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Las tres cualidades que distinguirán a los líderes empresariales del futuro
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UNA REVOLUCIÓN EN EL MUNDO DE LOS NEGOCIOS

Las tres cualidades que distinguirán a los líderes empresariales del futuro

Al igual que los CEO “de siempre”, los nuevos directivos necesitan obtener beneficios, pero han aprendido una importante lección: obtener ganancias debe ser el fin, pero nunca el medio

Foto: ¿Acabarán los nuevos directivos con el mundo empresarial tal como lo conocíamos? (iStock)
¿Acabarán los nuevos directivos con el mundo empresarial tal como lo conocíamos? (iStock)

El mundo está cambiando y sus empresas también. Las compañías mastodónticas, con unas normas corporativas inquebrantables, y un equipo directivo cuyo único objetivo es generar beneficios a corto plazo para los accionistas, son cosa del pasado.

Como explica en la página del World Economic Forum Lisa MacCallum, exvicepresidenta de Nike y, hoy en día, asesora y conferenciante, los nuevos líderes empresariales han crecido académica y profesionalmente en un tiempo en el que el viejo modelo ha evidenciado su fracaso.

“Los jóvenes líderes de hoy en día están apareciendo en un momento en el que ha habido una convergencia de tendencias, que han elevado la barrera de lo que la gente espera de un negocio”, explica MacCallum. “Esta generación contiene a los consumidores más inteligentes y mejor conectados de la historia. Muchos de ellos han visto a sus padres trabajar y, quizás, ser expulsados de entornos empresariales aburridos. Han crecido en una época en la que los escándalos en las empresas han sido frecuentes y la responsabilidad corporativa se ha convertido en un departamento”.

Al igual que los CEO “de siempre”, los nuevos directivos necesitan obtener beneficios, pero han aprendido una importante lección: obtener ganancias debe ser el fin, pero nunca el medio.

Estas son, según MacCallum, las tres características principales de los líderes del futuro:

1. Saben cuál es la verdadera razón de ser de un negocio

Los nuevos líderes tienen claro cuál es la misión de su empresa, y saben que debe ser algo que le importe a la gente.

Muchas compañías actuales fracasarán estrepitosamente por tener una misión que no es relevante. En opinión de MacCallum la misión de una empresa no puede ser llegar a ser líderes del sector –¿le importa a alguien esto al margen de los accionistas?–, ni encontrar un buen modelo de negocio –“elevar el modelo de negoció al nivel de misión hace que una compañía sea incapaz de renovarse cuando los cambios en el mercado demanden que evolucione su modelo”– , ni centrarse en cuál debe ser su comportamiento –tratar bien a los clientes es una exigencia, no una misión–.

Los líderes del futuro adoptarán misiones que sean visionarias y describan lo que sus compañías puedan aportar al mundo

Los líderes del futuro, asegúra MacCallum, serán capaces de entender qué problemas tiene la sociedad y qué puede hacer su compañía para resolverlos. “Nike no sobrevivirá si el mundo continua siendo cada vez más sedentario”, pone la empresaria a modo de ejemplo. “Y los bancos perderán relevancia si la mayoría de la gente apenas puede afrontar sus gastos diarios. Esta teoría resulta ceirta para cualquier compañía, de cualquier tamaño en cualquier industria”.

En definitiva: los nuevos directivos adoptarán misiones que sean visionarias y describan lo que sus compañías puedan aportar al mundo.

2. Ven el valor oculto que puede aprovecharse

Hasta la fecha las grandes compañías han funcionado como un entorno cerrado, creando valor dentro de su burbuja. Pero esto se acabó. “Las misiones verdaderamente ambiciosas requieren la participación de otra gente”, asegura MacCallum. “Gobiernos, ONG, académicos… Por nombrar sólo unos pocos”. Y los líderes del futuro, asegura la empresaria, tendrán que definir nuevas formas de trabajar con estos grupos.

Si los nuevos líderes consiguen integrar a otra gente en su misión, ahorrarán costes, eliminarán barreras y tendrán a mucha gente que les apoye. “Si tus propios empleados y otra gente quieren que ganes porque apoyas algo por lo que merece la pena luchar, harán todo lo que puedan por ayudarte”, explica la empresaria.

Una misión que apueste por algo en lo que crea mucha gente expandirá tu mercado y te proporcionará aliados de gran valor que hasta ahora habían permanecido al margen.

3. Se mantienen alejados del Titanic

El Titanic era el mayor barco del mundo, pero naufragó en su viaje inaugural. Y lo mismo puede ocurrirle a la gran mayoría de empresas que ponen los intereses de los accionistas y los incentivos trimestrales por delante del crecimiento sostenible.

“Hoy, por suerte, estamos viendo a nuevos líderes que están reventando este sistema por completo”, explica MacCallum. “Están encontrando nuevas formas de capital, demandando nuevas estructuras y resistiendo a las normas arbitrarias de las corporaciones que han existido durante décadas”.

El mundo está cambiando y sus empresas también. Las compañías mastodónticas, con unas normas corporativas inquebrantables, y un equipo directivo cuyo único objetivo es generar beneficios a corto plazo para los accionistas, son cosa del pasado.

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