, la definición de género que tenía que haber sucedido en el vientre materno se retrasa hasta la adolescencia de estos jóvenes.

Los 'güevedoces' se dieron a conocer en la década de los 70 después de que la endocrina Julianne Imperato viajara hasta República Dominicana con el objetivo de saber más sobre ellos. Había escuchado leyendas y rumores sobre una población que, de repente, dejaba de ser femenina para convertirse en masculina. Los estudios de la doctora Imperato desembocaron en la creación de una medicina específica que bloquea la acción de la enzima '5 alfa reductasa': Finasteride. Entre los tratamientos para los que se utiliza en la actualidad está la calvicie de patrón masculino y el agrandamiento benigno de la próstata.

Johnny: “Cuando cambié me sentí feliz con mi vida“

Salinas no es la única zona del mundo en la que sucede este raro caso genético: también en Papúa Nueva Guinea hay 'machihembras' –otro de los nombres que reciben los afectados por esta anomalía–. A diferencia de sus homólogos dominicanos, los sambians no aceptan a estas personas y a menudo son rechazados. En Salinas, cada año nacen una media de 90 personas con esta enfermedad tan extendida que ya se considera como categoría sexual: hombres, mujeres y 'pseudohermafroditas'. Los expertos creen que la carencia de la enzima '5 alfa reductasa' ha pervivido a lo largo del tiempo gracias al aislamiento de la zona.

Se les conoce como los 'güevedoces' porque, literalmente, los testículos de estas niñas no suelen crecerles hasta los doce años. No, no ha leído mal la frase: son niñas (o eran) y tienen órganos reproductores masculinos. En Salinas, una localidad del suroeste la República Dominicana, estos acontecimientos son tan 'habituales' –el 2% de la población– que han desarrollado hasta una palabra específica para denominarlos coloquialmente.

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